Visitar esta ciudad es, entre otras muchas cosas, realizar un recorrido por lo mejor del arte mudéjar en España. Una singular combinación de la tradición islámica aragonesa y la influencia del mundo almohade. A continuación, encontrarás todo lo que hay que ver en Teruel.
La urbe cuenta con la mayor concentración de patrimonio en dicho estilo de todo Aragón. Su riqueza y valor artístico le han valido la declaración de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De entre todo el conjunto destacan las torres de sus iglesias, de planta cuadrada y ladrillo, con ricas decoraciones en arabescos y cerámica. Horadadas algunas de ellas en su base por pasadizos en forma de arco ojival.
Una de las mayores representaciones del estilo mudéjar que ver en Teruel es la Catedral de Santa María de Mediavilla. Su torre (1257-1258) posee frisos de arcos de medio punto entrecruzados y una combinación de azulejos vidriados en verde y morado. Es uno de los primeros ejemplos de este tipo de arte en Aragón.
Destacan además su cimborrio y la techumbre interior (último tercio del s. XIII). Es de madera y está decorada con ricas representaciones vegetales, geométricas y epigráficas. Esto es herencia del gusto musulmán, así como otras figurativas de estilo gótico lineal. Su portada meridional, de 1909, es la inauguradora oficial del estilo conocido como neomudéjar.
La Iglesia de San Pedro (s. XIV) es el otro gran conjunto mudéjar que ver en Teruel. Su estructura es bastante similar a la de la catedral, pero su interior supone un gran reclamo por su claustro y la decoración de sus techos. Estos simulan la bóveda celeste.
Su torre, erigida probablemente en la segunda mitad del siglo XIII, sigue la misma estructura que la de la catedral. Sin embargo, con un carácter más sencillo. Otra torre de gran valor que ver en Teruel es la de la Iglesia de San Martín (1315-1316). Su ejecución es posterior a la de la catedral. Su construcción se ve ya liberada de preceptos románicos, abrazando el estilo gótico, del que destacan sus contrafuertes de piedra.
Similar a ésta es la torre de la Iglesia del Salvador. Su peculiaridad reside en haber sido levantada en el centro de una estrecha calle cuyo tránsito se realiza a través del arco de su base. Ésta es, además, la única de las torres cuyo interior es visitable. En cuanto al templo, fue reedificado en el último cuarto del siglo XVII tras hundirse el edificio primitivo.
En 1555 se descubrieron en la Capilla de San Cosme y San Damián las momias de los Amantes de Teruel. Alrededor de ellas se levantó su Mausoleo. En él se puede visitar el monumento yacente de los amantes, obra del escultor Juan de Ávalos. Plasmó en alabastro las figuras de Juan e Isabel mientras juntan sus manos sin llegar a tocarse, como símbolo de su amor imposible.
De las antiguas murallas que ver en Teruel quedan en pie varios torreones y accesos. De ellos sobresale el Portal de San Miguel, también conocido como “de la Traición”. Según la leyenda, por ahí entraron en 1363 las tropas castellanas de Pedro IV el Cruel, gracias a un amigo aragonés. Por su aspecto la fecha de su construcción parezca ser posterior.
De las antiguas defensas de la ciudad que ver en Teruel destaca el Torreón de Ambeles. Su curiosa planta estrellada supone un caso único en toda la geografía española. Otros torreones son el de San Esteban, incluido en la judería y de estructura clásica semicircular, y el Torreón de la Bombardea, de planta poligonal. Tras los muros de Teruel se encuentran Los Arcos (s. XVI). Es el mayor acueducto renacentista de España, concebido también como viaducto.
El centro neurálgico de Teruel es la Plaza del Torico, lugar donde según la leyenda aconteció su presagio fundacional. En su centro se alza uno de los iconos de la ciudad moderna, el Monumento o Fuente del Torico (1858). Se trata de una alta columna rematada por la pequeña escultura de un toro. En los bajos de la plaza se encuentra un aljibe medieval del siglo XIV. En uno de los laterales, está uno de los mejores ejemplos de la arquitectura neomudéjar del siglo XX, la Casa de Textiles El Torico. Recibe su nombre por el negocio que acogió su planta baja tras su construcción a principios de siglo.
Otro gran ejemplo de patrimonio que ver en Teruel de arquitectura neomudéjar es la Escalinata. Esta obra de principios de siglo XX todavía sirve como punto de unión entre la zona alta de la ciudad y la estación de trenes. Destaca por su espectacular trazado y por su relieve alusivo a la historia de los amantes, obra del escultor Aniceto Marinas.
Cerca de la catedral, en el edificio del antiguo Palacio Episcopal, se encuentra el Museo de Arte Sacro. En su interior se exponen obras de estilo románico, renacentista y gótico. El otro gran centro expositivo es el Museo de Teruel, en la antigua Casa de la Comunidad. Repasa la historia local mediante una colección de piezas arqueológicas de gran valor. Entre toda su colección sobresalen aquellas piezas realizadas en Cerámica de Teruel, con ricas decoraciones en las que habitualmente se funden elementos cristianos, judíos y musulmanes.
Y ya por último, terminando con lo que ver en Teruel, queda el disfrute de una de las mejores panorámicas del lugar. Se ubica a través del camino de Santa Bárbara al Mirador de los Mansuetos, donde disfrutará de una vista y un entorno incomparables.
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