La cocina española cuenta con un puñado de platos que han conquistado el mundo entero. En muchos países hay restaurantes españoles que hacen de embajadores de nuestra cocina, a veces mejor, a veces peor. Pero si miramos dentro de la propia España, ¿qué zonas destacan entre las demás por la calidad de sus fogones? En las siguientes líneas, enumeramos los lugares de España donde mejor se come.
Las delicias de la gastronomía española
Comer bien significa muchas cosas. Siendo la gula uno de nuestros pecados más emblemáticos, para una gran cantidad de gente comer bien quiere decir comer mucho. No salir con hambre, cuanto menos.
Pero no solo la cantidad cuenta, desde luego. La calidad del producto es algo fundamental, como lo es también el prestigio de cada cocina, labrado a base de décadas de excelencia. También hay que considerar la tradición de cada zona, la forma histórica de elaborar los platos y su aportación a la gastronomía española.
Por último, pero no por ello menos importante, al elaborar esta lista hemos tenido en cuenta la satisfacción general de la que ostenta la cocina de cada lugar. Si algo tienen en común estos 10 sitios, es que en ellos se disfruta comiendo, hasta el punto de que el turismo gastronómico constituye un gran aliciente para visitarlos.
Ranking de los lugares de España donde mejor se come
10. Valencia
Haber regalado al mundo la famosísima paella ya es motivo de sobra para que Valencia figure aquí. La paella valenciana encierra un paisaje, el de la Albufera, y un modo de vida nacido en sus arrozales, pero es que la maravilla de los arroces levantinos va más allá.
Además de la paella más característica, otras versiones como la paella de marisco, el arroz negro o el arroz a banda no hacen más que ensalzar la gloria de esta cocina.
9. Cáceres
Con un póker de productos de primer nivel, Cáceres consigue erigirse en un destino a tener en cuenta entre los más gourmets. Quien conoce la Torta del Casar, las cerezas del Jerte o el pimentón de la Vera repite, pero también son una delicia el jamón ibérico, las migas extremeñas o guisos de la región como la caldereta. Las denominaciones de origen son muchas y excelentes en este rincón de España, que ya fue Capital Española de la Gastronomía en 2015.
8. El Bierzo
La comarca leonesa de El Bierzo evoca inevitablemente el buen comer, y eso es así por la excelente calidad de sus productos tradicionales. El papel central corresponde a los productos de la matanza, en especial el botillo, pero también hay otras magníficas especialidades cárnicas como la cecina, típica de toda la provincia.
Entre los frutos de la huerta, tienen merecida fama los pimientos asados y las judías, y hasta las manzanas tienen una Denominación de Origen Protegida.
7. Asturias
Asturias se impone en esta lista de los lugares de España donde mejor se come por el lado de la cantidad, pero también sería injusto limitar a eso su fama. Más allá de la celebridad de la fabada, las judías se prestan a otros variados platos igual de suculentos, como las fabes con almejas.
Frente al hiperbólico cachopo o los potentes quesos, hay delicias más delicadas, como el marisco asturiano, las abundantes setas o algunos postres de renombre: el arroz con leche, los frixuelos, las casadielles…
6. Sevilla
Sevilla emerge en representación de toda la tradición andaluza, lo cual puede parecer ambicioso; pero es innegable que en la capital se puede encontrar lo mejor de una cocina única, y el contexto ideal para saborearla, ya sea en la feria o de tapas un día cualquiera.
El «pescaíto», los boquerones, los chocos, el cazón, todas las maravillas del litoral andaluz están aquí, pero también el jamón, el gazpacho y, cómo no, el primor del fino y la manzanilla.
5. Barcelona
Un paseo por el Mercat de la Boqueria da una idea de todo lo que se cuece en Barcelona. Aún es posible encontrar en la ciudad restaurantes que encarnan lo más suculento de la tradición gastronómica catalana, una tradición que se respira en muchos rincones, ya sea yendo de tapas por la Barceloneta, tomando el vermut por Sant Antoni o buscando restaurante entre la magnífica oferta existente.
4. El Ampurdán
Las comarcas ampurdanesas juegan con ventaja y es que pocas zonas han tenido un glosador tan excelso como el escritor Josep Pla. Él nos explicó las delicias de esta tierra, que aúnan productos soberbios (las gambas de Palamós, las anchoas de L’Escala, los vinos D.O. Empordà) con el saber hacer de pescadores y anónimas cocineras. La Costa Brava y también el interior (Figueres, Palafrugell, Corçà) cuentan con templos culinarios capaces de conquistar a cualquiera.
3. Madrid
Es ya un tópico eso de que en Madrid está el mejor pescado de España, pero los tópicos encierran muchas verdades. No es exagerado decir que se puede paladear lo mejor de nuestra gastronomía sin salir de Madrid, con una oferta amplísima y para todos los gustos. Quizás el bocata de calamares o los callos son contribuciones modestas, pero una ciudad en la que puedes escoger, por ejemplo, entre varias excelentes tortillas de Betanzos, tiene que estar en el podio.
2. Santiago de Compostela
Toda Galicia es garantía de extraordinaria calidad en el producto, y es emblema de una gastronomía de renombre indudable en toda España. Pero tomemos de nuevo la parte por el todo: el Mercado de Abastos es una atracción turística en sí mismo, y de ahí salen los tesoros que van a parar a marisquerías, pulperías, mesones y churrasquerías. Comer en Santiago de Compostela parece algo que solo puede salir bien, un festival para los sentidos que hay que aprovechar sin dudarlo en la capital gallega.
1. Donostia – San Sebastián
Pocas cosas generan tanto consenso como que en el País Vasco se come de maravilla. Y San Sebastián es, con pocas dudas, la meca de una gastronomía que goza de un gran prestigio. Desde la sencillez de los pintxos hasta las exquisiteces de los chefs más famosos, todo en Guipúzcoa es goce a la hora de comer.
La tradición pesquera ha creado platos memorables como el marmitako, el bacalao al pil-pil o el txangurro a la donostiarra, pero las carnes tampoco se quedan atrás, y en los asadores se pueden saborear portentosos chuletones. Sumémosle un queso Idiazábal, unos pimientos de Gernika o el famoso txakolí y la experiencia es sencillamente insuperable.
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