La Avenida de Andújar, buen lugar en el que aparcar, es donde se inicia este recorrido por lo que ver en Bailén. Allí está la Huerta de San Lázaro o «del Sordo». Esta conserva una noria, clave al haber sido el único abastecimiento posible de agua durante la célebre batalla en que cayeron las tropas napoleónicas.
Sobre la contienda se da cumplida información en el Centro de Interpretación de la Batalla de Bailén. El lugar posee una curiosa forma: de cañón de artillería. Además, queda rodeado por hermosos jardines. Su exposición permanente permite comprender la verdadera dimensión de tan renombrado hecho histórico.
Del Castillo de Bailén, construido por los musulmanes en el siglo IX sobre la base de un monasterio visigótico, no quedan más que algunos lienzos de muralla. El resto de sus ruinas fueron demolidas en 1969. También pervive la fachada renacentista de lo que fuera el Palacio Ducal que albergaba en su interior la fortaleza. Fue trasladada en 1970 y aún luce los emblemas de la casa de Ponce de León.
La ecléctica Iglesia Parroquial de La Encarnación (s. XVI) se sitúa en pleno centro de la localidad jiennense. Combina elementos góticos con otros renacentistas y barrocos. Describe una planta basilical y cuenta con tres naves. Su consagración tuvo lugar el 16 de noviembre de 1504, en el marco de una grandiosa ceremonia presidida por el obispo de Jaén. El templo sustituyó a la primitiva parroquia que estaba alojada en el interior del castillo, dedicada a San Andrés y Santa Gertrudis. Destaca por su cuidadosa ejecución en piedra de asperón rojo y su hermosa torre octogonal. Rotundos contrafuertes que apuntalan la estructura.
Este templo que ver en Bailén luce hasta seis relojes de sol repartidos. Entre los enterramientos del sótano se cree que están los restos de María Bellido, heroica aguadora de la Batalla de Bailén. Durante 1936, el camarín que custodiaba el primitivo altar de la Virgen de Zocueca fue quemado. Por ello se hizo una copia de la imagen, la que se ve actualmente. En esa misma capilla reposan los restos del General Castaños. Estos fueron trasladados en 1963 desde el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid.
Hay multitud de ermitas que ver en Bailén. Por ejemplo, la del Santo Cristo (s. XVIII), construida en piedra rojiza. Muestra una planta basilical y es la sede de la antiquísima cofradía de la Vera Cruz. Más antigua es la Ermita de la Soledad (s. XIV). Su camarín data del período barroco. En él se enterraría al general francés Dupré tras ser herido de muerte en su enfrentamiento contra el ejército español.
Pequeña y curiosa resulta la Ermita de San Juan (1490), conocida también como «La Limpia y Pura». Existía ya en 1504. Por último, cabe señalar la Ermita de Nuestro Padre Jesús (s. XVIII). Se caracteriza por su tono rojizo y la sobriedad exterior, que contrasta con las barrocas yeserías del interior.
Otro elemento que ver en Bailén es la fachada del Colegio de las Monjas o del Sagrado Corazón de Jesús (siglo XVIII). Ya en el Paseo de las Palmeras, de 1933, está el monumento que recuerda en forma de alegoría la Batalla de Bailén.
En la Plaza del General Castaños, conocida como «El Paseo», hay instalada una escultura que recuerda a la heroína María Bellido. Bajo el fuego enemigo abasteció de agua al ejército español. A la postre fue un factor decisivo para la victoria. Se cuenta que una bala francesa rompió su cántaro cuando daba agua al general Reding.
Por último, a seis kilómetros, en el espectacular entorno natural de Sierra Morena, se encuentra el Santuario de El Rumblar, en la aldea de Zocueca. Su origen está relacionado con una modesta ermita levantada por los mozárabes en 1150. La portada actual es del siglo XVII. El interior posee un suntuoso camarín con espectaculares yeserías. Estas llenan todo el espacio que custodia la imagen de la Virgen de Zocueca.