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Con su historia milenaria, Cartagena alberga suficientes atractivos como para disfrutar de una siempre entretenida estancia en la que historia, naturaleza y ocio se dan la mano. Las cinco colinas que se abren a su bahía y abrazan la ciudad esconden joyas como el teatro y el foro romanos, interesantes museos, un buen número de edificios modernistas y el que fuera uno de los grandes puertos del Mediterráneo. Pero no hay que alejarse mucho para descubrir rincones fascinantes y disfrutar de escapadas fantásticas.
Planes desde Cartagena para todos los gustos
Un viaje al pasado minero de la Región de Murcia
La ciudad está flanqueada por la Sierra Minera Cartagena-La Unión y por la Sierra de Mazarrón. Son dos espacios que hablan de un pasado en el que la extracción de minerales era fuente de riqueza. Esta actividad dejó una profunda huella bajo tierra, un laberinto de túneles y pozos que se pueden recorrer en algunos casos.
También son visibles las heridas en el paisaje en forma de viejas explotaciones a cielo abierto, lavaderos de mineral, chimeneas y pequeños lagos artificiales de colores imposibles. Es, en definitiva, una cara muy diferente a la de esa Murcia turística de sol y playa mucho más conocida.
El paraíso costero del Parque Natural de Calblanque
Playas de arena dorada y aguas prístinas, calas escondidas y dunas fósiles protagonizan el paisaje de una franja de litoral que escapó de la hiperurbanización del vecino Mar Menor. El Parque Natural de Calblanque es un paraíso virgen que invita a disfrutar de una jornada playera relajada y sin exceso de compañía en la arena.
Si el tiempo no acompaña para el baño, el parque cuenta con una red de senderos para adentrarse en su riqueza no solo paisajística, también natural. La vista más impresionante es la que se contempla desde el Monte de las Cenizas, una de las mejores atalayas de la costa murciana.
Cabo de Palos, un mundo submarino
Los aficionados al submarinismo tienen a solo treinta kilómetros de Cartagena una de las reservas marinas más fascinantes de la costa española y uno de los mejores destinos de buceo de todo el continente. En Cabo de Palos-Islas Hormigas los fondos marinos alternan zonas rocosas con amplias praderas de posidonia que son hábitat de un buen número de especies marinas. Pero en ellos se descubre algo más: los restos de más de cincuenta barcos hundidos, entre ellos varios que fueron torpedeados por submarinos alemanes durante las dos guerras mundiales.
Lorca y su Semana Santa
Lorca es una ciudad con un patrimonio monumental magnífico. Pero tiene algo más, una celebración que es Fiesta de Interés Turístico Internacional: su Semana Santa. En ella, además de las tradicionales procesiones, se celebran desfiles bíblicos. Son representaciones en vivo de escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento en las que los vecinos son los actores y que están llenas de colorido y espectáculo.
En unas y en otras hay que fijarse en los elaborados bordados que llevan los participantes y que son parte de la esencia lorquina. Si la escapada a Cartagena no coincide con esas fechas, la alternativa es visitar el Museo Azul de la Semana Santa.
Planes para todos en Sierra Espuña
Su diversidad de paisajes, su riqueza medioambiental y las actividades de todo tipo que se pueden realizar en Sierra Espuña permiten organizar una de las escapadas cerca de Cartagena más atractivas. A solo una hora de la ciudad, las personas más atrevidas tienen la oportunidad de practicar barranquismo, espeleología o incluso ala delta.
Quienes prefieran experiencias más tranquilas tienen una red de senderos para recorrer andando o en bicicleta y en el Embalse de la Cierva se permite la pesca. No es todo, porque en la sierra no faltan áreas recreativas y lugares de interés como los antiguos pozos de nieve.
El Mar Menor de punta a punta
La sobreexplotación y la urbanización de su entorno son una amenaza constante para el frágil equilibrio de la laguna salada más grande de Europa. A pesar de ello, el Mar Menor ofrece suficientes atractivos para incluirlo en lo que hay que ver cerca de Cartagena.
El recorrido puede comenzar un poco más al norte, en el Parque Regional Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar, un humedal de enorme valor. Después se puede hacer parada en alguna de las playas urbanas o disfrutar de deportes náuticos en las aguas calmadas de la laguna para finalizar la jornada viendo un atardecer idílico desde el faro de Cabo de Palos.
Las formas surrealistas de las Gredas de Bolnuevo
Cerca del puerto de Mazarrón, el viento, la lluvia y el mar han esculpido en la roca formas caprichosas, casi surrealistas. Las Gredas de Bolnuevo son tan singulares como delicadas, de ahí que solo se puedan admirar desde una pequeña distancia. No impide, sin embargo, sentirse insignificante ante la fuerza de la naturaleza que expresan estas singulares esculturas.
De ahí se puede prolongar la escapada hacia el Cabo de Cope y las Puntas de Calnegre, la franja de litoral más abrupta y salvaje de la Región de Murcia. Son diecisiete kilómetros de costa que esconden acantilados calizos y un rosario de pequeñas calas donde se puede practicar el naturismo.
Una escapada a Bullas
Los vinos de Bullas tienen Denominación de Origen. Recorrer los viñedos, visitar sus bodegas y degustar esos caldos se convierte así en un plan perfecto para los amantes del buen vino. Pero la escapada desde Cartagena tiene otros atractivos, como deleitarse con la belleza del Salto del Usero, uno de los parajes más idílicos de la región.
Y si hay tiempo, Caravaca de la Cruz, el gran centro espiritual de la provincia, está un paso. Como también lo está Moratalla, localidad conocida por sus pinturas rupestres, por su fortaleza árabe y por una tradición que es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad: la tamborada.
Geoda de Pulpí, un tesoro geológico
Una geoda es una cavidad rocosa que está recubierta de cristales. La de la localidad almeriense de Pulpí, a solo una hora de Cartagena, mide ocho metros de largo por dos de ancho y está tapizada por cristales de yeso que alcanzan los dos metros de longitud.
Hasta ahora solo se ha descubierto una geoda mayor que esta, en México. La geoda de Pulpí es una auténtica joya subterránea que se puede contemplar, aunque no adentrarse en ella. En cualquier caso, la experiencia es impactante, pero conviene planificarla con tiempo, ya que el acceso está restringido.
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