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La Ruta 66 española: viaje en el tiempo por la Vía de la Plata

La Ruta 66 española: viaje en el tiempo por la Vía de la Plata

¿Te imaginas recorrer España de norte a sur por una carretera histórica que te lleva a descubrir ciudades monumentales, paisajes naturales, gastronomía variada y cultura milenaria? Eso es lo que ofrece la Vía de la Plata, una ruta que tiene su origen en la época romana y que, transformada en la Autovía A-66 que enlaza Gijón y Sevilla, se ha convertido en la Ruta 66 ibérica, un viaje por carretera lleno de historia y turismo.

La Vía de la Plata no deja indiferente a nadie, ya que combina historia, cultura, naturaleza y gastronomía en un recorrido en el que descubrir lo mejor de España.

¿Qué es la Vía de la Plata?

Mapa de la Vía de la Plata
Mapa de la Vía de la Plata. | Google Maps

Un poco de historia de la Ruta 66 española

La Vía de la Plata es una antigua calzada romana que unía las ciudades de Mérida y Astorga, pasando por Sevilla, Cáceres, Salamanca y Zamora. Su nombre se debe a que era utilizada para el transporte de metales preciosos desde las minas del sur hasta el norte de la península ibérica.

Sin embargo, no solo tenía fines comerciales, sino también militares y administrativos, ya que facilitaba el control y la comunicación entre las distintas provincias romanas.

Hoy en día, la Vía de la Plata presume de ser una ruta turística en la que el trazado original de la calzada romana se ha adaptado a las condiciones actuales del tráfico. La ruta se puede hacer tanto en coche como en moto, bicicleta o a pie, ya que también forma parte del Camino de Santiago. Su longitud total es de casi 800 kilómetros que se pueden recorrer en una jornada o en varios días, según el medio de transporte, el tiempo y el ritmo que se quiera llevar.

Consejos y transporte para realizar la ruta

La mejor forma de recorrer la ruta 66 española es en coche o furgoneta. En caso de no disponer de vehículo propio, existe la opción de alquilar uno en Goldcar, empresa líder en el sector con una amplia gama de coches de distinto tamaño, excelentes condiciones y buenos precios de contratación.

Otra alternativa es unirse a alguno de los viajes guiados en autobús que organizan distintas agencias de turismo. Tours de diferentes itinerarios y duración para todo tipo de clientes y que suelen incluir transporte, alojamiento y media pensión o pensión completa.

Si el medio de locomoción elegido es la bicicleta, será necesario realizar el camino en varias etapas, lo mismo que si se realiza andando. Además del evidente esfuerzo físico, y aunque la ruta está bien señalizada, contar con mapas, tracks e información del itinerario resulta imprescindible.

Qué ver en la Ruta 66 española

La Vía de la Plata es una ruta que ofrece una gran variedad de atractivos para todos los gustos y edades. Desde ciudades con un rico patrimonio histórico y artístico, hasta pueblos con encanto y tradición, pasando por parques naturales, reservas de la biosfera, embalses, ríos, montañas y valles.

Además, la ruta es una oportunidad para degustar la gastronomía típica de cada zona, basada en productos locales de calidad y con influencias de diferentes culturas.

A continuación, repasamos algunos de los lugares imprescindibles que no puedes perderte en la Ruta 66 española.

Gijón

Gijón
Gijón. | Shutterstock

Inicio o final de la Ruta 66 Ibérica, en función del punto de partida, la ciudad asturiana ofrece la posibilidad de disfrutar de sus playas o de atractivos turísticos como la Universidad Laboral, el Palacio de Revillagigedo, La Casa Rosada, el Elogio del Horizonte o pasear por el Barrio de Cimadevilla, además de tomar unas sidras o probar los productos de la tierra en cualquiera de sus bares y restaurantes.

León

León
León. | Shutterstock

La capital del antiguo Reino de León es una ciudad pequeña pero llena de historia y tradición, con gran cantidad de lugares para visitar. Por ejemplo, la Catedral de Santa María, la Real Colegiata de San Isidoro, el Convento de San Marcos (hoy Parador Nacional) o el Museo Casa Botines Gaudí.

Y estando en León sería pecado no pasarse por el Barrio Húmedo y probar alguno de los platos de la gastronomía local, basada en la cocina tradicional y los productos locales.

Astorga

Astorga
Astorga. | Shutterstock

La ciudad leonesa, si bien no se encuentra al paso de la A-66, es el final o el inicio de la antigua Vía de la Plata, según se elija. Astorga es una ciudad con mucha historia que fue sede episcopal y capital de la provincia romana de Asturica Augusta.

Entre sus monumentos más sobresalientes se encuentran la Catedral Gótica, el Palacio Episcopal diseñado por Gaudí, las murallas romanas, el Museo del Chocolate o la Plaza Mayor.

También es famosa por su cocido maragato, un plato típico que se come “al revés”: empezando por la carne y terminando por la sopa.

Benavente

Iglesia de Santa María del Azogue, Benavente
Iglesia de Santa María del Azogue, Benavente. | Shutterstock

Su importancia como cruce de caminos convirtió a la ciudad zamorana en enclave estratégico durante diferentes períodos históricos.

Testigos de esa influencia son una variedad de edificios religiosos y civiles, entre ellos la Iglesia de Santa María del Azogue con sus cinco ábsides, el Hospital de la Piedad para peregrinos, la Torre de Caracol convertida en Parador Nacional o su Plaza Mayor.

Zamora

Zamora
Zamora. | Shutterstock

Esta ciudad del románico es otro de los tesoros que se encuentran en la Vía de la Plata. Zamora cuenta con más de 20 iglesias de este estilo arquitectónico, además de un castillo, una catedral, un puente medieval o una Plaza Mayor con soportales.

También es conocida por su Semana Santa, declarada de Interés Turístico Internacional, y por su gastronomía, donde destacan el queso zamorano, el lechazo asado o los vinos de Toro.

Salamanca

Salamanca
Salamanca. | Shutterstock

La ciudad universitaria por excelencia es una parada obligatoria en la Vía de la Plata. Salamanca posee una Plaza Mayor considerada como una de las más bonitas del mundo, una Catedral Nueva y otra Vieja, una universidad con más de 800 años de historia, fachadas icónicas como la de la Casa de las Conchas o el Convento de San Esteban, donde se alojó Cristóbal Colón.

Cáceres

Cáceres
Cáceres. | Shutterstock

Otra ciudad extremeña con un casco histórico excepcional, Patrimonio de la Humanidad desde 1986. Cáceres conserva un conjunto monumental medieval y renacentista único en España, con murallas, torres, palacios e iglesias que recuerdan su pasado esplendoroso.

Además, es famosa por su gastronomía, con productos como el queso de torta del Casar o las migas extremeñas.

Mérida

Teatro Romano de Mérida
Teatro Romano de Mérida. | Shutterstock

La capital extremeña es una auténtica joya del arte romano y también fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993. Sus monumentos destacados son el impresionante Teatro Romano, el puente sobre el Río Guadiana, el Templo de Diana, el Arco de Trajano o el Acueducto de los Milagros.

Sevilla

Plaza de España, Sevilla
Plaza de España, Sevilla. | Shutterstock

La capital andaluza es el punto de partida o de llegada de la ruta, según se prefiera. Sevilla es una ciudad con una gran belleza y personalidad, donde se mezclan el legado árabe, judío y cristiano.

Entre sus visitas imprescindibles están su emblemática Giralda, su espectacular Alcázar, su pintoresco barrio de Santa Cruz, su animada Plaza de España o su emblemática Torre del Oro.