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Denia conserva su esencia marinera, un encantador casco antiguo y un viejo castillo. Puede presumir de contar con más de 20 kilómetros de litoral con playas fabulosas y es un destino gastronómico de primer nivel. Por si faltaba algo, su posición en el corazón de la Costa Blanca hace que sea una fantástica base de operaciones para descubrir otros tesoros de la provincia de Alicante. ¿Lo mejor? Que es muy fácil organizar escapadas cerca de Denia para todos los gustos.
Escapadas desde Denia que no hay que perderse
Atardeceres mágicos en la Albufera
La Albufera de Valencia es uno de esos lugares que se graban en la retina y en la memoria. Paisajes idílicos, la huella palpable de viejas formas de vida y tradiciones que continúan vigentes se dan la mano en un espacio natural de gran valor ecológico. Ese inmenso humedal es hogar de una variedad inmensa de especies animales y vegetales, alberga arrozales y playas infinitas y es uno de los mejores lugares para disfrutar de la exquisita gastronomía valenciana.
Los paseos en barco nos sumergen de lleno en el mágico ambiente de este mar de agua dulce. Y ya sea desde el agua o desde tierra firme, nada como esperar a que caiga el sol para contemplar uno de los atardeceres más bonitos que se puedan imaginar. La luz del ocaso tiñe de dorados y ocres el paisaje y da vida a un espectáculo visual difícil de olvidar a poco más de una hora de Denia.
Uno de los pueblos más bonitos de Alicante: Guadalest
Guadalest es un pueblo de cuento. Su fotogenia se extiende desde un castillo que desafía al abismo encaramado a una roca hasta unas callejuelas con rincones llenos de encanto o un entorno en el que las aguas de un embalse resultan casi hipnóticas. Pero si visitar esta preciosa localidad es uno de los mejores planes desde Denia no es solo por ello, también por una variada y muy curiosa oferta museística.
El hecho de que Guadalest esté a solo a una hora de Denia permite desviarse un poco del camino para sumergirse en un pequeño paraíso acuático de interior: las Fuentes del Algar. En él, una sucesión de cascadas y pozas de aguas cristalinas invita a darse un chapuzón. Sobre todo si el calor aprieta, puesto que son aguas que bajan de la sierra a una temperatura más que refrescante.
Senderismo en La Vall de Laguart
Solo 30 kilómetros separan Denia de una de las mejores maravillas de Alicante: La Vall de Laguart. Es aquí donde se enconde la ‘catedral del senderismo’. En el Barranco del Infierno un impresionante sendero discurre encajonado entre paredes que alcanzan los 100 metros de altura en algunos tramos. Pero el auténtico reto es salvar los casi 7000 escalones tallados en la roca que se suceden a lo largo de los 15 kilómetros de camino que bordean el barranco.
El recorrido es muy exigente y requiere de una cierta experiencia, pero a cambio se disfruta de uno de los paisajes más agrestes y salvajes de Alicante. No hay que olvidarse de su historia, ya que esos escalones recuerdan que este fue el último reducto de la resistencia morisca en tierras alicantinas.
Los mil y un tesoros del Cabo de San Antonio
No todas las escapadas desde Denia tienen que ser por tierra. A solo 11 kilómetros se eleva sobre las aguas del Mediterráneo el Cabo de San Antonio, con acantilados que alcanzan los 150 metros y ofrecen unas vistas magníficas de la costa alicantina. Pero su mayor tesoro está bajo el agua, en una reserva marina que hace las delicias de cualquier persona aficionada al submarinismo.
También desde el agua, pero a bordo de un kayak o practicando paddle surf, se descubren rincones fascinantes como la Cova Tallada. Se trata de una gruta fruto de la extracción de piedra que tiene en su interior una pequeña piscina. Un poco más al sur, en el Cabo de la Nao, se oculta otra cueva mágica, la del Llop Marí, perfecta para practicar snorkel.
Dos escapadas cerca de Denia con niños: Benidorm y Valencia
Entretener a los más pequeños puede ser todo un reto, incluso allí donde la playa ofrece mil y una posibilidades de diversión, como es el caso de Denia. Para satisfacer a los más inquietos hay dos planes infalibles. El primero es pasar un día de lo más entretenido en Benidorm o, más bien, en alguno de sus parques temáticos y de atracciones. La ciudad de los rascacielos está a solo 40 minutos de Denia.
Algo más lejos está la capital valenciana, que ofrece fantásticos planes culturales, gastronómicos y de ocio para todas las edades. Explorar los atractivos de la Ciudad de las Artes y las Ciencias da para un día completo. Si queda tiempo, aún hay mucho que hacer: recorrer el Jardín del Turia en bici, disfrutar en el Parque Gulliver o buscar la Casa de los Gatos y conocer su singular historia, entre otras muchas posibilidades.
Un paseo por la historia en Xàtiva
La visita al Castillo de Xàtiva es una de las escapadas desde Denia imprescindibles para cualquier amante de la arquitectura militar. Esta impresionante fortaleza es el resultado de la ingeniería defensiva ya desde tiempos de los íberos y los romanos. Fueron ellos los primeros que se asentaron en la Penya Roja. Luego llegarían los árabes y, finalmente, ejércitos de los reinos cristianos.
Recorrer la fortaleza y sus dos recintos, el Castell Menor y el Castell Major, es lo más parecido a hacer un viaje por la historia de España. Insignes militares y conquistadores hicieron parada en ella, como Aníbal, que preparó aquí el asalto a Sagunto. Más tarde sus muros serían testigos de magnos acontecimientos y también prisión en época de la Corona de Aragón. Se puede percibir el rastro de sus días pasados en un recorrido que se debe afrontar con mucha calma para no perder detalle.
Calas paradisíacas a un paso de Denia
La Costa Blanca es sinónimo de playas interminables y animadas durante todo el año. Pero también esconde calas que son pequeños paraísos. Si el tiempo acompaña y apetece un plan relajado, una de las más bonitas de la costa mediterránea está a solo 20 kilómetros de Denia. Es la Cala Granadella, un paraíso de cantos rodados y aguas cristalinas que enamora a primera vista.
No muy lejos se encuentra la Cala Moraig. Este idílico rincón, protegido los acantilados del macizo del Puig Llorença, ofrece un sinfín de planes: practicar snorkel, descubrir formaciones geológicas singulares como la Falla del Moraig o aventurarse en la Cova del Arcs, una de las más espectaculares de todo el Levante.
Dos tesoros de la Costa Blanca: Calpe y Altea
La costa alicantina está salpicada de pueblos maravillosos y dos de los más renombrados están muy cerca de Denia. A solo media hora se llega a una mole pétrea que se adentra en el mar y que es símbolo de la Costa Blanca. Ese gigante es el Peñón de Ifach, un sueño para aficionados a la escalada y el senderismo. Si no hay ánimos de subir, Calpe ofrece otros atractivos como unas salinas de gran valor ecológico o el yacimiento arqueológico de los Baños de la Reina.
Solo un poco más al sur, Altea brilla sobre las aguas del Mediterráneo. La luz que desprenden sus fachadas blancas contrasta con el azul del mar y de las cúpulas que despuntan sobre los tejados. La magia de la ‘perla de la Costa Blanca’ o de la ‘cúpula del Mediterráneo’, como la llaman, no acaba ahí. Es mejor llevar la cámara o el móvil bien cargados porque Altea está llena de rincones maravillosos.
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