Antes de pasar a lo que ver en Monasterio de Veruela cabe conocer su historia. En medio del valle del río Huecha, a escasos kilómetros de la población de Vera de Moncayo, se encuentra el Monasterio de Veruela. Se trata de la primera gran fundación cisterciense de Aragón. También es uno de los conjuntos más importantes de dicha orden en España.
Su origen se remonta a 1141. Por entonces el caballero Pedro de Atarés cumplió la promesa de ceder los valles de Veruela y Maderuela a los monjes franceses de Scala Dei. El objetivo era fundar un monasterio con la advocación de la Virgen María. Por ello, el generoso patrono recibiría en él sepultura once años después.
Los monjes se instalaron en el edificio en 1171, mientras que las obras del conjunto concluyeron en 1248. Ese mismo año se consagró. Durante siglos, el Monasterio de Veruela gozó de los favores de los reyes de Aragón. Tal riqueza le permitió mantener un extenso área de influencia.
En 1835, como consecuencia de la Desamortización de Mendizábal, fue abandonado y cayó en el abandono. Solo sería rescatado tras su reconversión en hospedería. Fue entonces, a mediados del siglo XIX, cuando la alta sociedad zaragozana comenzó a utilizarlo como lugar de retiro vacacional. Sus instalaciones y entorno privilegiado lo pusieron de moda, extendiéndose su fama por toda España.
A finales de 1863, el grabador Valeriano Bécquer y su hermano, Gustavo Adolfo Bécquer, se hospedaron allí. Permanecerían casi un año completo en el lugar. El propio Monasterio de Veruela y el paisaje del Moncayo sirvieron de gran inspiración al talento de los dos artistas románticos. Estos dejaron para la posteridad notables obras surgidas entre los muros del lugar. Valeriano plasmó su estancia en la serie de grabados Expedición de Veruela. Por su parte, Gustavo Adolfo Bécquer escribirá aquí sus famosas Cartas desde mi celda. Es una de las obras de referencia de la literatura romántica española.
En 1877, una comunidad jesuítica se hizo cargo del Monasterio de Veruela. Un siglo después, en 1976, fue cedido en usufructo a la Diputación Provincial de Zaragoza. Dicha organización se encargó de su rehabilitación y conservación. Hoy en día conjuga a la perfección su patrimonio arquitectónico con propuestas culturales contemporáneas en forma de exposiciones, conciertos o festivales.
A continuación, lo mejor que ver en Monasterio de Veruela.