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¿Por qué Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla son conocidos como los Reyes Católicos?

¿Por qué a Fernando II e Isabel I se les llamó Reyes Católicos?

Fernando II de Aragón nació un 10 de marzo de 1452 en Sos del Rey Católico, entonces solo Sos, pueblo escogido de manera intencionada por su progenitora. Isabel I de Castilla, por su parte, vino al mundo un año antes: el 22 de abril de 1451 y en Madrigal de las Altas Torres. Juntos formaron uno de los matrimonios más importantes de la historia del país, uniendo con su enlace las dinastías de Aragón y Castilla, sentando las bases de la monarquía hispánica. Tuvieron cinco hijos: Isabel, Juan, Juana, María y Catalina.

Isabel I de Castilla fue la primera en fallecer: un 26 de noviembre de 1504, en Medina del Campo. Doce años más tarde lo haría Fernando: un 23 de enero de 1516, en Madrigalejo. Antes habían sido reconocidos con el título que ha pasado a la posterioridad: los Reyes Católicos. Como todos los apelativos con los que la historia recuerda a los monarcas, este también tiene una explicación.

Universales, sí, pero sobre todo católicos

Sepulcro de los Reyes Católicos, en Granada
Sepulcro de los Reyes Católicos, en Granada. | Javi Guerra Hernando, Wikimedia

Aunque en muchas ocasiones se ha hecho referencia al origen griego de la palabra católico para explicar este título, su concesión no tiene nada que ver con esto. Sí es curioso señalar, en cualquier caso, que clásicos griegos como Aristóteles empleaban la palabra καθολικός (katholikós) para hablar de algo universal. Los Reyes Católicos, como bien se sabe, tienen mucho de universal, pues bajo su reinado y patrocinio se llevó a cabo la conquista de América.

Pero este nombramiento está enteramente relacionado con la Iglesia Católica y el momento que vivía el cristianismo en el continente europeo. Que Fernando e Isabel pasaran a ser conocidos como los Reyes Católicos se lo deben al papa valenciano Alejandro VI, que lo certificó en una bula emitida en diciembre de 1496. Por entonces, era muy habitual que los monarcas recibieran esta clase de distinciones relacionadas con la fe.

Lo cierto es que pocos tuvieron una relación tan estrecha con esta. Fernando e Isabel consumaron la unificación religiosa de la geografía española, conquistaron Granada, expulsaron a los judíos y ayudaron al papado en la defensa de sus territorios frente a Francia. Fue esta la razón última de su concesión, pues la derrota de los franceses no hubiera sido posible sin la ayuda de los, por entonces, futuros Reyes Católicos. Para el papa Alejandro VI, fue la mayor prueba de su implicación con el catolicismo.

En principio, el título que se barajó fue “Muy Católicos Reyes”, pero finalmente se acortó a Reyes Católicos. Se les concedió esta distinción por su papel a la hora de fomentar “la prosperidad de los cristianos” y también por su “defensa de la Iglesia y de la fe”. Ambos dejaron este mundo así considerados y así han sido recordados siempre.