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Ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés

valle de Benasque

Sea para ver sus valles en otoño, atravesar sus duras pistas de esquí en invierno o pasear en primavera y verano, las montañas pirenaicas oscenses son un destino perfecto para escaparse. Con profundos bosques, románico por doquier y hayedos de ensueño, muchas de sus localidades son tan aisladas como encantadoras. Con esta ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés se puede descubrir toda la belleza que guarda esta recóndita zona de España. Un recorrido de dos días ideal para un puente y que tiene muchas posibilidades de expandirse con destinos cercanos y complementarios. Sin más dilación, aquí arranca.

Día 1: de Berdún a Jaca

Valle de Ansó
Valle de Ansó. | Shutterstock

La primera jornada se traslada desde las inmediaciones de Navarra hasta el corazón del norte de Huesca. Un trayecto en torno al Parque Natural de los Valles Occidentales. Sus montañas, como el Bisaurín, ponen fondo a esta parte de la ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés. Mientras tanto, el eje más reconocible del día será el río Aragón. Este curso fluvial dio nombre al histórico condado, cuando era parte del reino navarro, y posterior corona.

Berdún, km 0

Berdún ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés
Berdún.

En la meseta de un cerro y visible desde cualquier punto de sus alrededores, Berdún es el punto de salida. Zonas de pasto, alguna pequeña arboleda y roca viva se entremezclan en su entorno. De este modo, la estampa resulta muy vistosa. Dentro del pueblo sobresalen la iglesia de Santa Eulalia y la Casa Lacadena. Donde se halla esta última se levantaba antes el castillo medieval. Desde aquí, aprovechando la mañana, toca encarar la A-1602 una media hora para alcanzar la siguiente parada. De camino queda la bonita Biniés y su fortaleza.

Ansó, km 24

Hito en las estribaciones de los Valles Occidentales, esta localidad es famosa por su papel en el Tributo de las Tres Vacas. Este tratado es el más antiguo en activo de Europa y consiste en la entrega de una terna de reses de los habitantes del valle francés de Baretous a los del Roncal, principalmente Isaba. Ansó tuvo el papel de árbitro y fue quien decidió que tal debía ser la compensación por el uso de los pastos.

Arquitectura típica del Pirineo en Ansó
Arquitectura típica del Pirineo en Ansó. | Shutterstock

La cultura local sobrevive con fuerza en Ansó. Es el principal centro de habla del ansotano, una variante del aragonés. Este se extiende por el mencionado Biniés y el cercano Fago. Asimismo, poseen curiosos trajes regionales que han llamado la atención de intelectuales como Pérez Galdós. Su historia se puede conocer en diversos museos locales. En lo natural, cabe resaltar la presencia de osos en la zona. Esto y otros elementos se pueden descubrir en un centro de interpretación.

Hecho, km 37

Hecho con la Iglesia de San Martín
Vista de Hecho con la Iglesia de San Martín.

Al igual que en el caso de Ansó, en Hecho hay llamativos elementos culturales que apreciar. Por ejemplo, el chaso, dialecto del aragonés y estilo con el que se llama a sus trajes típicos. Asimismo, luce un curioso museo de escultura al aire libre. Sus casas tienen elementos populares como los espantabrujas que coronan sus chimeneas. Los megalitos que hay en la zona protagonizan un pequeño museo a menos de diez kilómetros del pueblo. Sin embargo, lo que más destaca de sus inmediaciones es el monasterio aragonés de San Pedro de Siresa. Con origen en el siglo IX, estuvo muy atado a la historia de Aragón, siendo el edificio donde se educó Alfonso I el Conquistador.

Santa Cruz de Serós, km 74

Otra media de hora de coche desde Hecho lleva a Santa Cruz de Serós. En medio se puede hacer un alto en Puente La Reina de Jaca. Como la localidad navarra, está muy relacionado con el Camino de Santiago. Ambos poseen un puente por el que cruzan peregrinos y otros viajeros. En el caso del oscense, gentes del Camino Francés por Aragón y en el de Gares del Camino Francés por Roncesvalles.

Iglesia de Santa María en Santa Cruz de la Serós
Iglesia de Santa María en Santa Cruz de la Serós. | Shutterstock

Santa Cruz de la Serós muestra un ambiente típico y tranquilo, amén de poseer la bella iglesia románica de Santa María, pero no destaca solo por ello. Su gran atractivo aguarda muy cerca, tras una atractiva carretera de ocho kilómetros. Se trata del monasterio de San Juan de la Peña. Allí descansan varios reyes de Aragón, en uno de los panteones más famosos de España.

