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La única estructura del mundo que es visible desde el espacio

El ‘mar de plástico’ de Almería

Las fotografías que toman los satélites en diferentes puntos de nuestro planeta muestran desde hace décadas una curiosa mancha blanca en la costa española. Esta mancha, además, no ha parado de crecer desde los años 60. ¿De qué se trata? Es una vasta extensión de miles de hectáreas que pone a España en el punto de mira.

El ‘mar de plástico’, un espejismo real

El ‘mar de plástico’
El ‘mar de plástico’. | Shutterstock

El llamado ‘mar de plástico’ es una zona de invernaderos que ocupa una superficie de más de 40 000 hectáreas en la costa de Almería. Esta magnitud, unida al efecto reflectante que tiene el polietileno con que están hechas las cubiertas, hace que la estructura llame poderosamente la atención desde los satélites. La propia NASA ha ido constatando, por otro lado, el vertiginoso crecimiento de estos cultivos a lo largo de los años. Pero ¿por qué aquí?

Un rincón privilegiado de nuestra geografía

La extensión de invernaderos de Almería
La extensión de invernaderos de Almería. | Shutterstock

La ubicación geográfica de los invernaderos de Almería no es ni mucho menos casual, pero el fenómeno se debe también a la agudeza de los agricultores locales. El clima del Campo de Dalías, la zona del Poniente Almeriense donde se asientan los invernaderos, es de los más suaves y soleados de toda Europa, aunque muy seco. Históricamente, la uva de mesa era de los pocos cultivos que se practicaban en la zona, hasta que dejó de ser rentable. Fue el afán de experimentar con nuevas técnicas agrícolas lo que dio la clave del éxito: el uso de invernaderos y de técnicas innovadoras como el riego por goteo permitió hacer de esta zona una huerta prodigiosa, de donde sale una enorme producción de fruta, verdura y flores que abastece a millones de personas. El recurso clave ha sido la existencia de varios acuíferos subterráneos, que son los que hacen posible la riqueza de este mar sorprendente.

Actualmente, los invernaderos cubren la práctica totalidad del Campo de Dalías, y se han extendido por otras zonas cercanas. En el centro, municipios como El Ejido han pasado de ser una pequeña colonia en los años 50 con apenas 3000 habitantes a convertirse en la tercera ciudad de Almería por población, y en permanente crecimiento.

Más que invernaderos en el ‘mar de plástico’ de Almería

El ‘mar de plástico’ visto desde un satélite
El ‘mar de plástico’ visto desde un satélite. | Shutterstock

Aunque el mar blanco de los cultivos cubre una gran extensión, este rincón de Almería no está ni mucho menos exento de atractivos de todo tipo. La comarca del Poniente Almeriense limita con áreas tan interesantes como la Alpujarra o la Costa Tropical de Granada, así como la sierra de Gádor al norte y, por supuesto, el Mediterráneo que baña todo el sur y el este. La zona cuenta con espacios naturales protegidos tan sugerentes como la albufera de Adra o la Punta Entinas-Sabinar, con charcas donde aún se pueden encontrar flamencos y otras muchas especies de aves.

Otros entornos naturales que vale la pena conocer son el parque periurbano de Castala, en el término municipal de Berja, y el Peñón de Bernal, una mole rocosa que se eleva varios cientos de metros sobre su entorno, en la falda sur de la Sierra de Gádor, y que fue donde se situó el Templo Doom para filmar la película Conan el Bárbaro. En El Ejido, además, se localiza un espacio declarado «Lugar de importancia comunitaria» en el que subsisten los artos, unos arbustos exclusivos de esta zona y que antaño eran muy característicos de la comarca.

En el mismo término municipal de El Ejido, que es el más extenso del Campo de Dalías, se hallan también varios elementos históricos que nos dan una idea del pasado de la región. Un excelente ejemplo es el mosaico de Ciavieja, cuyo nombre probablemente se refiere a la antigua ciudad argárica de Murgi. El mosaico es romano y se puede ver en la biblioteca municipal de la ciudad, pero el esplendor cultural de esta zona es mucho más antiguo. De época más reciente son la Torre de los Cerrillos, datada en el siglo XVI y situada en el paraje mencionado de Punta Entinas-Sabinar, o el Castillo de Guardias Viejas, erigido en tiempos de Carlos III muy cerca del mar para defender el territorio de los piratas que todavía amenazaban estas costas.

Poco podían imaginar los escasos habitantes de esas épocas, fundamentalmente pastores que traían sus rebaños a pastar, que la zona iba a estar en el foco del Instituto Nacional de Colonización en la década de 1950, y que después de los primeros colonos llegarían personas de otras comarcas cercanas, luego de otras regiones y finalmente de una gran cantidad de países de medio mundo, atraídas por la riqueza de la que ya se considera la huerta de Europa.

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