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La misteriosa isla en la que mora un fantasma

Isla del Barón, La misteriosa isla en la que mora un fantasma

En medio del Mar Menor, en una zona de la Región de Murcia repleta de turismo, se encuentra una isla privada cuyos dueños luchan por la preservación del medio ambiente. Hablamos de la Isla del Barón, también conocida como Isla Mayor por ser la más grande de las cinco que hay en el Mar Menor. Casi 94 hectáreas de tierra rodeadas de agua en las que discurre una leyenda escalofriante y que ahora se pueden visitar.

La inquietante leyenda de la Isla del Barón

Isla del Barón
Isla del Barón. | Shutterstock

Hasta ahora, esta había sido una isla secreta a la que ningún ciudadano podía acercarse si no quería ser sancionado. Sin embargo, sus propietarios han decidido abrirla al público. De este modo, serán muchas las personas que puedan hacer turismo por la Isla del Barón y ver de cerca sus paneles solares, su bosque de palmitos, su palacete, sus aljibes o su pequeña población de muflones. Pero, además de esto, las personas que decidan acercarse hasta este islote volcánico del municipio de San Javier podrán comprobar de primera mano si la leyenda que se cuenta sobre este lugar es cierta o no.

Esta dice que, cuando la Isla Mayor pertenecía al barón de Benifayó, se organizaban muchas fiestas para la clase alta en el interior de su palacete neomudéjar. A una de ellas acudió una princesa rusa y Benifayó quedó prendado de ella. Sus padres se la entregaron en matrimonio, pero la chica no estaba enamorada del barón y murió de pena. Desde entonces, los marineros que han navegado con sus barcos cerca de la Isla del Barón han visto el fantasma de una joven desnuda pasearse por el contorno rocoso de la isla.

Un poco de historia sobre la isla

Isla del Barón
Isla del Barón. | Shutterstock

La Isla del Barón debe su nombre al barón de Benifayó, Julio Falcó d’Adda, quien la compró en el año 1870. Para él fue un lugar de caza y recreo, y tanto le gustaba que mandó construir allí un palacete neomudéjar de ladrillo que todavía hoy sirve como vivienda de sus actuales dueños.

Fue en el año 1899 cuando José Ignacio Figueroa Mendieta le compró la isla al hijo de Benifayó. Aunque, en realidad, lo hizo de casualidad. Figueroa quería adquirir unas minas de plomo ubicadas en La Unión, pero en el acuerdo se incluían cuatro islas del Mar Menor: Rondella, Sujeto, Perdiguera y la Isla del Barón. Perdiguera fue cedida poco tiempo después al Estado. Rondella y Sujeto siguen siendo propiedad de la familia, pero están deshabitadas. En cambio, la Isla del Barón les robó el corazón y ya son siete generaciones las que han disfrutado de ella.

Conservación del medio ambiente en la Isla Mayor

Isla del Barón
Isla del Barón. | Shutterstock

Si tanto ha gustado a sus dueños, aunque nadie más haya podido disfrutarla hasta ahora, es por sus características. Se trata de un pedazo de tierra de aproximadamente 94 hectáreas y 105 metros de altitud que se encuentra ocupado por un estratovolcán. Su cráter está bastante erosionado, aunque se puede ver claramente en la cima. Además, en la Isla Mayor también hay otros dos conos volcánicos de menores dimensiones; en uno de ellos se encuentra el palacete que Benifayó mandó construir.

En la isla hay alguna que otra edificación más, pero lo cierto es que se trata de un terreno en el que reina la naturaleza. Sin ir más lejos, alberga un bosque de palmitos único en Europa. Tanto es así, que hoy en día se encuentra protegida dentro de los llamados Espacios Abiertos e Islas del Mar Menor con categoría de Parque Natural y ZEPA (zona de especial protección para las aves).

Pero esta protección no se le otorga únicamente por sus características naturales, sino también por el gran trabajo de conservación que han hecho sus propietarios. Todo empezó con Benifayó, quien hizo todo lo que estaba en sus manos para preservar el entorno. Así, trabajó para que el terreno no se estropeara con la lluvia y construyó aljibes para guardar el agua. También introdujo en la isla un rebaño de muflones de Cerdeña para mantener en condiciones óptimas la vegetación.

La familia Figueroa, al adquirir esta isla cercana a La Manga del Mar Menor, tomó el relevo de Benifayó y continuó con las labores de preservación. Por una parte, sus miembros reintrodujeron en el lugar especies animales extinguidas como la perdiz roja. También instalaron paneles solares para que la Isla del Barón se abasteciese energéticamente por sí misma.

Pero eso no es todo, pues ahora están inmersos en un nuevo proyecto: convertir la isla en todo un referente en cetrería. De hecho, ya se han instalado varias halconeras para cumplir dicha misión. El propietario actual de la Isla del Barón descubrió que era una tradición criar, domesticar, enseñar y curar a los halcones allí. Y es que las corrientes de aire que hay mar adentro nada tienen que ver con las de tierra firme, por lo que los halcones ganan fuerza al volar sobre la Isla Mayor.

La gran gestión del espacio natural que han hecho los dueños de este islote de la provincia de Murcia los ha llevado incluso a ser reconocidos internacionalmente. De hecho, la Isla del Barón recibió el galardón Anders Walls Awards, que premia la conservación de la biodiversidad y del paisaje natural. También se le otorgó la certificación Wildlife Estate, que se entrega a propiedades respetuosas con la biodiversidad.

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