Monasterio españoles, de San Juan de la Peña en Huesca
Monasterio de San Juan de la Peña (Huesca)

Cuenta con dos complejos, uno del siglo XI-XII y otro del XVII, que complementó al primero tras un incendio. La ubicación del viejo, bajo una enorme roca, es una de las estampas más impresionantes de esta ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés. Una buena idea es cuadrar la comida en Santa Cruz de la Serós para visitar tras ella, a primera hora de la tarde, el cenobio.

Jaca, km 107

Catedral de Jaca
Catedral de Jaca. | Wikimedia

El destino final del día es también el más completo. Dejando al este los Valles Occidentales, Jaca es una localidad medieval de gran belleza que encaja a la perfección con el ambiente natural que la rodea. Es el mejor final de etapa gracias a su deliciosa gastronomía y amplias posibilidades de alojamiento. Su catedral es una de las grandes joyas románicas del país. Cabe prestar atención a otros templos como los El Carmen o Santiago. Esta última hace referencia a la enorme tradición jacobea de la población. Por otro lado, la cabeza de la Jacetania, comarca que abarca todos los pueblos mencionados hasta el momento, posee dos fortalezas extraordinarias.

Escapadas baratas para el puente de diciembre: Jaca
Escapadas baratas para el puente de diciembre. Ciudadela de Jaca

Una es el fuerte de Rapitán. Totalmente defensivo y preparado para descargar y soportar fuego de artillería, esta obra decimonónica ejecutada en piedra sigue impresionando hoy en día. Sin embargo, la obra militar más especial de la ciudad pirenaica es la Ciudadela de Jaca. Conocida también como castillo de San Pedro, es un fuerte de estrella erigido en la última década del siglo XVI. Sin apenas entrar en acción, conserva todos sus elementos casi intactos, siendo así única en toda Europa. Asimismo, dentro guarda una colección de miniaturas militares con más de 30.000 piezas que recrean batallas.

Una alternativa: Canfranc

estaciones de tren de España
Estaciones de tren de España. Canfranc

Si se prescinde de alguno de los puntos intermedios, como Ansó y Hecho o San Juan de la Peña, se puede optar por visitar Canfranc. Su estación de tren, sin uso internacional, es una de las más bellas de España. Este gran hito modernista es lo más destacado de la fronteriza población oscense. Desandando las sendas del Camino Aragonés, hay 25 kilómetros desde Jaca. También merece la pena parar en el pueblo, que posee varios interesantes elementos medievales. En todo caso, la recomendación sigue siendo hacer noche en Jaca, ya que esto supone un ahorro de media hora en la segunda jornada, algo más larga que la primera.

Día 2: de Jaca a Benasque

Desde un punto intermedio entre los Valles Occidentales y el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido como es Jaca se alcanza el corazón del valle Escondido, en el Parque Natural Posets Maladeta. Una ruta algo más larga que la del primer día pero que transita lugares de extraordinaria belleza natural. Además, deja la puerta abierta a saltar al Pirineo ilerdense, con el Parque Natural de Aigüestortes, en caso de contar con algún día más.

Biescas, km 136

Ermita de Santa Elena en Biescas, en la ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés
Ermita de Santa Elena en Biescas. | Shutterstock

Parte del valle del Tena, al llegar a esta localidad aragonesa uno se encuentra en un entorno glaciar, reflejado por ejemplo en el Ibón de Piedrafita. El río Gállego, que se extiende desde el norte y riega el valle, es el principal de la población. Su condición de plaza fuerte se ve en sus casas, muchas de ellas con un marcado carácter defensivo. Cerca de la población queda el fuerte de Santa Elena, de la época de Felipe II. La iglesia de San Salvador, de inicios del XIII, es el templo más notable de Biescas junto a la ermita de Santa Elenea. A cinco kilómetros del centro, a su alrededor hay tanto restos romanos como megalíticos.

Torla, km 162

Aunque solo hay 25 kilómetros hasta Torla desde Biescas, el trayecto puede durar casi 40 minutos. En todo caso, merece la pena. Uno queda en la entrada occidental al valle de Ordesa, Patrimonio de la Humanidad. Por ello es uno de los puntos imperdibles en esta ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés. Asimismo, esto hace que la época en que más bonito está sea el otoño.

Torla pueblos medievales más bonitos de España
Torla.

De su antiguo castillo apenas quedan restos. Esto se debe a los diversos asaltos que sufrió por parte de los franceses, ya que era una de las puertas de entrada al país por Huesca junto a Jaca. Donde antes estaba la fortaleza oscense hoy hay una iglesia, la de San Salvador. Su estampa es la más característica del lugar, contundente. Su obra actual se debe a las reformas del siglo XVI.

