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Qué ver en la Comunidad Valenciana: pueblos, naturaleza y ciudades imprescindibles

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Qué ver en la Comunidad Valenciana es una pregunta con múltiples respuestas. Ni aún pensándolo mucho es posible elegir una única cosa ante tal cantidad de posibilidades. La diversidad de la Comunitat Valenciana es infinita. Una diversidad que significa atardeceres anaranjados en La Albufera y firmamentos estrellados sobre la Costa Blanca. Significa fallas en marzo, horchatas estivales, vistas a los horizontes infinitos de Jávea o Guadalest… Castellón, Calpe, un café con vistas a la catedral, o un paseo por la Lonja de la Seda.

Por todo esto y mucho más definir los lugares que ver en la Comunidad Valenciana requiere tomarse un tiempo. Unos instantes previos anticipando el sabor del viaje que se avecina, cargado de ingredientes. Costa, montañas y castillos. Cascadas, playas, centros urbanos con aroma a medievo…

Un paseo por los pueblos más bonitos de la comunidad

Desde la costa hasta el interior, esta comunidad está sembrada de pueblos llenos de encanto. Desgranados por una geografía cambiante y llena de contrastes, cada uno a su manera ofrece algo único y especial. Pero todos conforman una opción obligatoria para quien está considerando qué visitar en la Comunitat Valenciana.

El recorrido puede comenzar en cualquier lugar.  Dibujando la costa, siguiendo los susurros de la brisa mediterránea, flotan nombres entre los graznidos de las gaviotas. Al sur de la provincia de Castellón, en la comarca del Bajo Maestrazgo, aparece Peñíscola, alzada sobre espuma de olas, arena y rocas. Sus calles quedan grabadas en la retina, como planos cinematográficos a los que regresar una y otra vez. Desde las alturas de su promontorio, el castillo del Papa Luna vigila la llegada de los forasteros. Las vistas son impresionantes. Al igual que sentarse a la mesa de uno de sus restaurantes, puede que imaginando conquistar aquel trono de hierro de Juego de Tronos.

Peñíscola
Peñíscola. | Shutterstock

Costeras también, Altea y Calpe, en la provincia de Alicante, deslumbran con sus casas blancas y sus inconfundibles entramados árabes. En Altea, el tejado de la iglesia de Nuestra Señora del Consuelo parece reflejar el azul del cielo. Mientras en Calpe, el peñón de Ifach da la bienvenida a los viajeros. Esperan kilómetros de playas de arena fina, una gastronomía basada en el producto local y algunas sorpresas, como Baños de la Reina, un yacimiento de la Edad de Bronce. Pero la lista de pueblos que visitar en la Comunitat Valenciana debe dirigirse también hacia el interior. Allí aguarda Xátiva, con su colegiata, su castillo y un pasado marcado por un inolvidable nombre propio: Borgia.

Morella
Morella. | Shutterstock

A unos 100 kilómetros desde la turística Peñíscola se encuentra otro maravilloso pueblo de la Comunidad Valenciana, Morella. Rodeada por unas murallas que parecen contener el paso del tiempo, corona el pueblo un imponente castillo alzado sobre la roca natural. Ermitas, barrancos, conventos… Todo aderezado por una deliciosa cocina autóctona. En Castalla, en el interior de la provincia de Alicante, es posible visitar una fortaleza de las mejor conservadas de toda la Comunitat Valenciana. Construida en el siglo XI, de origen musulmán, es la antesala de unas calles empedradas de historia y flanqueadas por hermosas casas blasonadas.

Entre los pueblos que visitar en la Comunidad Valenciana no puede faltar tampoco Ares del Maestrat. Un lugar muy especial dibujado como un semicírculo sobre la montaña, alrededor de las ruinas de su antiguo castillo. Las vistas, impresionan. De igual modo, impresiona mirar más allá sabiendo que queda todavía muchísimo por conocer… Castell de Guadalest, Alboraia, Chulilla, Bocanent, Gandía…

Vista longitudinal de Ares del Maestrat
Vista longitudinal de Ares del Maestrat. | Shutterstock

La naturaleza de la Comunidad Valenciana

La naturaleza de la Comunitat Valenciana no solo se ve, sino que se siente. Se trata de espacios espectaculares que merecen una vivencia inmersiva. Únicamente conectando con ellos, respirándolos, es posible conocerlos realmente. De esta manera el viaje se transforma en una auténtica experiencia. Empezando cerca de Valencia, tan solo a una decena de kilómetros, el Parque Natural de la Albufera es la primera maravilla natural que visitar en la Comunidad Valenciana. Una reserva ecológica rodeada de arrozales, parada de descanso para multitud de aves migratorias. Aquí mismo, en La Albufera se halla la Dehesa de El Saler. Una línea de bosque mediterráneo que separa La Albufera del Mar Mediterráneo.

Puesta de sol en la Albufera de Valencia
Puesta de sol en la Albufera de Valencia | Shutterstock

Lagos, miradores y cuevas serán las siguientes paradas. De estas últimas, la Cueva del Turche y la Cueva de las Palomas, a menos de 50 kilómetros de la capital, pueden conocerse en la misma visita. Se trata de cuevas hermanadas a través de una pequeña ruta circular. En invierno o primavera el agua protagoniza una caída de 20 metros de altura. A su alrededor se extiende una alfombra de frondosa vegetación de colores cambiantes en función de las estaciones. Mesas para comer, pozas naturales y aire puro completan el cuadro.

Más alto, mucho más alto, se encuentra el Mirador de Garbí, casi a 600 metros sobre el nivel del mar. Se accede a través de un recorrido por el Parque Natural de Sierra Calderona. Travesía y vistas merecen la pena.

