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Calles de Setenil de las Bodegas, a la eterna vera de una roca

Calles-cuevas de Setenil de las Bodegas

Uno de los pueblos que conforman la bonita ruta de los pueblos blancos de Cádiz recibe el nombre de Setenil de las Bodegas, ubicado en la zona sureste de la provincia. A 640 metros de altitud, el centro de este municipio se halla incrustado en el tajo conformado por el río Trejo. Y es esto precisamente lo que hace del pueblo un sitio muy peculiar, pues son varias las calles que se cobijan bajo la sombra del peñón conformando una curiosa estampa. Las calles de Cuevas del Sol y de Cuevas de la Sombra son, asimismo, de las más singulares del lugar.

Un poco de historia de las calles-cuevas de Setenil de las Bodegas

Setenil de las Bodegas es célebre, historiográficamente hablando, por haber sido un punto importante desde el que conquistar la España nazarí. Se dice que aguantó siete sitios y que, una vez tomada por los Reyes Católicos, se le concedieron un gran número de beneficios y franquicias. Pero antes de esto, se cree que ya hubo asentamientos prehistóricos durante el Neolítico. De hecho, se cree que estas cuevas semitroglodíticas ejercieron como refugio natural de pobladores prehistóricos.

En un pasado más reciente, al igual que ocurre con otras casas-cuevas de otros enclaves del sur de España, las construcciones de Setenil de las Bodegas se asociaron a las clases más humildes. Sin embargo, en la actualidad también ocupan estos espacios mesones típicos, garajes o almacenes.

Setenil de las Bodegas
Panorámica del pueblo de Setenil de las Bodegas. | Shutterstock

Las claves de las calles de Cuevas del Sol y de Cuevas de la Sombra

En Andalucía no es raro encontrarse con casas excavadas en roca o, lo que es lo mismo, con casas-cueva. Es el caso de, por ejemplo, Guadix, un municipio granadino que cuenta con hasta 2.000 casas-cueva. Por otro lado, la ciudad de Granada es célebre a este respecto por tener este tipo de construcciones. Setenil de las Bodegas también dispone de sus propias casas cueva, aunque de una forma un tanto peculiar, diferente al de los otros dos casos mencionados.

En primer lugar, hay que tener en cuenta la disposición de las viviendas a lo largo del municipio. Estas se organizan en diferentes alturas desde el castillo hasta el suelo, adaptándose al curso del río. Precisamente es en la parte baja, al abrigo de un tajo creado por el río, donde se encuentran las denominadas como construcciones semitroglodíticas. A diferencia de otros inmuebles andaluces similares, en este caso las casas no excavan la roca, sino que se limitan a cerrar la pared y desarrollar la vivienda de una forma longitudinal.

Calle Cueva de la Sombra
Calle Cuevas de la Sombra en Setenil de las Bodegas. | Shutterstock

En Setenil las viviendas de este tipo se pueden encontrar en gran cantidad de calles como la calle Mina, la calle Herrería o la calle Triana. Sin embargo, las calles de Cuevas del Sol y de Cuevas de la Sombra tienen además otra peculiaridad más: no es que se hallen cerrando una pared, sino que se hallan debajo de la roca, la cual han convertido en su techo.

Se trata de dos vías que discurren paralelas la una a la otra, una a cada lado del río Guadalporcún. En el primer caso, se habla de una calle que recibe la luz del sol durante la mayor parte del día. Mientras que en el segundo, la estrechez de la calle no permite apenas la entrada de la luz. Ambas vías están siempre llenas de gente y bares, pues ¿quién no quiere perderse una visión como esta?

Rincones cercanos a las calles-cuevas de Setenil de las Bodegas

Obviamente, lo más inmediatamente que ver cerca de estas calles de sol y sombra son otros rincones del propio municipio de Setenil de las Bodegas. Otra de las vías principales, de las más célebres y también de las más bonitas, es la de Herrería. No se queda atrás la de Calcetas. Completan la visita rincones como la plaza de Andalucía, el torreón del Homenaje, el castillo, la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación o miradores como el de El Lizón. En definitiva, en Setenil de las Bodegas hay que subir y bajar las cuestas y dejarse sorprender por sus muchos rincones.

Ronda
Puente Nuevo de Ronda. | Shutterstock

Pero es que, además, Setenil forma parte de la archiconocida ruta de los pueblos blancos de Cádiz, una buena excusa para alargar la estancia o, al menos, para acercarse a algunos de los municipios de la misma más cercanos: Alcalá del Valle o Torre Alháquime.

A escasos 17 kilómetros también se halla uno de los pueblos más célebres del país: Ronda. Las vistas del impresionante Puente Nuevo, dignas de las historias más épicas, son ya una leyenda y la parada más obvia que hacer en el municipio. Pero también hay otras paradas imprescindibles. La Casa del Rey Moro, la muralla de Ronda o la plaza del Socorro son algunas de ellas.

La gastronomía de la zona

Calle Cuevas del Sol
Calle Cuevas del Sol en Setenil de las Bodegas llena de bares. | Shutterstock

Uno de los principales atractivos de Setenil de las Bodegas es también su gastronomía, pues es muy típico tapear en cualquiera de sus alturas. El producto estrella a este respecto es ni más ni menos que el aceite de oliva virgen extra, que acompañará a todos los platos habidos y por haber. También son muy típicas las chacinas, carnes embutidas elaboradas tradicionalmente por las familias y que en la actualidad elaboran sobre todo Los Montes de Setenil S.C.A.

También son típicos otros productos de la zona de la serranía de Ronda y la sierra de Cádiz, como las sopas cortijeras, los revueltos de espárragos, las migas de pan, el gazpachuelo o el cocido. Sin olvidarse, claro, del postre. En este terreno los cortadillos, las tortas de aceite o el membrillo, son de los platos más típicos. Además, como se puede deducir de su propio nombre, Setenil posee una incipiente industria vinícola.

Por conformar un entramado de calles únicas, por eso es nuestro Rincón del Finde

Las calles de Cuevas del Sol y de Cuevas de la Sombra no solo son vías salpicadas de casas-cuevas, sino que además se hallan dispuestas en la roca de una forma diferente a la de otros municipios. Además, estas calles, al contrario que otras de Setenil, están en algunos tramos totalmente cubiertas por el peñasco, lo que hace de ellas dos rincones excepcionales.