fbpx

La diminuta playa interior rodeada de cuevas y bufones

La diminuta playa interior rodeada de cuevas y bufones

Allí donde no debería haber mar, lo hay. O al menos un pedacito de él. La naturaleza es caprichosa y la Playa de Cobijeru es uno de esos caprichos. Es un remanso de paz tierra adentro donde los protagonistas son la arena y el agua salada. El sonido del casi siempre enfurecido Cantábrico se escucha, pero la vista no alcanza a verlo porque se bate contra las rocas a cien metros de este pequeño edén.

Podría decirse que la Playa de Cobijeru es la hermana pequeña de otra mucho más famosa, la Playa de Gulpiyuri. Hermanas porque comparten algunas similitudes: ambas son playas de interior a las que el mar accede por túneles, son monumentos naturales y están en el concejo asturiano de Llanes, aunque separadas por 25 kilómetros. Pero la primera, la de Cobijeru, tiene algo especial: por un lado, un entorno kárstico de enorme valor; por otro, un ambiente mucho más tranquilo que el de su hermana mayor.

El singular encanto de la Playa de Cobijeru

Playa de Cobijeru
Playa de Cobijeru. | Shutterstock

La Playa de Cobijeru no es amplia, tampoco profunda. Pero bañarse en ella sirve para recibir una buena dosis de esa calma que a veces tanta falta nos hace. Es una piscina natural de apenas 50 metros de longitud y 30 de ancho de arena blanca y guijarros. Y su forma semicircular parece querer arropar a quien se sumerge en sus aguas, que apenas alcanzan un metro de profundidad.

Aquí todo invita a relajarse: unas aguas limpias y calmadas, un entorno rodeado de vegetación y ese sonido lejano de las olas que rompen contra la roca. Ese mar que se estrella con fuerza en la costa llega a la Playa de Cobijeru a través de un túnel que ha ido excavando durante millones de años. Cuando hay pleamar, las aguas parecen buscar una escapatoria y la encuentran en este idílico rincón, protegido de los vientos costeros por una pared rocosa cubierta en su parte superior por pastos.

También te puede interesar  Las mejores escapadas cerca de Gijón

Los secretos de un monumento natural

Playa de Cobijeru
Playa de Cobijeru. | Shutterstock

La Playa de Cobijeru pertenece a un complejo kárstico mucho más amplio. Ese monumento natural esconde todo un rosario de rincones a veces mágicos, a veces sobrecogedores, que merece la pena descubrir. Aquí la roca y el mar se confunden, se enfrentan y se unen en formaciones singulares que muestran la fuerza de la naturaleza. Para descubrirlas y adentrarse en ellas, solo un consejo: no hay que olvidar calzado adecuado que tenga un buen agarre y linterna.

El aperitivo se degusta incluso antes de llegar a la Playa de Cobijeru. En el camino se descubre una boca que se abre en la roca, que es la puerta de entrada a la Cueva de los Ijancanos. Solo hay que dar unos pasos en su interior para admirar una profunda galería decorada con enormes estalagmitas y estalactitas. Pero el plato fuerte está un poco más allá de la playa. Es la Cueva de Cobijeru.

Cueva de Cobijeru
Cueva de Cobijeru. | Shutterstock

Para llegar a ella hay que ascender una pequeña ladera rocosa y después agacharse en una entrada angosta que no da idea de lo que hay detrás. Superado ese pequeño obstáculo, lo que se descubre es un recorrido entre formaciones rocosas que acaba en un mirador privilegiado, una ventana abierta con vistas al Cantábrico. Un mar al que no hay que perder el respeto, ya que, si la marea es fuerte, intentar alcanzar ese balcón puede resultar peligroso.

Todavía hay más que descubrir en este espacio sorprendente que forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Oriental de Asturias. Los más osados pueden cruzar al Puente Caballu, un inmenso arco natural que se asoma a otra de las cavidades horadadas por el mar. Un poco más allá se descubre otra playa, la de la Presa. No es apta para el baño porque sus aguas son fangosas, pero hay que detenerse en ella para descubrir los restos de un antiguo molino de mareas.

También te puede interesar  El pueblo blanco que brilla cual fortaleza al borde del abismo

Y al final del camino esperan los bufones. Son grietas y chimeneas que la erosión ha formado en la roca y que comunican mar y tierra firme. Cuando el mar está calmado, por ellas solo se escucha el sonido de las olas que llegan a la base del acantilado. Pero cuando el Cantábrico muestra su cara más furiosa, esos bufones se transforman en géiseres que expulsan agua con una fuerza inusitada. Y, al igual que ocurre con la playa, los bufones que hay en Cobijeru son hermanos pequeños de otros más conocidos que también se encuentran en Llanes: los Bufones de Pría.

Cómo llegar al Complejo de Cobijeru

Monumento Natural Complejo de Cobijeru
Monumento Natural Complejo de Cobijeru. | Shutterstock

A pesar de lo inhóspito que pueda parecer el final del trayecto, el acceso al Monumento Natural Complejo de Cobijeru es sencillo. Hay que llegar a Buelna, uno de los municipios que forman parte del concejo de Llanes. Allí hay que dejar el coche y seguir las indicaciones, que llevan por un sendero que discurre entre prados, campos de labor y acacias. No hay pérdida, en apenas quince minutos y sin ningún esfuerzo se abrirá ante la vista la estampa más amable del complejo kárstico, la de esa playa de interior.

Tampoco es necesario realizar un gran esfuerzo para llegar desde la playa a la Cueva de Cobijerú, el arco rocoso o los bufones. No está de más, sin embargo, recordar la necesidad de llevar equipamiento adecuado, la cámara de fotos preparada y una buena dosis de prudencia, sobre todo en las zonas más abruptas de este entorno tan singular.

Qué ver cerca de la Playa de Cobijeru

Playa de Buelna
Playa de Buelna. | Shutterstock

Si el tiempo acompaña y quedan ganas de playa, la de las Arenillas es una alternativa fantástica. Es la playa de Buelna que se abre al mar y que es inconfundible por el imponente pináculo calcáreo que se alza a su entrada. Para viajeros más inquietos siempre es recomendable un paseo por los acantilados de esta franja costera, que ofrecen imágenes espectaculares, sobre todo cuando el mar está embravecido.

También te puede interesar  El insólito 'Escorial gallego'

Y no hay que olvidar el pueblo, Buelna, uno de los más bonitos del concejo de Llanes. Un agradable paseo por él llevará a descubrir un rosario de casas de arquitectura tradicional de piedra y de madera y algunas otras blasonadas que dan forma a una postal idílica.