Su cultura con influencias judías, árabes y románicas, su conjunto artístico y monumental considerado como el mejor conservado de toda la península ibérica, y sus numerosas plazas y monasterios rodeados por la muralla ya la convertían en una parada imprescindible en una escapada de fin de semana. Este año, Cáceres ha añadido una razón más a su lista de tesoros: fue declarada Capital Española de la Gastronomía 2015. Imponiéndose a otros lugares como Huesca y Valencia, la gastronomía de Cáceres ha estado a lo largo de todo el año en el foco de mira de todos los foodies que han podido y, aún pueden, disfrutar de las ferias, rutas gastronómicas, museos, talleres y novedades en los restaurantes y taperías para degustar los productos de la tierra.
Basta con dar un paseo por la dehesa y alrededores para darse cuenta de la gran variedad gastronómica de Extremadura. Sucumbir al paisaje del cerezo en flor del Valle del Jerte, recorrer los campos de pimentón del Valle de la Vera, pasear por las extensiones de olivares de donde surge su aceite de oliva de Gata Hurbes, conocer la ganadería… Son algunas de las formas de apreciar parte del recetario extremeño: enamorarse de la tierra a través del estómago y también de la vista.
La capital es apta para todos los paladares. Su despensa natural hace que sus tierras sean el paraíso de los amantes de la carne y la charcutería. De su ganadería surge el producto estrella, el jamón ibérico de bellota con denominación de Origen Dehesa. Cursos de corte, catas maridadas, rutas específicas… Todo ello para conocer a fondo el jamón. Pero no se queda ahí. También son deliciosos otros embutidos como el lomo ibérico, el chorizo blanco o el salchichón. Acompañarlo con una copa de vino de la Ribera del Guadiana en alguno de los bares que se concentran en la Plaza Mayor es un placer al que es imposible resistirse.
Para los más queseros, La Torta del Casar impera sobre el resto por su cremosidad y por combinar a la perfección con otros alimentos. Pero como para gusto los colores, otros como Ibores, elaborado con queso de cabra, es un auténtico manjar y una elección excelente. La mejor forma de probar la gran variedad existente es la ruta destinada solo a este producto.