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Vivir en Vinuesa, un pueblo de cuento en plena naturaleza

Este nuevo capítulo de Vivir en un pueblo, realizado en colaboración con el Proyecto Vivienda de Fotocasa, nos traslada a una preciosa villa llamada Vinuesa. Este pequeño tesoro medieval descansa sobre las orillas del Duero, coronado por colinas verdes, en la provincia de Soria.

Hay muchos aspectos que hacen de Vinuesa un lugar especial. Para empezar, cuenta con un rico patrimonio histórico, desde su puente romano hasta la Iglesia de Nuestra Señora del Pino, pasando por el Palacio de Don Pedro de Neyla y el emblemático rollo en la Plaza Plazuela.

Por otro lado, el entorno natural de este enclave saca a relucir lo mejor de cada estación. Los ríos y lagos que rodean Vinuesa refrescan los días más calurosos de verano, mientras que los bosques mudan de color y se tiñen de tonos bermejos en otoño. Vivir en un lugar así permite admirar la transformación del paisaje y estar siempre en contacto con la naturaleza.

El cambio estacional también se refleja en la cotidianidad del pueblo. En verano, exhibe un ambiente vibrante, con noches iluminadas y viajeros fugaces. Cuando termina la época estival, las calles se muestran más vacías, más silenciosas. Aún se puede palpar la familiaridad y cercanía de sus habitantes, y hay actividades culturales y de ocio durante todo el año. Además, el invierno es una época ideal para disfrutar de la tranquilidad y la calma que tanto se busca. No obstante, se nota la ausencia de gente viviendo en Vinuesa de forma permanente.

De hecho, su población ha disminuido en los últimos años. Al hablar con sus habitantes sobre las ventajas de vivir en Vinuesa, se repite el hecho de que es un lugar donde los niños pueden jugar en la calle y disfrutar del aire libre con total seguridad. Ya sea en el parque infantil, el frontón o la orilla del río, cuentan con una libertad para moverse y explorar los alrededores que sería imposible garantizarles en una ciudad.

Silvia y Sandra nos demuestran que es posible emprender negocios en un pueblo como Vinuesa, y el trato con la gente no tiene nada que ver con el que se tiene en las grandes urbes. También hemos visitado la panadería de Carlos, donde siempre hay vecinos que acuden cada día a comprar el pan y charlar. La vida en Vinuesa es comunitaria, cercana y acogedora. Vinuesa es, en definitiva, un lugar perfecto para las personas que disfrutan de la naturaleza, la calma y la belleza de un pueblo de cuento.