Comenzamos la visita a lo que ver en el Barco de Ávila por el Castillo de Valdecorneja. Se alza en un pequeño cerro que se eleva sobre el cauce del Tormes. Se estima que éste construyó en el siglo XII sobre los restos de un antiguo castro vetón, siendo reconstruido en el siglo XIV.
Lo primero que llama la atención es el arco gótico de grandes dovelas de la entrada. Tras esto, traspasar una barbacana con almenas y torreones que protegen su planta rectangular, presidida por una torre del homenaje. A finales del siglo XV en esta se abrirían huecos de iluminación y ventilación decorados con ajimeces -ventanas divididas en dos por una columna) y se embelleció el patio de armas.
Se ha estimado que las habitaciones destinadas a las mujeres pudieron estar situadas en paralelo al muro que da a la cuesta de la Viñas. Las de los caballeros daban a la vista del Puerto de Tornavacas. Como es habitual en estos edificios, en su parte noble se hallaba la capilla, los comedores y el gran salón de juntas y audiencias.
Tras su adaptación a castillo – palacio se debieron de abrir más ventanas con ajimeces, dotadas de asientos para disfrutar de las hermosas vistas. A mediados del siglo XIX el castillo fue habilitado como cementerio municipal, lo que aumentó su deterioro. La restauración actual ha permitido habilitarlo para usos culturales. Por lo tanto, un espacio interesante que ver en el Barco de Ávila.
Siempre hay que ver en El Barco de Ávila el casco urbano medieval con el debido detenimiento. Especialmente sus fragmentos de la muralla (algunos de los cuales han sido restaurados). Merece destacarse la Puerta de Ávila o Puerta del Ahorcado. Está formada por un arco de medio punto entre dos torres avanzadas para su defensa. Su segundo nombre deriva del ahorcamiento del alcaide, que allí mismo tuvo lugar en 1578.
El centro de el Barco de Ávila se dispone en torno a una plaza irregular. Esta se caracteriza por sus pórticos, edificios y casonas con blasones de antiguos linajes de la población.
Detrás de la plaza en dirección a la iglesia, una Capilla restaurada ocupa el solar de la casa natal de San Pedro del Barco. Una santidad local que allí murió, pero que una mula llevó en un legendario periplo hasta la ciudad de Ávila, donde sería enterrado.
En la plaza contigua a ese edificio se puede disfrutar de la fachada del Antiguo hospital de San Miguel. Actualmente es una residencia de ancianos. También de la Iglesia Parroquial de la Asunción. Su estilo gótico en el siglo XIV conserva algunas trazas románicas. Destacan en el exterior en éste templo que ver en el Barco de Ávila los volúmenes de la triple cabecera, la torre adornada con pináculos y la portada principal. Las arquivoltas y matacanes le confieren un aspecto defensivo.
Ya dentro del templo apreciamos las bóvedas de crucería de las tres naves y el coro de la nave central. Éste fue añadido en el siglo XV, al igual que algunas capillas y sacristía. Destaca también la reja de cierre de la Capilla Mayor. Resulta interesante el Museo Parroquial. Reúne retablos, pinturas y esculturas de los siglos XIV a XVI que ver en el Barco de Ávila.
Al salir de la iglesia, si se baja por la calle accedemos al paseo del magnífico puente medieval del siglo XIII. Sus 125 metros de longitud están sostenidos por siete arcos desiguales.
Atravesando el puente se llega al espacio de la Ermita del Cristo del Caño. Se trata de un habitual destino de los paseantes locales. Acuden allí a disfrutar de la vista panorámica que ofrece el castillo con la sierra como telón de fondo. Esa ermita tiene una historia legendaria que confiere de aún más encanto al lugar.
En el siglo XII una gran crecida del Tormes arrastró a la orilla izquierda del río la imagen de un Cristo de madera de tamaño natural. Los vecinos intentaron por tres veces colocarla en la iglesia parroquial. Sin embargo, esta volvía a aparecer a la entrada del puente. Por ello erigieron allí una ermita que inicialmente se llamó “del humilladero”.
Declarada en ruina cuatro siglos después, la ermita se reconstruyó en 1672. Al excavar en sus cimientos durante las obras apareció una corriente de agua que se recogió en una fuente de tres caños. Esta dio nombre a la fuente y al Cristo del Caño.
En conclusión, esto sería todo lo que ver en el Barco de Ávila.