Fanlo, km 174

Día con niebla en Fanlo
Día con niebla en Fanlo. | Shutterstock

Siguiendo el perímetro del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, así como del Monumento Natural de los Glaciares Pirenaicos, poco más de once kilómetros se alcanza Fanlo. En el camino hay que prestar atención al precioso bosque de la Pardina del Señor. La arquitectura tradicional es muy similar a la que se puede ver en otros pueblos de esta ruta oscense. Dominada por piedra tirando a oscura, deja panorámicas muy vistosas. Su iglesia y dos casas con torres defensivas merecen una mención particular.

Aínsa, km 207

La HU-631 deja grandes paisajes pero debe ser tomada con mucha precaución. Junto a la A-138 protagoniza el trayecto hasta Aínsa, de 34 kilómetros pero una hora de duración. Antes de enlazar con la segunda vía se atraviesa el cañón de Añisclo. Al entrar en él merece la pena hacer un alto para disfrutar de la ermita y puente de San Úrbez, así como de la cascada de Aso. Junto al Cinca y la peña Montañesa se acaba desembocando en Aínsa.

Torre de la Iglesia Parroquial de Santa María y casas típicas de Aínsa
Torre de la Iglesia y casas típicas

Es tan buena opción comer en la localidad ainsetana como Fanlo. En medio quedan bucólicos pueblos como Belsierre, donde también se puede sacar partido de la gastronomía del Pirineo aragonés. El principal factor de esta elección es cuánto se haya madrugado y el tiempo dedicado a cada parada. Sea como fuere, la visita a Aínsa es imprescindible.

plazas de pueblos
Plaza de Mayor de Aínsa

Fue una de las cabezas de la comarca de Sobrarbe. El condado medieval correspondiente fue uno de los fundacionales del reino de Aragón e inspiró parte de los símbolos asociados a su corona. Aunque su capital histórica es Boltaña, a menos de diez minutos, actualmente el mayor centro de actividad está en Aínsa. Su castillo es el elemento patrimonial más destacado. La iglesia de Santa María y varias casonas son también muy interesante. Con todo, el conjunto general del pueblo, pétreo y ocre, es lo que hace del lugar algo extraordinario. Al sur aguarda el bonito embalse de Mediano, que se tragó un pueblo al ser construido.

Benasque, km 277

Benasque
Benasque. | Shutterstock

El mayor desplazamiento de esta ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés se da para llegar al punto final. Benasque es la localidad más destacada del valle Escondido, un entorno puramente montañoso a la sombra del Aneto y la Madaleta. Más allá de su bella iglesia románica, el puente medieval o el palacio de los condes de Ribagorza, sobresale la naturaleza que le rodea. Ibones, picos altísimos, densos bosques, sumideros como el Forau de Aigualluts… Elementos suficientes para dedicar una escapada en sí misma en caso de ser amantes del senderismo y el monte. Asimismo, es famoso su balneario, con una de las aguas termales más apreciadas de España.

Alternativa 1: Sallent de Gállego

Sallent de Gállego y el embalse de Lanuza
Sallent de Gállego y el embalse de Lanuza. | Shutterstock

Con el inmenso peñasco de la Foratata y el embalse de Lanuza de fondo, Sallent de Gállego es una localidad de aspecto idílico. Un lugar perfecto para senderistas principiantes o avezados. Posee una coqueta iglesia gótica y muy cerca se asienta Formigal con su estación de esquí. Un lugar que no está obligatoriamente en este ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo aragonés debido a que está algo a desmano. Hay que recorrer 20 kilómetros en dirección norte desde Biescas para llegar. Al tener que volver por la misma carretera, ir consume unos 50 minutos. Sin embargo, si se prescinde de Benasque da tiempo a disfrutarla.

Alternativa 2: Bielsa

Bielsa
Bielsa. | Shutterstock

Este conocido escenario de la Guerra Civil es un rincón perfecto para perderse un fin de semana. Asimismo, es otra población que, como Canfranc y Sallent de Gállego, requiere un desvío de ida y vuelta para ser contemplada. En este caso, también compensa ir a Bielsa solo si se prescinde de Benasque o Aínsa. Para llegar, hay que tornar al norte a la altura de Belsierre, en el trayecto entre Fanlo y Aínsa.

Resumen de la Ruta por los pueblos más bonitos del Pirineo de Huesca

Distancia total277 kilómetros

DíasDos (sin ida y vuelta)

Distancias parcialesDía 1, 107 km (135 si se va a Canfranc) | Día 2, 170 km (212 si se va a Sallent de Gállego y 223 si se va a Bielsa)

Paradas propuestasSalida, Berdún | Día 1, Jaca | Día 2, Benasque