El salto del pastor es un deporte tradicional canario que lo practican grupos de amigos que salen al monte a hacer travesías buscando lugares agrestes por los que hacer descensos apoyados en sus palos de apoyo. Deriva de la necesidad de los pastores de trasladarse a través de zonas montañosas, salvando con agilidad obstáculos y desniveles en una orografía abrupta. Los brincos se hacen apoyándose en una herramienta que – según en cada isla – se denomina “lanza”, “garrote”, “asta” o “lata”, consistente en un palo largo de gran solidez, con una longitud de unos 3 metros, que tiene en el extremo que se apoya en el suelo un aditamento metálico en forma de punta denominado “regatón”. Los saltadores se organizan en “jurrias”, colectivos o clubes para salir al campo juntos; no se olvide que es un deporte de riesgo en el que son frecuentes las lesiones y accidentes. Aunque existe una federación, no se trata de un deporte de competición, sino de un deporte de entretenimiento, ejercicio físico, contacto con la naturaleza y mantenimiento de una tradición.