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Segovia es una de las provincias de Castilla y León que, además de ser una de las que mejor conservan sus espacios naturales, es innegable que tiene un legado histórico y cultural digno de mención. Aunque reunir las maravillas más sorprendentes de Segovia no es nada sencillo, vamos a intentar agrupar en este espacio aquellas que sí o sí merece la pena visitar por lo menos una vez en la vida.
El centro segoviano
El acueducto romano de Segovia
Pese a que el atractivo de la provincia va más allá de la ciudad de Segovia, es imposible hablar de las maravillas segovianas sin empezar la ruta por el centro histórico para contemplar el acueducto. Esta imponente construcción romana data del siglo II d. C. y es, sin duda, el principal símbolo de la ciudad.
Se trata de una magistral obra de ingeniería que se conserva en un estado extraordinario, teniendo en cuenta cuándo se levantó. De hecho, algo que quizás te sorprenda del mismo es que entre los bloques que componen el acueducto no hay ninguna clase de cemento.
El Alcázar de Segovia
Esta fortaleza que podría estar sacada de un auténtico cuento es el Alcázar de Segovia. Una preciosa edificación cuyos orígenes se remontan también a la época romana. Ha sido residencia de importantes monarcas como Alfonso X el Sabio o los Reyes Católicos y fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
Lo más llamativo del alcázar es la gran torre del homenaje flanqueada por cuatro torreones, aunque lo cierto es que tiene un encanto especial en su totalidad. Se dice que Walt Disney quedó maravillado del edificio y se inspiró en él para crear el castillo de Blancanieves, aparecido en su famoso largometraje.
La Dama de las Catedrales
Paseando por las calles de Segovia llegamos hasta la llamada Dama de las Catedrales, la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos, pegada a la Plaza Mayor. Su construcción no fue precisamente breve, ya que más de 150 años pasaron hasta que finalmente se completó la que se conoce como la última catedral gótica de España. Como fue levantada entre los siglos XVI y XVIII, vemos en ella reflejos de diferentes estilos, donde principalmente destaca el gótico con algunos rasgos renacentistas.
Los pueblos de Segovia con más encanto
Pedraza
Siguiendo la ruta fuera de la ciudad capital de la provincia, conviene hacer una parada en Pedraza, una encantadora villa medieval de pequeño tamaño, pero de gran belleza. Visitar este pueblo segoviano es sinónimo de perderse por sus calles y acabar encontrando palacios y casas nobles del siglo XVI que gozan de muy buen estado de conservación. No puede faltar en la visita ver la muralla, llegar a la Plaza Mayor y conocer el castillo y la Cárcel de la Villa.
Ayllón
Ayllón se sitúa al nordeste de la provincia de Segovia, en las inmediaciones de la sierra que le da nombre, la Sierra de Ayllón, y es uno de los pueblos más bonitos de España. Sus orígenes se remontan a muchos siglos atrás, ya que en sus territorios han habitado celtíberos, godos, visigodos y musulmanes.
Se trata de una villa medieval declarada Conjunto Histórico Artístico que ha visto pasar por sus calles a Alfonso VI, Fernando IV o el Cid Campeador, entre otros. Pasear por sus alrededores, llegar a la Plaza Mayor y ver el Palacio de los Contreras son planes imprescindibles.
Riaza
Otro pueblecito que merece ser mencionado es Riaza. Una localidad de la provincia de Segovia que se encuentra en el norte de la Sierra de Ayllón y cuyos inicios se remontan al siglo XI. Posee una curiosa plaza mayor dividida en dos por el edificio del ayuntamiento, una obra que data del siglo XVIII. Es sin duda una de las mejores opciones para el turismo rural gracias al precioso paraje natural donde se encuentra.
La Segovia histórica
El Castillo de Coca
Situado en la localidad de mismo nombre, el Castillo de Coca es una impresionante fortificación construida a mediados del siglo XV que empezó siendo una residencia señorial. Es uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótico-mudéjar y está declarado Monumento Nacional. No es para menos, pues cualquiera que tiene la oportunidad de visitarlo queda asombrado con su encanto.
El conjunto arquitectónico está construido en ladrillo, el cual no solo es el principal material de obra, sino que también destaca como elemento decorativo. Algo atípico es que el castillo aprovecha el terreno y se levanta sobre un foso en vez de elevarse sobre un cerro como es habitual en otras fortalezas.
Palacio Real de la Granja de San Ildefonso
El Real Sitio de San Ildefonso, también conocido como La Granja, es una localidad segoviana que guarda una de las residencias reales más bonitas del país: el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso. Un monumental palacio que se encuentra en la zona norte de la Sierra de Guadarrama, a unos 13 kilómetros de la ciudad de Segovia.
Felipe V, el primer Borbón en reinar en España, quedó encandilado con el lugar y mandó levantar este enclave con el objetivo de convertirlo en su rincón de descanso y retiro. El palacio, junto a los jardines y las fuentes que lo completan, es una de las mayores muestras del esplendor de la monarquía durante el siglo XVIII.
Paraísos naturales en Segovia
El Hayedo de la Pedrosa
Ubicado en los lomos de la Sierra de Ayllón, el Hayedo de la Pedrosa es un extenso bosque de hayas que se extiende unas 87 hectáreas. La vegetación prospera en tal lugar gracias al clima húmedo donde se encuentra. Una de las mejores épocas para visitarlo es en los meses de otoño, momento en el que las hojas de los árboles centenarios tornan a colores dorados y crean una postal de ensueño.
Parque Natural de las Hoces del Río Duratón
En apenas una hora y media desde la capital del país, encontramos este excepcional parque natural. En él, presenciar paisajes idílicos en torno a las hoces marcadas por el Río Duratón es lo habitual. Y es que el río se ha ido encajando en un profundo cañón que en algunas zonas llega a alcanzar más de 100 metros de desnivel, por lo que además de belleza, también encierra una gran importancia arqueológica. Es uno de los mayores conjuntos de cañones, acantilados y desfiladeros de la comunidad de Castilla y León.
Allí también se encuentra el Refugio de Rapaces de Montejo de la Vega, por eso es común poder ver parejas de buitres leonados, acompañados de águilas reales, alimoches y halcones peregrinos.
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