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Explorando el Forau de Aigualluts, el corazón del Pirineo aragonés

El Forau de Aigualluts

Los Pirineos están llenos de paisajes que maravillan tanto a quien los visita por primera vez como a quienes frecuentan la zona, que son muchos. Dicen los enamorados de estas montañas legendarias que no tienen nada que envidiar a las de Suiza, por hacer la comparación inevitable. Si el Pirineo enamora a tantas personas es por rincones de su orografía como el que vamos a descubrir a lo largo de este artículo, un lugar en que la naturaleza hace uno de sus mejores trucos para dejarnos con la boca abierta.

El Forau de Aigualluts, un prodigio de la montaña

Valle de Benasque
Valle de Benasque. | Shutterstock

El nombre de este mágico lugar hace referencia a una sima, un sumidero por el que las aguas del cercano glaciar desaparecen misteriosamente para reaparecer en el vecino Valle de Arán, donde pasan a formar parte del Garona, a casi cuatro kilómetros de distancia. El otro río implicado en este espectáculo es el Ésera, en cuya cabecera se inicia todo, a más de dos mil metros de altitud. Mientras que el Garona corre hacia el Atlántico y desemboca en la ciudad de Burdeos, el Ésera lo hace hacia el Segre y el Mediterráneo.

El fenómeno de las dolinas o torcas, que así se llaman estas curiosas fosas, suele darse en suelos kársticos, y en este caso se suma además una vistosa cascada que es uno de los rincones más visitados de todo el Pirineo. Durante buena parte de la visita al Forau de Aigualluts, sentiremos la cercanía imponente del Aneto: son sus aguas glaciales las que discurren por este punto.

Cómo visitar el Forau de Aigualluts

El Forau de Aigualluts y la cascada
El Forau de Aigualluts y la cascada. | Shutterstock

Si buscas rutas por el Pirineo aragonés, la que proponemos en este artículo es una de las más espectaculares y al mismo tiempo muy asequible. La visita al Forau es una ruta bastante sencilla, de cuatro kilómetros y medio entre ida y vuelta. También es posible realizar un recorrido circular de unos siete kilómetros, que apenas presenta más dificultad.

Esta ruta pirenaica comienza en La Besurta, a donde podemos llegar en autobús desde Benasque. Si hemos optado por el vehículo privado, lo tendremos que dejar en algún aparcamiento público de la zona. El más indicado es el de los Llanos del Hospital, donde puedes aprovechar para echar una ojeada a los restos de un hospital medieval.

La pista hasta La Besurta se cierra en verano, por lo que, para llegar, podemos elegir entre caminar o tomar un autobús que pasa cada media hora y que nos ahorra un buen trecho (aproximadamente una hora de caminata) por apenas 5 euros ida y vuelta.

Un itinerario para disfrutar del entorno

Pico Aneto
Pico Aneto. | Shutterstock

En La Besurta existe la posibilidad de adquirir algunas provisiones o tomar algo, ya que dispone de un chiringuito bastante completo. Desde ese punto, no tenemos más que seguir el sendero, que está muy bien señalizado. Como verás, en su primer tramo el camino coincide con el que lleva al refugio de La Renclusa. El moderado desnivel que incluye la ruta se salva justo en el punto en que estos dos caminos divergen, cuando alcanzamos a ver un hermoso prado.

Después de unos cuarenta minutos de marcha llegaremos al espectacular mirador sobre el Forau de Aigualluts, que permite ver el origen de este accidente geológico y admirar el paisaje del entorno, el corazón del parque natural de Posets Maladeta.

Más adelante, lo que veremos ante nosotros es la cascada de Aiguallut, y sobre todo la oiremos, porque su sonido es casi tan potente como su estampa. Alrededor, los pinos cubren un paisaje abrupto totalmente alpino, muy cerca del glaciar del Aneto, el más importante del Pirineo.

Cascada de Aigualluts
Cascada de Aigualluts. | Shutterstock

Si seguimos por el sendero, se abrirá ante nosotros una gran pradera en la que el agua forma bellos meandros y torrentes. Se trata del Plan de Aiguallut, un punto ideal para tumbarse en la hierba y descansar del camino, mientras observamos la belleza salvaje del entorno. Existen pequeños puentes de madera que permiten cruzar algunos torrentes y así ver un poco más allá.

A partir de aquí, podemos emprender el camino de vuelta después de habernos resfrescado un poco, y así cumplir con la distancia prometida al principio. Pero los más fanáticos de la montaña tienen opciones para alargar un poco la experiencia. Una es conectar con el refugio de La Renclusa, el que dejamos antes de lado, y que nos exigirá un pelín más de esfuerzo físico. La otra posibilidad es subir hacia el ibón del Coll de Toro, que también agregará unos 200 metros más de desnivel a nuestro paseo.

Consejos para visitar el Forau de Aigualluts

Es importante precisar que la dificultad del itinerario hasta la sima, que es media-baja, hace referencia a los meses en que la zona está libre de nieve. En caso de haber nieve todo se complica de una forma notable, y puede no ser tan buena idea realizar la visita, sobre todo si vamos con niños. En épocas más inestables, como la primavera o el otoño, puede ser necesario consultar un buen parte metereológico, para evitar sorpresas.

El desnivel total es inferior a 150 metros, subiendo a un máximo de 2032 metros desde una cota de unos 1900. En todo caso, es relevante tener en cuenta si se toma o no el autobús hasta el chiringuito, y si es así recuerda que funciona de 8 a 21 horas. Con coche privado puedes subir hasta el chiringuito excepto en verano, en que debemos hacer uso del aparcamiento. En los meses estivales, eso sí, la afluencia de visitantes es alta y puedes encontrarte con escasez de aparcamiento ya a media mañana.

De todos modos, las facilidades son muchas para visitar el Forau de Aigualluts, desde el transporte hasta las señalizaciones, por lo que es muy difícil que surja cualquier tipo de complicación. Es uno de esos lugares que tienes que visitar sí o sí en el Pirineo aragonés, una maravilla que justifica por sí sola el viaje a esa zona inolvidable.