La población domina la confluencia de los ríos Urola y Narrondo. Estos crean una bahía rodeada de verdes montañas que descienden hasta el mar. El recorrido por lo que ver en Zumaia arranca por su principal edificio, la Iglesia Parroquial de San Pedro (siglo XIII). Se trata de un templo-fortaleza de estilo gótico, alrededor de la cual se desarrolló el núcleo medieval. Es una construcción de gran sobriedad y belleza. Bajo una extraordinaria bóveda de crucería se pueden contemplar tallas y tablas fascinantes.
Cabe fijarse especialmente en el retablo mayor de estilo manierista de Juan de Anchieta, principal obra de arte que hay que ver en Zumaia. También destaca de la Iglesia Parroquial de San Pedro un Cristo esculpido por Quintín de Torre y policromado por Ignacio Zuloaga. Se sitúa en la pared izquierda de la nave y fue un regalo del pintor. Cerca hay una bella talla flamenca de la virgen con el niño (sohlo XV). Tras una reja, frente al mencionado Cristo, hay una excelente tabla votiva del siglo XV. Fue un obsequio del zumaiano Juan Martínez de Mendaro, que capitaneó una escuadra castellana contra Gibraltar.
Frente al templo se encuentra el Zumaia Jauregia. Dicha torre de cuatro plantas fue elevada por la familia Zumaia Gamboa y vivió cruentas batallas entre los linajes del siglo XV. Muy cerca se halla la Casa de los Olazábal. Mientras tanto, en la plaza del Mercado queda el edificio del Ayuntamiento de Zumaya y el Convento de las Carmelitas, barroco. Mientras tanto, en un promontorio a la entrada del pueblo se alza el Palacio de Foronda (siglo XX).
Siguiendo con lo que ver en Zumaia se llega a uno de sus puntos más populares. En lo alto de la ladera, sobre un acantilado que domina la playa de Itz se ubica la Ermita de San Telmo. Se trata de un modesto edificio del siglo XVI, otrora sede de la «Compañía de Mareantes» local. Allí se rodaron las escenas finales de Ocho Apellidos Vascos.
Tal templo permite disfrutar de excelentes vistas de los flysch. Este fenómeno geológico es fruto de la emergencia a la superficie de las capas tectónicas duras, formadas por piedra caliza, pizarra o arenisca, adheridas a otras blandas, como arcillas y margas. Es así un proceso de estratos que permite apreciar nítidamente la formación de la corteza terrestre. De gran belleza, tal hito natural tiene una manifestación privilegiada en Zumaia.
Para disfrutar de esta maravilla natural que ver en Zumaia se pueden usar los barcos turísticos del puerto. Para ir por tierra hay que subir la cuesta hasta la ermita de San Telmo. Tras ello toca pasear por un estrecho sendero que bordea el precipicio del acantilado. Un conocimiento más completo del fenómeno, se puede adquirir en el Centro de Interpretación Algorri.
En dirección a Getaria, ya cerca de la playa de Santiago, quedan los últimos hitos que ver en Zumaia. Allí se encuentra el Museo Zuloaga, instalado en una hospedería del Camino de Santiago del siglo XII. Muestra una interesante variedad de obras de arte, en el que se exhiben obras del pintor eibarrés Ignacio Zuloaga.
Asimismo, una vez hecho el recorrido por lo que ver en Zumaia, descubre más planes por la provincia de Guipúzcoa, así como su turismo activo.