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Bandujo, sueño medieval en las montañas asturianas

Bandujo, Asturias

El ascenso hasta Bandujo es parte del destino, es lo primero que uno debe tener claro a la hora de abordar este nuevo Rincón del Finde. A esta parroquia del centro de Asturias se accede por una carretera comarcal que responde a los caprichos de la montaña. Por ello, como puede imaginarse, las vistas son espectaculares. Las curvas imposibles van dando paso poco a poco a un lugar de ensueño para los amantes de la naturaleza y la tranquilidad que en la mayoría de las ocasiones llega con esta. Pero Bandujo es más: es, además de la postal general, uno de los pueblos asturianos que mejor ha sabido conservar su pasado medieval.

Un poco de historia de Bandujo

Bandujo en la distancia
Bandujo en la distancia. | Shutterstock

Esta parroquia asturiana encuentra su origen en el lejano VIII, cuando todavía se la conocía como Vandugio y no era más que una pequeña villa. De esta época no se conservan huellas en forma de edificios, pero sí un sendero que aún puede recorrerse. También la certeza de su existencia, pues un documento del año 912, relacionado con la catedral de Oviedo, certifica tanto el emplazamiento del poblado como la presencia de una iglesia de estilo románico.

Parece que fue desde el siglo XII hasta el siglo XVIII cuando Bandujo tomó su forma actual, que consiste en diferentes barrios conectados entre sí. También en esta época nació un linaje presente a lo largo de su historia: el de los Álvarez de Bandujo, asociados a una destacable torre de planta circular que todavía permanece en pie. Ees uno de los mejores ejemplos de torres defensivas de Asturias.

Lo recóndito del lugar puede comprenderse con un dato reciente: no fue hasta el siglo pasado cuando Bandujo contó con una carretera de acceso al lugar medianamente decente. Hasta entonces, era ese primitivo camino medieval el que debía emplearse para acceder a la parroquia.

Las claves de la parroquia asturiana

Bandujo cuando llega la nieve
Bandujo cuando llega la nieve. | Shutterstock

Enclavado en las montañas asturianas, a unos 700 metros de altitud, los veranos de Bandujo son frescos y húmedos, y sus inviernos son fríos. Cae la nieve y muchas veces incomunica a los cuarenta vecinos que todavía viven repartidos por sus diferentes barrios. No puede decirse que simplemente cuiden de un lugar que en el año 2009 fue declarado Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico, porque lo que hacen estos vecinos, además de valorarlo, es vivir. En este sentido, no hay que olvidar, como turistas, que se visita un lugar en el que muchas personas desarrollan su rutina. Ni tampoco hay que olvidar que romantizar en exceso los conjuntos rurales es obviar las dificultades que en muchas ocasiones sufren.

Pero es cierto que merece la pena descubrir y comprender los siete barrios que componen Bandujo. Todos con sus respectivas casas de piedra y con elementos que parecen pertenecer a otro tiempo, como los hórreos, repartidos aquí y allá. La imponente presencia de la montaña se nota también en cada paso.

Bandujo
Bandujo. | Shutterstock

Dentro de este conjunto medieval destacan un par de monumentos. Como la iglesia de Santa María, que aunque sufrió reformas en el siglo XVIII todavía tiene aires medievales. Su origen está en el siglo X y es de formas sencillas: estilo románico y una única nave. También merece la pena acercarse al cementerio, donde cada año en el día de Difuntos se cubren las tumbas con flores.

Es sobresaliente la torre anteriormente mencionada, conocida como la torre de Bandujo o la torre de Tuñón. Alzada entre los siglos XI y XIII, es de planta circular y tiene cuatro pisos de altura. En ella puede verse el escudo con los blasones de los Tuñón, los Miranda y los Bandujo, tres familias que influyeron notablemente en el desarrollo de la zona.

Rincones cercanos a Bandujo

Parque natural de Las Ubiñas-La Mesa
Parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. | Shutterstock

Aunque las dos ciudades principales de Asturias, Gijón y Oviedo, se encuentran a poco más de una hora cada una, la recomendación no puede ser otra que seguir explorando la naturaleza del interior. A poco más de media hora, el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa sorprende con su naturaleza infinita. Las rutas de senderismo que pueden descubrirse profundizando en su entorno conquistarán a los amantes de lo ya dicho: la naturaleza y la tranquilidad. Ya se habló de la maravillosa Senda del Oso, por ejemplo. Y no hay que olvidar, por otro lado, que en este parque natural se encuentra el macizo de Peña Ubiña, la segunda montaña más alta de la región tras los Picos de Europa. Llega a alcanzar los 2.400 metros de altitud.

Un poco más lejos, pero igualmente accesible, está el parque natural de Somiedo, lugar de contrastes. También en sus dominios se alcanzan los 2.000 metros de altitud, pero igualmente se desciende hasta los 400 para descubrir otro tipo de paisajes. Dentro de este conjunto destacan sus preciosos lagos, como el de Saliencia, o las brañas típicas de la zona con sus teitos, que sirven para descubrir también la labor de los pastores en la zona.

Por la perfecta fusión entre naturaleza e historia, por eso es nuestro Rincón del Finde

Bandujo
Bandujo. | Shutterstock

Porque conocer Bandujo supone una inmersión fantástica en un auténtico reducto medieval enclavado en las montañas de Asturias, lo que ya de por sí es una experiencia de valor incalculable. Esta parroquia permite que el visitante disfrute de ese paraíso natural que es esta comunidad, donde la historia y la cultura nunca han dejado de tener presencia.