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Las 6 ciudades de España que tienen 2 catedrales

Lugares de España con dos catedrales

El patrimonio religioso de nuestro país es espectacular. Ermitas, monasterios, iglesias y, por supuesto, esas catedrales españolas que se elevan hacia el cielo en capitales de provincia y también en pequeñas ciudades. Son nada menos que 93 y cada una de ellas refleja lo mejor del estilo en el que se concibieron, desde la sobriedad del románico a la elegancia del gótico o la opulencia del barroco. Pero en solo contadas ocasiones, más exactamente en seis, encontramos dos catedrales en la misma ciudad.

Ciudades españolas que presumen de 2 catedrales

Salamanca

Catedral de Salamanca
Conjunto catedralicio de Salamanca. | Shutterstock

El conjunto catedralicio es uno de los grandes tesoros de esta ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad. Dos templos que conviven como uno solo desde hace cuatrocientos años. Las obras de la vieja catedral, dedicada a Santa María de la Sede, se desarrollaron entre los siglos XII y XIII. De este templo románico cabe destacar la Torre del Gallo, un trabajado cimborrio que es posible admirar de cerca en la visita a los tejados de la catedral.

Pero el templo no tardaría en quedarse pequeño, lo que obligó a plantearse la construcción de una nueva catedral. El resultado fue un magnífico edificio, esta vez dedicado a la Asunción de la Virgen. Las obras comenzaron en 1513, pero no se acabaron hasta bien entrado el siglo XVIII. Ese es el motivo de que en la construcción se puedan apreciar detalles góticos, renacentistas y hasta barrocos.

Lo cierto es que la idea inicial era derribar la vieja catedral según avanzaran los trabajos de la nueva. Aquella intención, afortunadamente, no llegó a materializarse nunca, gracias a lo cual Salamanca conserva dos de las catedrales españolas más bellas.

Cádiz

Catedral de Cádiz
Catedral de Cádiz. | Shutterstock

La silueta de la catedral de la Santa Cruz de Cádiz, con sus dos esbeltas torres, sus cúpulas y su fachada en dos tonalidades se yergue desde la misma orilla del mar. Es un magnífico templo cuyas obras se iniciaron en 1722 y se prolongaron durante 116 años, de ahí la mezcla de estilos: barroco en algunos elementos y neoclásico en otros.

Pero en la Tacita de Plata hay otra catedral mucho más antigua, la iglesia de Santa Cruz. De hecho, fue Alfonso X el Sabio quien mandó construir el templo sobre una antigua mezquita. Un templo que se erigió como catedral en 1263. El saqueo de la ciudad por parte de tropas angloholandesas en 1596 provocó severos daños en ella. Se reconstruyó tal y como lo conocemos hoy, pero no mucho más tarde se decidió que Cádiz merecía una catedral mucho más esplendorosa.

Plasencia

Nueva catedral de Plasencia
Nueva catedral de Plasencia. | Shutterstock

De la lista de ciudades españolas con dos catedrales, Plasencia es la única que no es capital de provincia. Ambos templos están dedicados a la virgen María y ninguno de ellos está completo. Las obras de la vieja catedral comenzaron a principios del siglo XIII, en un estilo de transición del románico al gótico. Es una construcción austera que conserva solo sus tres naves, puesto que la cabecera y el crucero se perdieron con la obras de construcción de la catedral nueva.

Precisamente, es un muro adornado con un retablo lo único que separa la vieja catedral de la nueva. Las obras de construcción de esta última comenzaron a finales del siglo XV y se prolongaron durante toda la centuria siguiente. Es más imponente que su hermana pequeña y, a diferencia de ella, sí tiene cabecera y crucero, aunque le faltan las naves del cuerpo y parte de la fachada posterior. En su interior hay que fijarse especialmente en la sillería del coro y en su altar mayor.

Un apunte: al igual que lo ocurrido con las catedrales de Salamanca, en Plasencia la intención era mantener en uso la primitiva y demolerla tras acabar la construcción de la nueva. ¿Por qué no se hizo? Por el coste que suponía en una época de dificultades económicas. Gracias a ello hoy podemos contemplar estas dos catedrales españolas que forman un conjunto atípico y de extraña belleza.

Vitoria

Catedral de Vitoria
Catedral de Vitoria. | Shutterstock

De entre las catedrales de España, la de Santa María de Vitoria tiene algo que la hace muy especial. En ella se inspiró Ken Follet para escribir la segunda parte de Los pilares de la Tierra, de hecho, fue el escenario donde presentó la obra, Un mundo sin fin. Los trabajos para levantar el templo se iniciaron en el siglo XIII. Es una construcción discreta, con un cierto aire de fortaleza que en su momento formó parte de la muralla medieval.

Pero los problemas estructurales de la vieja catedral y la creación de la diócesis que unía los tres territorios históricos vascos a mediados del XIX empujaron a tomar la decisión de levantar una nueva. Por ello, la de María inmaculada de Vitoria es una de las catedrales españolas más modernas, puesto que las obras se desarrollaron en las primeras décadas del siglo XX en un estilo neogótico.

Lleida

La Seu Vella
La Seu Vella. | Shutterstock

La Seu Vella, una imponente construcción románica, se alza sobre un cerro que domina la ciudad de Lleida. Ahí se levantó entre los siglos XIII y XV, pero su posición estratégica hizo en que el XVIII se convirtiera en cuartel militar. Incluso llegó a ser campo de concentración para presos republicanos durante la Guerra Civil.

La transformación de la vieja catedral obligó a construir una nueva, ya en el centro de la ciudad y en estilo barroco. Apenas fueron necesarios 20 años de trabajos para dar forma a la Seu Nova, un templo de estilo barroco cuyo interior guarda una talla singular: la Virgen del Chichón, una imagen gótica que luce una singular mancha morada en la frente.

Zaragoza

Plaza del Pilar de Zaragoza
Plaza del Pilar de Zaragoza. | Shutterstock

El de Zaragoza es un caso excepcional. ¿La razón? En la capital aragonesa no podemos hablar de una catedral vieja y una nueva, sino de dos diferentes, independientes y, además, en activo. La Seo, que se levantó en 118 sobre la antigua mezquita de la ciudad, fue la primera catedral de Zaragoza. Su mezcla de estilos sorprende y maravilla a partes iguales, desde su magnífica portada barroca a su bello altar gótico, sin olvidar el muro de la anexa de la capilla de la Parroquieta, una joya mudéjar. Es por todo ello una de las catedrales de España más singulares y también menos conocidas.

El hecho de que la Seo pase a veces injustamente desapercibida se debe a la imponente figura de la otra catedral zaragozana, la basílica del Pilar. Antes que el edificio actual, es esos mismos terrenos hubo una primitiva iglesia, un templo románico y otro gótico mudéjar. Pero la devoción mariana hizo que en el siglo XVII se tomara la decisión de construir un templo más grande, magnífico de hecho, que es el que hoy podemos admirar.

Cada templo tenía su propio cabildo, cuestión que generó notables tensiones porque ambos se disputaban la sede de la cátedra episcopal. El papa Clemente X puso fin al litigo en el año 1676. Dispuso que ambos edificios son catedrales, aunque comparten un mismo cabildo que cada año, el 1 de abril, cambia de residencia y pasa de una a otra.