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Catedral Vieja, nacer y crecer con Vitoria

Catedral Vieja de Vitoria

La catedral de Santa María de Vitoria, conocida popularmente como Catedral Vieja, es un templo gótico que comenzó a levantarse en el siglo XIII y cuya construcción, podría decirse, todavía no ha concluido. Numerosos problemas la han acechado a lo largo de la historia, aunque esto no ha sido impedimento ni para que se convierta en el símbolo de la ciudad ni para que atesore numerosos reconocimientos. Bien Histórico-Artístico desde 1931, Bien de Interés Cultural desde 2002, Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO bajo la denominación Caminos de Santiago: Camino Francés y Camino del Norte de España. En definitiva, es un símbolo de la ciudad, con la que nació y con la que sigue creciendo.

Una historia ligada a la misma ciudad

Catedral Vieja de Vitoria
Catedral Vieja de Vitoria. | Jean-Christophe BENOIST, Wikimedia

La historia de la Catedral Vieja está ligada a la misma historia de la ciudad, así que los orígenes de esta han de resumirse para comprender los cimientos de la primera. Sancho VI fundó Vitoria en el año 1181, sobre la aldea de Gasteiz, con la intención de convertirla en parte de la línea de defensa del reino de Navarra. Por entonces, Navarra y Castilla andaban con conflictos. Esta defensa sirvió de poco: en 1202, el rey castellano Alfonso VIII la conquistó.

Tras un incendio en 1202, el monarca reconstruyó parte de la ciudad y surgió la primigenia iglesia de Santa María. Se levantó para que se cumpliera la función de defensa con que estaba surgiendo todo el núcleo de población, pero también, claro, como espacio de culto. Para su emplazamiento se escogio un espacio privilegiado: el edificio comenzó a construirse sobre un antiguo templo, en la parte más alta de la ciudad. Se integró como parte de la muralla, obligando incluso a tirar la puerta principal de acceso para poder dar cabida al templo monumental que se quería construir. Fue durante los siglos XIII y XIV cuando adquirió el aspecto gótico que todavía hoy conserva.

A finales del siglo XV, la parroquia se convirtió en colegiata. Así, Santa María pasó a ser el centro eclesiástico más importante de la zona, convertido en catedral con la creación de la diócesis de Vitoria en 1862. Antes de esa última conversión, comenzaron las reformas y los procesos de embellecimiento del conjunto, que en ningún caso estaba preparado para sostener los cambios que se avecinaban. Por ejemplo, la sustitución de una ligera bóveda de madera por una pesada de piedra. Incapaz de sostener esos empujes horizontales, así que el equilibrio estructural quedó alterado y ya no hubo vuelta atrás. Se deformaron los pilares y los arcos, las bóvedas se llenaron de grietas y para el siglo XVII la situación era de ruina inminente.

La construcción de la catedral de María Inmaculada, conocida por lo evidente como Catedral Nueva, dejó sin funciones a este conjunto medio en ruinas que pasó a oficiar una misa diaria y una mayor los domingos. La falta de mantenimiento y de conservación empeoraron la situación. Asimismo, la intervención realizada en los años sesenta del siglo pasado no hizo otra cosa que agravar los problemas existentes prácticamente desde su concepción. En 1994 se cerró al público para someterlo a un complejo plan de restauración. El objetivo era atajar de una vez y para siempre esos problemas estructurales de este gran templo gótico.

Un gran templo gótico

Pórtico de la Catedral de Santa María
Pórtico de la Catedral de Santa María. | Zarateman, Wikimedia

Porque, a pesar de todo, la Catedral Vieja de Vitoria es un templo que maravilla. Es posible identificar diversos estilos en el conjunto, ya que las numerosas edificaciones que lo conforman fueron levantadas en diferentes épocas. La principal y más antigua es la iglesia de Santa María. Con planta de cruz latina, cuenta con tres naves, la central de mayor altura, cubiertas con bóvedas de crucería. Sorprende su enormidad.

A lo largo de los siglos XV y XVI se fueron añadiendo otros elementos: la torre campanario, el coro, las capillas, los altares y los sepulcros. La mayoría se han ido modificando con el tiempo. La capilla de Santiago, que fue una de las primeras en levantarse, es actualmente la iglesia parroquial de Santa María. Cuenta con un acceso independiente desde la plaza homónima. Hay que destacar también el pórtico y la triple portada, en correspondencia con las tres naves.

Grande, luminosa y repleta de detalles, la visita a este templo es obligatoria cuando uno recala en Vitoria. Hay que empezar por conocer sus cimientos. Durante los últimos trabajos de excavación se descubrieron, en el subsuelo, más de 200 enterramientos, un centenar pertenecientes a los siglos XI y XII. Su historia es vastísima. No en vano, parece que esta Catedral Vieja fue la inspiración de Ken Follet para sus pilares de la tierra.

Abierta por obras

Los tejados de Vitoria al caer la noche
Los tejados de Vitoria al caer la noche. | Shutterstock

En junio de 2000, la Catedral de Santa María propuso a sus visitantes una manera diferente de conocer el templo. Tras colocarse un casco para proteger la cabeza, los curiosos podían descubrir muchos recovecos de la catedral, algunos en obras. Bajo el ingenioso lema “abierto por obras”, las puertas de este histórico edificio se abrieron para permitir el paso de aquellos que deseaban conocer el símbolo de una ciudad con la que creció a la par. Los trabajos arquitectónicos, arqueológicos y de restauración empezaron a presentarse al público, con claridad y sin tapujos. Esta iniciativa sigue en pie y ha conseguido captar la atención de todo el mundo.

Desde 2014, la Catedral Vieja está abierta, de nuevo, al culto. El principal motivo de su concepción quedó así restaurado, compaginándolo con los trabajos que todavía se llevan a cabo. En junio del pasado año se recuperó su portada más antigua, la portada de Santa Ana. Se espera que pronto pueda lucir con el esplendor que merece este templo que nació con la ciudad y que no ha dejado de crecer, aún con numerosas complicaciones, con esta.