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Maravillas de las Islas Baleares que hay que ver al menos una vez en la vida

Maravillas de las Islas Baleares que hay que ver al menos una vez en la vida

Los kilómetros de playas, entre las que se cuentan algunas de las más espectaculares de toda España y Europa, junto a la fama legendaria del ambiente ibicenco, han convertido a las Islas Baleares en un gran atractivo turístico. Ya sea para disfrutar de la vida nocturna como para unas tranquilas vacaciones en familia, las Baleares atraen a una gran variedad de visitantes. Ahora bien, ¿cuáles son las visitas que no puedes perderte de ninguna manera? El patrimonio balear, tanto natural como histórico, es sobresaliente, por lo que te traemos los destinos más destacados para que no los pases por alto en tu próxima visita. Estas son algunas de las mejores maravillas de las Islas Baleares que todo el mundo debería visitar una vez en la vida.

Arquitectura y maravillas naturales en Mallorca

Cuevas del Drach y dels Hams

Cuevas del Drach
Cuevas del Drach. | Shutterstock

Este conjunto de cuevas ofrece una imagen que desafía los sentidos, y es que sus incontables estalactitas y estalagmitas toman por asalto nuestra imaginación y hacen que acabemos viendo formas imposibles. La naturaleza ha dado forma durante siglos a un espectáculo que roza el arte, y el genio humano lo ha culminado con una exquisita iluminación y conciertos inolvidables de música clásica junto al Lago Martel, una impresionante masa de agua a 27 metros de profundidad dentro del mar.

Castillo de Bellver

Castillo de Bellver
Castillo de Bellver. | Shutterstock

Pocos castillos podemos encontrar más elegantes que este, una fortaleza gótica del siglo XIV que mandó construir el rey Jaime II. Su inconfundible redondez domina la bahía de Palma y gran parte de la isla, pero con el tiempo pasó de residencia real a prisión militar. Hoy, el Castillo de Bellver es uno de los mayores atractivos de la ciudad de Palma, de la que se encuentra muy cerca, y mantiene las delicadas líneas y decoraciones que se mezclan con su carácter defensivo, creando un monumento único y emblemático de esta isla prodigiosa.

Catedral de Mallorca

Catedral de Mallorca
Catedral de Mallorca. | Shutterstock

Sin abandonar la capital mallorquina, es imposible no mencionar La Seu, la Catedral de Mallorca, iniciada en el siglo XIII y uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica en España. El templo se alza donde antes se encontró la mezquita de Madina Mayurqa, la Palma musulmana. En épocas mucho más recientes, ha contado con intervenciones destacadas de nombres tan importantes como Antoni Gaudí o Miquel Barceló, y cuenta con otros alicientes estrella como el fascinante espectáculo de su rosetón, que ilumina el interior sumergiéndolo en un ensueño de colores y misticismo.

La cercana Isla de Cabrera

Isla de Cabrera
Isla de Cabrera. | Shutterstock

Tan sorprendente es toda esta zona que incluso para conocer el último rincón virgen del Mediterráneo no es preciso moverse siquiera del término municipal de Palma. El Parque Nacional Marítimo Terrestre del archipiélago de Cabrera mantiene el entorno natural inalterado y da cobijo a multitud de especies. Sin embargo, la Isla de Cabrera, antiguo dominio militar, también cuenta con huellas humanas apasionantes como el castillo medieval, el Pla de ses Figueres o incluso una necrópolis bizantina. Desde Mallorca existen varios puntos donde emprender esta excursión única, que está limitada a cierto número de embarcaciones con tal de preservar un entorno frágil y de incalculable valor.

Menorca, una ancestral joya mediterránea

Menorca talayótica

Ruinas talayóticas en Menorca
Ruinas talayóticas en Menorca. | Shutterstock

La reciente declaración como Patrimonio de la Humanidad de los increíbles yacimientos prehistóricos de Menorca ha puesto en valor aún más este conjunto incomparable de testimonios pétreos del pasado más remoto de la isla. Entre la Edad del Bronce y la dominación romana, Menorca vio florecer asentamientos, monumentos funerarios y lugares sagrados que han llegado a nosotros en un excelente estado. Estos restos ancestrales han estado en armonía con la población humana posterior y muestran hoy el lado más misterioso de la isla, por lo enigmático de estas construcciones y lo desconocido de la cultura que las erigió. Monumentos como la Naveta des Tudons o el poblado de Trepucó impresionan aún hoy, y nos enfrentan de cara a nuestros orígenes.

Cala Macarella

Cala Macarella
Cala Macarella. | Shutterstock

El gran reclamo de Menorca siguen siendo las playas, que regalan parajes idílicos de arena blanca y aguas turquesa. Entre ellas, Cala Macarella es considerada por muchos como una de las más bellas, si no la que más. Aquí el litoral agreste y escarpado, típico del sur de la isla, muestra todo su esplendor, y da forma a una cala resguardada que durante siglos ha estado asociada a los contrabandistas. Puntos imprescindibles de la visita son la Cala Macarelleta, más pequeña que su hermana, y el mirador del mismo nombre.

Historia y naturaleza en Las Pitiusas

Dalt Vila

Dalt Vila en Ibiza
Dalt Vila en Ibiza. | Shutterstock

El núcleo histórico de la ciudad de Ibiza es Patrimonio de la Humanidad y sin duda uno de los lugares imprescindibles de Ibiza. El recinto amurallado conocido como Dalt Vila («ciudad alta») nació sobre una colina y el castillo y la catedral le dieron el perfil inconfundible que hoy mantiene. Dar un paseo por este corazón histórico de la ciudad nos hace asomarnos a las diferentes culturas que la han habitado, desde los fenicios a los árabes, sin olvidar el pasado medieval que se conmemora con distintas celebraciones. Todo invita a un paseo tranquilo por sus calles laberínticas, que puede culminarse con una puesta de sol difícil de olvidar.

Parque Natural Ses Salines

Parque Natural Ses Salines
Parque Natural Ses Salines. | Shutterstock

Ibiza y Formentera comparten un trozo de paraíso que tiene por nombre Ses Salines, un parque natural entre ambas islas declarado Patrimonio de la Humanidad. El nombre se debe a la explotación de la sal que se ha desarrollado históricamente en esta zona, un litoral donde hallar playas de aguas turquesa, dunas y acantilados, sin olvidar los estanques donde se remojan los flamencos. Estanques como el Estany Pudent nos brindan a veces unas mezclas de colores que los convierten en obras de arte, y gran parte del conjunto se puede recorrer cómodamente con bicicleta, para acabar en algún rincón de ensueño como la Isla del Empalmador o la Torre de la Gavina.