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El embalse de El Atazar, el mar de Madrid

Embalse Atazar

Al norte del mismo corazón del centro de la comunidad madrileña se extiende un inmenso lago que anega las orillas de nada menos que seis municipios de la Sierra Norte. La profundidad de sus aguas alcanza los 100 metros y el paisaje se muestra como si los terrenos de cemento y asfalto fueran cosa de otro tiempo y otro lugar. Pero es verdad: seguimos en la Comunidad de Madrid. Un Madrid diferente, más azul, más verde. Estamos en el embalse de El Atazar, el único mar del que dispone la capital española.

La historia del embalse más grande de la Comunidad de Madrid

El embalse de El Atazar se comenzó a construir en el año 1965 bajo la gestión de Francisco Franco. De todos los embalses que se edificaron durante el régimen del dictador, este fue el último en terminarse. Lo hizo en 1972 bajo el enorme desembolso de 5.000 millones de pesetas, a pesar de que, en un principio, se había proyectado un gasto de tan solo 1.000 millones.

Las técnicas en la construcción del embalse más grande de la Comunidad de Madrid fueron innovadoras. Así, por primera vez en España se usó una bóveda de doble curvatura y, además, las cargas arquitectónicas se depositaron sobre el propio terreno natural. Sin embargo, la pizarra no era capaz de resistir el peso y la tensión de El Atazar, así que se hizo necesario reforzar algunas zonas con hormigón. En la actualidad, el embalse está gestionado por el canal de Isabel II y concentra el 46% del volumen embalsado de la región.

Embalse Atazar
Vistas del embalse de Atazar. | Shutterstock

Seis municipios y una mancomunidad

Como hemos señalado, el embalse de El Atazar engloba seis municipios, que forman parte de la conocida como Mancomunidad del Embalse del Atazar. Estos son El Atazar, El Berrueco, Cervera de Buitrago, Patones de Arriba, Robledillo de la Jara y Puentes Viejas. Otros lugares cercanos son Buitrago de Lozoya, La Hiruela o Rascafría. Estos últimos, pueblos muy populares en la comunidad y considerados de los más bonitos.

De esta forma, los planes que se extienden a lo largo de El Atazar son muchos y muy variados. Así, el visitante puede aprovechar cualquiera de los lugares aledaños para hacer una pequeña ruta, puede emplear un día entero en recorrer los diferentes pueblos y presas que se disponen alrededor del lago o puede valerse de varios días para conocer la zona más a fondo. De hecho, hay una ruta conocida como la senda de Genaro que se extiende a lo largo de 60 kilómetros, bordeando el embalse y pasando por los pueblos más representativos. Para esta empresa es necesario disponer de más de una jornada.

El embalse de El Atazar: presas, embalses y carreteras

Los accesos al mar de Madrid son varios, pero el más popular es a través del pueblo de El Berrueco. Ello es debido a que se trata del primer desvío desde la autovía A-1 dirección Burgos. Además de darse una vuelta por las calles del municipio o visitar el museo del Agua o el de la Cantería, el visitante puede también aprovechar para hacer alguna ruta de senderismo.

embalse del Villar
Embalse del Villar. | Shutterstock

Pero, sin duda, uno de los platos fuertes de los alrededores de El Atazar son las presas. La de Puentes Viejas o la de El Atazar son algunas de ellas, aunque destaca la presa del Villar, junto al embalse del Villar. Aquí, el agua se interna entre las rocas y da lugar a un hermoso paisaje. Otra opción que se puede combinar o no con las actividades anteriores es la de visitar alguno de los miradores que se ubican en torno al embalse. Los más bonitos son los que se ubican en el propio municipio de El Atazar.

Las carreteras de la zona son también una aventura en sí mismas. La M-127, la M-133 y la M-134 son las imprescindibles. Las tres son secundarias y estrechas, pero las curvas y también las vistas panorámicas se acentúan en las dos últimas. De hecho, son muchos los motoristas que aprovechan las características de estas calzadas para hacer alguna que otra ruta. Todas estas opciones pueden, claro, combinarse al gusto.

Un mundo de posibilidades

Windsurfista
Windsurfista en las proximidades de Cervera de Buitrago. | Shutterstock

Como se puede ver, los planes que hacer en El Atazar no son pocos. Además, cada estación puede hacerse una actividad distinta, siendo el verano la época idónea para darse un baño en el embalse, siempre controlando que sea una zona en la que esté permitido. De hecho, no es extraño ver a gente realizando algún tipo de actividad acuática, como el kayak o el paddle surf. Además, los pueblos aledaños al embalse disponen de una amplia oferta tanto gastronómica como de alojamientos.

Dar un paseo en bici o a pie, transitar por las sinuosas carreteras de la Sierra Norte en moto o en coche, sumergirse en las aguas del embalse o hacer turismo rural. Las opciones que ofrece este bello lugar de la comunidad son casi infinitas y se pueden organizar de formas muy diversas.