Conocer la historia local es más que necesario para disfrutar de los lugares que ver en Granadillas. De tal forma, se sabe que el poblado fue fundado por árabes en el siglo IX. El suelo elegido fue una colina de pizarra desde la que se podía dominar un extenso terreno regado por el río Alagón. Se trataba de un paso obligado de la Vía de la Plata, lo que explica su fortificación.
En torno al año 1170, el pueblo fue conquistado y repoblado por Fernando II de León. El monarca reforzó las murallas para contener posibles avances musulmanes desde la parte meridional de las transierras leonesa y castellana. Entonces el lugar se conocía por el nombre de Granada. Más tarde, tras la toma de la homónima ciudad andaluza, pasó a ser Granadilla.
El señorío de Granadilla cambió de manos con frecuencia tras su reconquista. Pasó por la Orden de caballería de Santiago, los Condes de Alburquerque y hasta el rey Juan II de Castilla. Finalmente, en 1446 se dejó el control a los Álvarez de Toledo, futuros duques de Alba. Tan insigne familia estuvo a cargo del lugar a hasta el año 1830. Tanto es así, que el castillo de Granadilla se reconstruyó por iniciativa del primer duque de Alba, usando de base el alcázar mahometano.
Durante el siglo XIX, la familia Jiménez y Velaz de Batuecas, descendientes del bachiller don Gerónimo Sánchez Zúñiga, Cura Rector y Comisario del Santo Oficio en 1628, jugó un papel muy relevante en el pueblo. Su importancia fue consecuencia de la obtención de un gran número de posesiones del concejo durante las desamortizaciones. Parte de ese patrimonio perteneció al ducado de Alba. La única propiedad que conservaron los antiguos señores de Granadilla fue el castillo, que aguantaron hasta 1893.
A lo largo del XIX, los herederos de los Jiménez y Velaz de Batuecas se unieron a la familia de García de la Cruz. Dicha estirpe era de origen Salmantino, emparentada con el ilustre don Francisco García de la Cruz y Obregón. Sus últimos miembros fueron los familiares del conocido poeta don José María Gabriel y Galán. Por este motivo el actual pantano de Gabriel y Galán recibió su nombre.
La construcción del pantano en 1957 produjo graves daños para Granadilla. Todo el territorio del municipio fue expropiado, incluido el núcleo urbano amurallado. La acción del Ministerio de Obra Publicas obligó a sus habitantes a abandonar la villa para siempre. Así, durante 1964, el municipio de Granadilla fue disuelto y quedó desierto.
Tras la declaración de Conjunto Histórico-Artístico del año 1980, el lugar fue incluido en un proyecto interministerial que perseguía la recuperación de pueblos abandonados. La rehabilitación de Granadilla comenzó en la zona del castillo, lamentablemente deteriorado por las lluvias. Al carecer de cubierta de protección, los sillares interiores de granito habían comenzado a disgregarse peligrosamente. También las murallas fueron restauradas.
Desde entonces, Granadilla es un entorno sin habitantes que sirve de escuela-taller, gracias a la cesión de la Confederación Hidrográfica del Tajo. Los antiguos pobladores, así como sus descendientes, se reúnen cada año en dos ocasiones. Una es la romería de la Virgen de Agosto (15 de agosto) y la otra el día de los Difuntos (2 de noviembre). No faltan quienes reclaman que se revoque la expropiación y se devuelva el lugar a las gentes del pueblo.
A continuación, lo mejor que ver en Granadilla.