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Los mejores planes para disfrutar de la naturaleza en España

Los mejores planes para disfrutar de la naturaleza en España

Una de las cosas de las que puede presumir España es la magnífica variedad de paisajes y de atractivos naturales con que cuenta el territorio. De las costas luminosas a las imponentes montañas, de los bosques tupidos a los desiertos de aspecto exótico, todo tiene cabida en nuestro país. Por eso, los planes para disfrutar de la naturaleza ofrecen cientos de opciones para todos los gustos. Veamos algunos de los destinos que no pueden faltar cuando sentimos la necesidad de aire libre y espacios abiertos.

Viajar en el tiempo a través del paisaje

Parque Nacional de Monfragüe
Parque Nacional de Monfragüe. | Shutterstock

En nuestro país quedan lugares donde es posible viajar hasta épocas en que el ser humano aún no había transformado el medio natural. Algún milagro ha permitido que ciertos espacios conserven una fisonomía de otras eras geológicas, y de paso que los sigan habitando especies animales que han encontrado ahí su paraíso. Hablamos de algunos de los parques nacionales españoles, grandiosos escenarios donde los humanos solo somos invitados. Así, parques como Monfragüe, en Cáceres, a orillas del Tajo, parecen mostrarnos cómo era la Tierra antes de la era industrial, y nos recuerda que no está sometida por completo. Monfragüe es un ejemplo espléndido de bosque mediterráneo, y permite ver aves tan imponentes como el buitre leonado, el buitre negro o el águila imperial.

Otro excelente ejemplo de bosque mediterráneo, y a menos de dos horas de Madrid, es el Parque Nacional de Cabañeros, entre las provincias de Ciudad Real y Toledo. Es el menos visitado de nuestros parques nacionales, a pesar de la paz impagable que se respira en él y las bellas estampas que ofrece. La lista de parques nacionales en la Península, naturalmente, incluye nombres tan conocidos como las Tablas de Daimiel o Doñana, los dos humedales más importantes de nuestro país. Todos estos espacios aseguran una experiencia de unión total con los elementos, cercanía con la fauna salvaje y desconexión completa del mundo urbano.

Baños en espacios naturales, dulces o salados

Reserva Natural Garganta de los Infiernos
Reserva Natural Garganta de los Infiernos. | Shutterstock

En un país famoso por sus playas puede resultar difícil elegir entre tantas como hay. Una de las regiones que mejor combinan un clima benigno con la belleza natural es la costa andaluza. Las playas de Andalucía, tanto en su vertiente atlántica como en la mediterránea, cuentan con verdaderas joyas en cada provincia, ya sean playas urbanas como La Caleta en Cádiz, destinos legendarios como la Costa del Sol o las amplias extensiones desiertas de Huelva y Almería.

Si de playas impresionantes se trata, el norte no se queda corto, y es que el Cantábrico ofrece paisajes sobrecogedores en los que, además de un baño cuando el tiempo acompaña, se pueden realizar multitud de rutas. Desde islas gallegas admirables como la de Arosa hasta las playas urbanas del País Vasco, todo este litoral guarda portentos imprescindibles. Aunque este mar tiene fama de poco apacible, existen playas en que el el Cantábrico parece un lago, y otras que permiten combinar el rumor de las olas con los encantos de un parque natural, como las playas de Oyambre en Cantabria o Buelna en Asturias, sin olvidarnos de una de las zonas más cautivadoras del norte, la Costa Quebrada de Cantabria.

Para quienes viven en el interior y no quieren recorrer muchos kilómetros, hay excelentes alternativas a la playa, como son los lagos y pozas que salpican muchos puntos de España. Hay pozas cerca de Madrid que permiten un baño en plena naturaleza, además de varios pantanos y cascadas. En ese sentido, la Sierra de Madrid está llena de tesoros que hay que conocer, como la Cascada del Chorro, Las Presillas o las Pozas de Berrueco. Más lejos de la capital, encontramos auténticas maravillas como la Garganta de los Infiernos, en Cáceres, las Fuentes del Algar en Alicante o las Chorreras de la provincia de Cuenca. Todas ellas permiten tomar un baño refrescante en medio de parajes inmejorables, y a menudo combinar el baño con estupendas rutas senderistas.

Esplendor en las alturas

Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido
Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. | Shutterstock

Las montañas son el otro gran aliciente en que España es generosa. Además de tener una altitud media bastante elevada, nuestro país cuenta con cordilleras capaces de brindar esa pureza cristalina de los ambientes alpinos, con varios macizos que, además, están bastante repartidos por la geografía. Algunos de los parques nacionales situados en plena montaña son el de Ordesa y Monte Perdido y el de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, ambos en pleno Pirineo, a los pies de algunos de los picos más espectaculares de la cordillera. En el sur, Sierra Nevada es la referencia indiscutible, con el Mulhacén como techo de la Península y numerosos arroyos, además de los lagos y circos glaciares que transportan al visitante a otro mundo.

Los otros dos grandes espacios donde contemplar montañas nevadas en forma de parque nacional son la Sierra de Guadarrama, cuyas pozas ya han aparecido más arriba, y los Picos de Europa, repartido entre Asturias, Cantabria y León. Este último es el más antiguo de España, y es un paraíso para realizar rutas de todos los niveles y visitar maravillas como la Ruta del Cares, los Lagos de Covadonga o los pueblos de Bulnes y Fuente Dé.

Por último, no podemos dejar pasar los principales espacios naturales en las islas. Aparte de paisajes insulares únicos como el Archipiélago de Cabrera o las Islas Atlánticas de Galicia, el resto de nuestros tesoros se encuentra en las Canarias, y es que el archipiélago cuenta con hasta cuatro islas que albergan parques nacionales deslumbrantes. Aquí las estrellas son los volcanes, con el Teide como icono imprescindible. Cada isla desborda personalidad, y podemos pasar del primigenio bosque de laurisilva de Garajonay en La Gomera hasta el sorprendente malpaís de Timanfaya en Lanzarote, escenarios ambos que parecen sacados de alguna película, pero que regalan experiencias inefables cada año a miles de visitantes.

La cuarta de las opciones en Canarias es el impresionante Parque Nacional de la Caldera de Taburiente, en La Palma. Los volcanes han creado aquí una gran depresión del terreno entre picos tan notables como el Roque de los Muchachos, y además con algo de suerte se puede presenciar uno de los mayores espectáculos de la naturaleza: el mar de nubes que a menudo se forma en la caldera.

Artículo escrito en colaboración con Pin and Travel.