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Ruta por las mejores joyas naturales de Gran Canaria

Ruta por las mejores joyas naturales de Gran Canaria

Dunas doradas e infinitas, montañas regias con formas imposibles, deslumbrantes calas turquesas engastadas en roca… La isla de Gran Canaria es un escenario de contrastes donde una naturaleza vibrante e indómita inunda cada recodo con sus particulares encantos. En esta ruta por los paisajes más asombrosos de Gran Canaria, revelamos algunos de los tesoros de un paraíso natural único.

Ponemos, pues, rumbo a Canarias, a una isla cercana al continente africano que no deja de sorprender. Para disfrutar al máximo de la experiencia, nunca está de más reservar previamente habitación en alguno de los fantásticos hoteles en Gran Canaria. De esta forma, podemos viajar con la certeza de que nuestra estancia será de lo más cómoda, agradable y asequible.

Un recorrido para descubrir Gran Canaria en todo su esplendor

Verdes vibrantes y cumbres vertiginosas

Roque Nublo
Roque Nublo. | Shutterstock

Quienes viajan a las islas buscando playa y sol en ocasiones olvidan que muchas de ellas también tienen fascinantes paisajes de montaña. Gran Canaria, en particular, está repleta de parques naturales y cimas que parecen desafiar a la gravedad. Es el caso del majestuoso Pico de las Nieves, con una altura de 1949 metros, que hay quienes consideran el punto más alto de la isla, aunque algunas fuentes sostienen que ese puesto pertenece a la impresionante elevación rocosa llamada Morro de la Agujerada.

Uno de los lugares más emblemáticos de Gran Canaria es, sin duda, el Roque Nublo. Con una elevación de 1813 metros sobre el nivel del mar, este monumento natural de presencia solemne desprende un intenso halo de misticismo. Los aborígenes lo consideraban un espacio sagrado, lo cual, sumado a sus orígenes volcánicos, lo convierten en un poderoso símbolo de la isla.

Tilos de Moya
Tilos de Moya. | Shutterstock

Descendiendo de las alturas, podemos encontrar paisajes naturales ideales para realizar rutas y contemplar vistas increíbles. Un buen ejemplo de ello es el Parque Rural de Doramas, con más de 3500 hectáreas de espacio protegido en el que habita una gran variedad de especies de plantas y animales. A través de su red de senderos se pueden visitar las Reservas Naturales de Barranco Oscuro, los Tilos de Moya y Azuaje, así como las peculiares Cuevas de Barreto.

Playas de Gran Canaria con vistas de ensueño

Playa del Inglés
Playa del Inglés. | Shutterstock

Por su puesto, el litoral de Gran Canaria es uno de sus mayores atractivos. Su extensa variedad de arenales comprende desde playas turísticas repletas de tumbonas hasta diminutas calas recónditas, pasando por grandes playas salvajes que permiten vivir en la piel el característico paisaje canario.

Una de las playas de Gran Canaria más populares es la Playa del Inglés, ubicada en el sur de la isla. Si se busca un arenal cercano a la civilización, pero más tranquilo, no está de más acercarse a la Sardina del Norte, en el municipio de Gáldar. Casitas blancas y coloridas vigilan esta agradable playa enmarcada en roca.

Playa de Güi Güi
Playa de Güi Güi. | Shutterstock

Cuando lo que apetece es sumergirse en la belleza de las playas vírgenes rodeadas de naturaleza, las opciones tampoco escasean. Por ejemplo, la Playa de Güi Güi, al oeste de la isla, ofrece un entorno paradisíaco con vistas al Teide. El difícil acceso de este lugar de naturaleza salvaje asegura una sensación de calma y retiro inigualable.

La Playa de las Nieves es otro de esos arenales en los que el agua del mar refleja una postal bellísima. También cabe mencionar Guayedra, una cala aislada de gran encanto en la que el negro volcánico y el verde de la vegetación se funden con las tonalidades azules del Atlántico.

Paisajes de otro planeta en Gran Canaria

Dunas de Maspalomas
Dunas de Maspalomas. | Shutterstock

Antes de finalizar esta ruta por Gran Canaria, realizamos algunas paradas en lugares de la isla que podrían ser platós de películas de ciencia ficción. No hay más que ver las asombrosas Dunas de Maspalomas, un paisaje exótico que despliega un verdadero desierto junto al mar. Un mundo en miniatura de dunas doradas que culmina en una playa de cine.

La Caldera de Bandama, en el nordeste de Gran Canaria, exhibe una impresionante depresión volcánica declarada Espacio Natural Protegido. La caldera se formó hace aproximadamente 5000 años, y actualmente sus laderas rojizas acogen una rica vegetación y una interesante tradición vinícola.

Caldera de Bandama
Caldera de Bandama. | Shutterstock

Pasado y presente, flora y roca, mar y montaña… Podría decirse que la postal de la Caldera de Bandama fusiona algunos de los elementos clave del paisaje grancanario. En este espacio extraordinario concluye nuestro viaje, el cual, lejos de desenterrar todos los tesoros naturales de Gran Canaria, invita a seguir explorando los paisajes de una isla donde la búsqueda puede no tener fin.

Artículo escrito en colaboración con Lopesan.