El Barco de Ávila se ha convertido en los últimos años en un punto muy atractivo para el turismo, no sólo por su bello emplazamiento y sus monumentos históricos-artísticos sino sobre todo por su producto estrella, los judiones.
Castilla y León presume de contar con una gran variedad y cantidad de legumbres y, en el caso de esta localidad, se trata de su más destacado distintivo.
La Judía de El Barco de Ávila, situado en el Valle del Tormes, fue el primer producto de España en contar con Indicación Geográfica Protegida.
Hay siete variedades distintas de judías: la judía blanca redonda –la más conocida-, la blanca riñón –la más comercial y demandada-, la morada -larga o redonda, la arrocina, la planchada y el judión, de mayor tamaño que el resto, que puede ser de tres tipos, blanco, negro o jaspeado.
Todos los tipos se caracterizan por su fina textura y delicada piel, sabor, mantecosidad y facilidad de cocción. Hay muchos modos de cocinar los distintos tipos de judías; estofadas, guisadas, en cazuela de barro, olla, etc. y en la actualidad se combinan con diferentes ingredientes como champiñones, chorizo, gambas, etc…
Pero hay otros platos típicos que comer en El Barco de Ávila, son las truchas del río Tormes, preparadas con variadas recetas: marinadas, a la plancha, al horno o ahumadas; liebre o conejo, patatas revolconas y variados embutidos en raciones entre los que destaca el denominado jamón de Ávila y el lomo embuchado o de olla.