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Cueva del Gato, una cavidad prohibida con pinturas del Paleolítico

Cueva del Gato

La cueva del Gato se encuentra junto a la localidad de Benaoján, en la provincia de Málaga. Se trata de la boca sur de la cueva del Hundidero, ubicada en pleno Parque Natural Sierra de Grazalema, aunque popularmente se usa el nombre de cueva del Gato para referirse a toda la cavidad. Para los aventureros y los amantes de la espeleología es una visita obligatoria, pero también para todos aquellos curiosos que quieran descubrir nuevos lugares en un entorno natural increíble.

Un sistema espeleológico referente en España

Cueva del Gato
Cueva del Gato. | Shutterstock

La cueva del Gato se encuentra a tan solo tres kilómetros de Montejaque y a unos 15 de Ronda. En total, este sistema espeleológico tiene unos diez kilómetros de longitud y diez recorridos diferentes con un desnivel de 219 metros, que se dice pronto.

No es de extrañar que una cueva de semejantes dimensiones se encuentre aquí, ya que la Sierra de Grazalema es una zona cárstica de roca caliza. A lo largo del tiempo el agua ha ido creando estas cavidades, que en su día recogían el agua del río Guadares. Hoy en día recoge las aguas procedentes de los arroyos y el drenaje de las lluvias.

En definitiva, este sistema espeleológico es de los más importantes de España. Además, la cueva del Gato está considerada Bien de Interés Cultural por sus pinturas rupestres y Monumento Natural de Andalucía desde 2011.

Una entrada de ensueño

Cueva del Gato
Cueva del Gato. | Shutterstock

Uno de los aspectos que más llaman la atención de la Cueva del Gato es que se encuentra en un lugar idílico. Justo delante de la entrada hay un lago cristalino y de aguas muy frías que invita a sus visitantes a darse un baño, especialmente si es verano. Además, a pocos metros debajo de la entrada hay una pequeña cascada que protagoniza las fotos de todos los viajeros.

Asimismo, como curiosidad, la cueva del Gato recibe este nombre como consecuencia de la apariencia física de la entrada, que recuerda a la cara de un gato. Eso sí, hay que tener en cuenta que la entrada está prohibida por ser peligrosa para el público general, sobre todo en época de lluvias. Solo es accesible para grupos de espeleólogos expertos y con previa autorización.

Sin embargo, en verano se puede disfrutar de un buen baño en la laguna del Gato. Además, también se pueden realizar varias rutas senderistas por la zona, como el sendero que sale de Benaoján hasta la cueva a lo largo de seis kilómetros u otra ruta de nueve kilómetros que va al nacimiento de los Cascajales. 

El interior de la Cueva del Gato

Cueva del Gato
Cueva del Gato. | Shutterstock

Hablando del interior de la cueva del Gato, se pueden encontrar lagos muy numerosos y de gran profundidad, como el lago Doble y el lago Largo. También se pueden ver zonas fósiles en las que hay formaciones enormes, destacando la Sala de los Gours. En este espacio hay grandes formaciones producidas por el depósito de la caliza en una pared inclinada.

También destacan las colonias de murciélagos, aunque se encuentran en las zonas más inaccesibles de la cueva para pasar la hibernación con tranquilidad. Tras cruzar la galería de la Ciénaga se llega a una sala llamada Plaza de Toros, cuyo diámetro y altura superan los 60 metros. A continuación, se pasa a Los Toriles, donde hay una cascada que es uno de los elementos más bellos de todo el recorrido.

Otro punto de interés dentro de la Cueva del Gato es la gran estalagmita, que en muchas ocasiones se encuentra sumergida bajo el agua. El Cabo de las Tormentas se caracteriza por ser una zona de fuertes vientos y en la Galería de la Botella el agua está en calma en una parte y en la otra se precipita por un estrecho conducto. Finalmente, en la Galería del Aburrimiento y en la Sala de las Dunas ya se ve la luz exterior a través de la boca de la Cueva del Gato.

Pinturas rupestres de hace 14 000 años

Cueva del Gato
Cueva del Gato. | Shutterstock

Haciendo referencia a su origen, la historia de la cueva del Gato comienza hace varios miles de años, concretamente 14.000 años atrás, cuando sirvió de refugio a los habitantes del Paleolítico. Y es que estos hombres dejaron su firma a través de pinturas rupestres en el interior de la cueva. Estas pinturas fueron el descubrimiento de un grupo de espeleólogos malagueños en 2004 y fue de gran importancia, pues demostró la presencia de humanos en esta zona hace ni más ni menos que 140 siglos.

De todas las pinturas que se encontraron destaca un ciervo en color ocre representado de perfil con su cornamenta, cabeza, espalda, pecho y una pata delantera. También se puede vislumbrar la figura de un cazador que fue realizada poco después. Se trata de pinturas del Paleolítico Superior, por lo que son similares a las de la cueva de la Pileta, también junto a la localidad de Benaoján y a tan solo 13 minutos en coche.

Cabe destacar también que la provincia de Málaga cuenta con un total de ocho cuevas con pinturas rupestres, siendo todo un referente en arte paleolítico en el mundo entero. Las otras seis cavidades son la cueva de Ardales, la cueva de la Victoria y del Tesoro, las peñas de Cabrera, los dólmenes de Antequera, el Conjunto Prehistórico de la Araña y la cueva de Nerja.

En definitiva, la cueva del Gato es un destino imprescindible para los más curiosos y los amantes de la naturaleza. Sin duda, una de las paradas por el arte paleolítico que hay que hacer en la provincia de Málaga y en Andalucía.