Por lo general, cualquier buena colección museística, aparte de una serie de medidas orientadas a proteger y divulgar los contenidos, intenta acompañarse de un espacio físico a la altura de los tesoros que se muestran. Desde los inicios de los museos como institución, se ha cuidado mucho el lugar en que estos se situaban, con una predilección por los grandes edificios históricos, a menudo palacios u otras construcciones de altos vuelos. En la actualidad vemos también cómo la arquitectura más puntera se da la mano con las colecciones de los mejores museos de España, aunque algunos de ellos pasen más desapercibidos que otros. Las próximas líneas exploran algunos de esos museos que, a pesar de no ser tan conocidos, destacan por su belleza, su decoración y su carácter único.
5 museos españoles de gran belleza que tal vez no conozcas
Aunque Madrid aglutina buena parte de los principales museos, vamos a realizar un recorrido por algunos de varias regiones españolas que sorprenden por su flamantes interiores o por la innovadora arquitectura que los alberga.
Museo Nacional de Escultura, Valladolid
Aunque es una sola institución museística, lo cierto es que este museo cuenta con tres sedes, todas situadas en el núcleo histórico de Valladolid. La colección de referencia se muestra en el Colegio de San Gregorio, un impresionante edificio del siglo XV con una portada de ornamentación preciosista. Justo enfrente, el Palacio de Villena, una mansión noble con un espléndido patio renacentista, muestra las exposiciones temporales, mientras que la tercera de las sedes es la Casa del Sol, un palacio también renacentista que incluyó una iglesia aledaña como capilla familiar de los antiguos dueños. El conjunto, pues, viene a ser como una calle casi entera consagrada al arte escultórico, un espacio monumental dentro de un entorno no menos histórico.
Museo Nacional de Arte Romano, Mérida
Mérida es, sin duda, una de las mejores ciudades para disfrutar del legado de Roma en la Península, de ahí que albergue este museo y otras joyas como el Teatro Romano. El impresionante edificio que acoge el museo es una colosal construcción del arquitecto Rafael Moneo, que muestra un uso de los arcos de medio punto y del ladrillo al estilo de la antigüedad tardía, pero con un toque moderno que armoniza a la vez que contrasta con las colecciones del museo, entre las que se cuentan excelentes esculturas y mosaicos romanos. Por todo esto, el Museo Nacional de Arte Romano atrae a los interesados en el legado romano, pero también a los aficionados a la arquitectura más moderna, de la cual es una muestra excepcional.
Museo Cerralbo, Madrid
Enrique de Aguilera y Gamboa, Marqués de Cerralbo, cedió al Estado antes de morir las colecciones de arte que había atesorado, y que son las que se presentan al público hoy en este museo singular que ocupa la casa del propio marqués. Además de arte, en el Museo Cerralbo hay objetos arqueológicos, armas, orfebrería y otras antigüedades, pero lo que llama la atención son las propias dependencias donde se exhiben estas joyas, una casa noble tal y como lucía en el siglo XIX. Los interiores atraen las miradas no solo por los objetos expuestos, sino también por la suntuosa decoración, que nos traslada a la época en que el marqués caminaba por estos pasillos.
Museu Picasso, Barcelona
La Calle Montcada, en el corazón del Barrio de la Ribera, fue la calle donde las grandes familias de la ciudad se construían sus palacios durante la Baja Edad Media. De hecho, toda esta calle está declarada Conjunto Monumental Histórico-Artístico desde 1947. El museo dedicado al pintor malagueño ocupa hasta cinco palacios de esta calle señorial, todos ellos de los siglos XIII o XIV, tras las sucesivas ampliaciones del recinto original de 1963. Estos palacios o mansiones tienen en común la estructura, típicamente dispuesta en torno a un patio con escaleras descubiertas, y abundan en ellos las arquerías ojivales y otros detalles que nos trasladarían al medievo si no fuera porque las salas están consagradas a uno de los pintores más rompedoramente modernos del siglo XX.
Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca
Si hay un símbolo indiscutible de la ciudad de Cuenca son las casas colgadas, estas muestras insuperables de arquitectura de raíz popular con siglos de historia a sus espaldas. El Museo de Arte Abstracto Español ocupa una parte significativa de estas icónicas casas, pero pasa bastante desapercibido a pesar de la fama de los edificios. El museo en sí pertenece a la Fundación Juan March y es fruto de la generosidad del coleccionista Fernando Zóbel, que tuvo la iniciativa de esta propuesta museística dedicada al arte contemporáneo y en particular al abstracto, en una época, los años 60, en que apenas se valoraba lo suficiente este tipo de arte como para introducirlo en los museos. En cualquier caso, guste o no el arte abstracto, este museo es una excusa inmejorable para visitar el interior de las llamadas Casas del Rey, que cuenta con una llamativa viguería de madera y otros detalles genuinos. Hay, de hecho, quien ha dicho que este es el más bello pequeño museo del mundo.
