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Más allá de su famosa vida nocturna, la ciudad de Ibiza ofrece tantos planes como queramos buscarle. La capital se ubica al este de la isla homónima, que se puede recorrer fácilmente gracias a las accesibles distancias. Ya sea visitando sus playas, sus rincones naturales o sus pueblos llenos de encanto, la magia de la isla no se acaba nunca. En este artículo abarcamos algunas de las escapadas desde Ibiza que nadie debería perderse.
Planes y escapadas cerca de Ibiza para todos los gustos
Es Vedrà y Cala d’Hort
Empecemos por una de las hermanas pequeñas de Ibiza, un islote que es pequeño, pero impone. Es Vedrà es una mole rocosa que se levanta casi 400 metros para caer de nuevo en picado hacia el mar. Situarse en la costa cara a cara con la enorme roca es una experiencia de impacto, sobre todo si podemos ver cómo se pone el sol a la espalda del pequeño coloso.
Una buena opción es añadirle playa a esta visita y acercarse a Cala d’Hort. Desde ahí se puede ver todo este espectáculo desde lo alto del acantilado, que además permite admirar una antigua torre de cuando los piratas rondaban este rincón del Mediterráneo.
De Es Vedrà se cuentan multitud de historias, como que es la cuna de la diosa fenicia Tanit, o sucesos que tienen por protagonistas extrañas luces en el cielo. Quizá solo los curiosos lagartos que la habitan sepan la verdad.
Ibiza a vista de pájaro
Quien crea que ya conoce cada palmo de la isla puede probar a elevarse hacia las alturas. Nada mejor que un vuelo en globo aerostático para cambiar radicalmente la perspectiva y ver Ibiza con otros ojos. En Sant Rafel, en el centro de la isla, hay alguna empresa que nos permite ascender, siempre a primera hora de la mañana, y admirar la belleza de este rincón del Mediterráneo como nunca antes.
Para aquellas personas que prefieren mantener los pies más cerca del suelo, hay alternativas que también aseguran un enfoque distinto a la isla, como recorrerla a caballo, una actividad singular que conecta con tiempos pasados más calmados.
Faro de la Conillera
Otra pequeña isla que acompaña a Ibiza pero que sí se puede visitar es Sa Conillera, o Isla Conejera, un lugar idílico al que se accede gracias a excursiones organizadas desde la playa de Comte o Sant Antoni de Portmany. El lugar es naturaleza en estado puro, un pequeño oasis donde la única aportación humana es el hermoso faro, una elegante torre de color blanco desde la que se disfruta de vistas insuperables.
El faro conserva las casas de los fareros que lo habitaron hasta 1971. Se cuenta que son dos porque las familias que se encargaban del faro (dos semanas cada una) habían tenido alguna disputa, por lo que se optó por dotar de una residencia a cada una.
La Torre d’en Valls
Como un espejo del extremo opuesto de la isla, donde estaba Es Vedrà, la punta oriental cuenta con otro cabo de tierra que da a una pequeña isla. En este caso es Tagomago, de propiedad privada. Una pequeña península, la Punta d’en Valls, ofrece una agradable excursión que es ideal para realizar en familia.
Sin mucho esfuerzo se llega a la Torre d’en Valls, otra de esas antiguas defensas ibicencas. Muy cerca de ella da comienzo un sendero que conduce a un fantástico mirador, y también hay calas cercanas como Cala Negra o Pou des Lleó que pueden culminar la jornada. Hay que mencionar que el brazo de mar entre este cabo y Tagomago es una reserva marina, valiosa por la colonia de posidonia que albergan sus aguas.
Buceo en Cala Xarraca
El norte de Ibiza es sinónimo de buceo. El litoral de toda la zona conocida como Els Amunts es ideal para la práctica del snorkel, por la vida que alberga el lecho rocoso. Como costa rocosa, es recomendable acercarse a ella con calzado, y es que la arena es muy escasa. A pesar de esto, vale la pena disfrutar de la transparencia del agua y de las pequeñas bañeras naturales que se forman en la roca.
Es una cala pequeña, pero no suele haber problemas de aglomeraciones. No muy lejos, a modo de premio para las personas más curiosas, existen unas cuevas escondidas que sorprenden por su forma y su belleza.
Faro de Punta Moscarter
Todavía en el norte de la isla, hay un recorrido de lo más agradable que tiene por meta un faro bien curioso. Se puede arrancar en la bahía de Portinatx, en la parte más septentrional de Ibiza, y tomar alguno de los senderos que van hasta el faro, por ejemplo el que bordea la costa.
Después de un paseo por el lado más agreste de la isla se divisa el faro, y es difícil no sorprenderse. El faro de Punta Moscarter es el más alto de Baleares, con 52 metros. Además de su altura y esbeltez, llama la atención el patrón en espiral, blanco y negro, que recorre su torre, y que recuerda a los cilindros de las barberías. Esta excursión es idónea para días en que no haga mucho calor, y tiene el extra de disfrutar de grandes vistas durante el trayecto.
Formentera en bicicleta
Una escapada cercana a Ibiza que no podía faltar es la de la otra isla Pitiusa habitada: Formentera. La comunicación marítima entre ambas islas es fluida, y una vez en Formentera, optar por la bicicleta es una de las maneras más deliciosas de conocerla.
De las 32 rutas verdes que recorren la isla, muchas son aptas para pedalear, y lo llano del terreno hace que sea una experiencia de lo más agradable. El único reto puede ser subir hasta la única elevación, la de La Mola, pero las vistas allí son tan increíbles que vale la pena el esfuerzo. En el resto de la isla, son tres los conjuntos históricos, cada uno con su iglesia parroquial y su particular urbanismo, y hay otros testigos interesantes de la historia insular como Ses Salines o la colonia penitenciaria.
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