Sierra Calderona
Parque Natural de Sierra Calderona.

Algo más lejos de la ciudad, a unos 88 kilómetros, un paraje único mantiene el secreto del nacimiento de un río, el Clariano. El lugar, rodeado por unas cuevas excavadas en la roca entre los siglos X y XII, se enclava en la Sierra de l´Ombria- Pou Clar, en Ontiyent. Un rato respirando este remanso de paz en medio de la Comunitat Valenciana es un baño de paz.

Como de paz y agua serán también los baños en los Lagos de Quesa. Cuatro piscinas naturales, algunas adornadas por cascadas que pondrán música a la visita. El agua es un elemento omnipresente en todos estos lugares que pueden visitarse en Comunitat Valenciana. Una presencia visible y sonora que se mantiene a lo largo de toda la geografía, tomando distintos nombres y aspectos.

En ocasiones, un río como el Turia y los puentes colgantes sobre sus cañones, en Chulilla. Otras, formando rutas. La del agua y la de la Peña Cortada en Chelva transitan barrios, cuevas, acueductos…

Pero la montaña también alza la voz en la Comunidad Valenciana. En Alicante, Puig Campana y Ponotx, o el Parque Natural de la Sierra de Mariola. En Castellón, un Gigante de Piedra observa el horizonte, esperando el siguiente amanecer.

Qué ver en la Comunidad Valenciana: ciudades

Visitar alguna de las ciudades de la Comunidad Valenciana puede convertirse en una auténtica sorpresa. Aproximarse a ellas para conocerlas más de cerca, desde dentro, enriquecerá el viaje. Abriendo, al mismo tiempo, un enorme abanico de posibilidades que incluyen historia, arte y cultura. Las alternativas son numerosas y dispares. Qué hacer en la Comunidad Valenciana se responde en sus urbes de mil maneras. Desde visitar un museo, ir de compras o tomar un café. Hasta relajarse en una playa o recorrer cascos históricos cargados de historia.

Comenzando por el infinito litoral de Cullera y su bahía, vigilada por las aves marinas desde la Peñeta del Moro. A continuación, detenerse un tiempo a la sombra del palmeral de Elche, Patrimonio de la Humanidad. Aquí, en la capital del Bajo Vinalopó, se encuentran sedimentos de las distintas culturas que poblaron la zona. Antiguas mezquitas, conventos, baños árabes, vestigios romanos y medievales… Un sinfín de enclaves hilvanan pasado y presente sobre unas calles que merecen ser exploraradas con cuidado.

Castillo de Elche
Castillo de Elche junto al palmeral. | Shutterstock

Al noreste de la Comunitat Valenciana no hay que dejar pasar la oportunidad de conocer el casco histórico de Castellón de la Plana. La Plaza Mayor será un buen punto de partida, flanqueada por el Mercado Central, la Torre Campanario y la Concatedral de Santa María La Mayor. Desde allí es imprescindible descender en busca del mar, hasta la zona conocida como el Grao de Castelló.

El mar también es fiel compañero de las rutas por la ciudad de Alicante. El aroma mediterráneo flota alrededor del Castillo de Santa Bárbara, las maravillas del Museo Arqueológico o la Basílica de Santa María. Al final, ese aroma conduce hasta el puerto y a la visión, casi onírica, de la Isla de Tabarca, enmarcada por un horizonte azul. Las profundidades de esta reserva marina significan una nueva aventura.

Entre las ciudades que visitar en la Comunitat Valenciana no puede faltar la capital, la ecléctica Valencia. Un punto en el que confluyen los sabores de una tradición y una modernidad que quedan materializadas en lugares convertidos en auténticos iconos. Las Torres de Quart guardan una de las puertas de la antigua muralla de la ciudad. Sus almenas son visitables y ofrecen unas hermosas panorámicas.

Caminando se accede a un centro histórico con muchas cosas por descubrir. El gótico cobra especial protagonismo en un emblemático edificio declarado Patrimonio de la Humanidad desde 1996: la Lonja de la Seda o de los Mercaderes. Destaca también la Catedral de Valencia, desde donde el sonido de las campanas del Miguelete advierte al viajero del paso del tiempo.

Siguiendo el camino, una parada tranquila para disfrutar del modernista Mercado Central, es siempre una delicia para los sentidos. Mientras, en la Plaza del Ayuntamiento ya se aprecia el trajín de la capital. La parte moderna conduce directamente al cauce del Turia y a la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Una suerte de santuario cultural. Dentro se aloja el mayor acuario de toda Europa, el Oceanogràfic. Belugas y leones marinos dormitan allí cerca del cosmos del Planetarium.

Valencia al atardecer
Valencia al atardecer. | Shutterstock

Visitar la Comunitat Valenciana es una experiencia intensa que únicamente cesa cuando el viajero lo decide. No parece posible un final porque siempre hay algo más que hacer o ver… Un pueblo más, un rinconcito de naturaleza que palpita, una urbe que se reescribe de  forma única para cada visitante.

Sería posible cerrar los ojos y señalar un punto al azar en un mapa de la Comunidad Valenciana con la seguridad de que el viaje será inolvidable. Mientras se planea el siguiente capítulo, es posible saborear un arroz negro… Puede que una paella, un arroz del senyoret, una fideúa… O, si el tiempo acompaña, una olla valenciana… Endulzado todo por unos fartons o una toña… En fin, la gastronomía de la Comunidad Valenciana merecería otro capítulo. Los destinos aquí tienen la mágica capacidad de multiplicarse una y otra vez.