En el Camino de Santiago, el proceso de peregrinación es tan significativo como el destino en sí mismo. Como decía Machado, «se hace camino al andar», por lo que cada paso contribuye a construir la experiencia jacobea. Para disfrutar al máximo del viaje hacia Santiago, es esencial cuidar de nuestro cuerpo y evitar así incomodidades y disgustos que puedan eclipsar esta aventura de exploración y descubrimiento. Es por eso que hoy partiremos en busca del mejor calzado para hacer el Camino de Santiago, un elemento fundamental en la mochila del caminante.
Vivir el Camino de Santiago paso a paso
El Camino de Santiago rebosa historia. Sus orígenes se remontan a la década de 820-830, cuando un eremita encontró la tumba de Santiago el Mayor en los bosques gallegos. Más tarde, este enclave vería el nacimiento de la catedral y la ciudad de Santiago de Compostela.
Este es precisamente el lugar sagrado al que han puesto rumbo los peregrinos a través de los siglos. Independientemente de las creencias y la orientación religiosa de cada persona, este viaje tiene un gran componente espiritual. Al fin y al cabo, el tiempo y los kilómetros a recorrer ofrecen un espacio ideal para la observación y el autodescubrimiento. No importa si buscas disfrutar de la calma que proporciona el entorno natural, dar rienda suelta a los pensamientos y las reflexiones o simplemente conectar con gente que también persigue cruces amarillas por el simple placer de hacerlo. En cualquier caso, el Camino de Santiago te espera en todas sus vertientes para ofrecerte una experiencia única e inolvidable.
Y si el camino se hace al andar, es esencial que nuestros pies se encuentren ligeros y confortables, listos para enfrentarse a las distancias y los suelos que nos esperan. En consecuencia, disponer de un calzado adecuado es sencillamente imprescindible. En las próximas líneas debatimos las características que deberían tener los zapatos de un peregrino y ofrecemos algunas recomendaciones prácticas.
En busca del calzado perfecto para hacer el Camino de Santiago
Es cierto que nuestra anatomía a veces tiene necesidades concretas, pero hay rasgos generales que deberían compartir todos los zapatos que compramos pensando en futuras rutas y recorridos largos. Estas son tres características importantes a tener en cuenta a la hora de elegir calzado para el Camino de Santiago.
Comodidad, la base de todos los caminos
Parece evidente, pero a veces nos perdemos en criterios estéticos o teóricos y olvidamos lo más importante: que nuestros pasos sean agradables y no nos distraigan del viaje. Nadie quiere tener que lidiar con heridas, rozaduras y sensaciones de irritación constante. Es por eso que recomendamos anteponer siempre la comodidad en el calzado. Por otro lado, un error común es hacer el equipaje con zapatos nuevos. Por muy buenos que sean estos, aún no están adaptados a nuestros pies y es muy probable que causen rozaduras y molestias. Por lo tanto, conviene gastarlos un poco y hacerse con ellos antes de iniciar cualquier ruta.
Una amortiguación para saltar de alegría
Si bien no es obligatorio correr en el Camino de Santiago, hay quienes disfrutan de avanzar de esta forma, ya sea por partes o como reto personal. Además, siempre es recomendable contar con una buena amortiguación, ya que nunca se sabe cuándo nos apetecerá descender una cuesta de carrerilla, saltar de roca en roca o divertirnos bailando con otros peregrinos. Incluso las personas que disfrutan de un recorrido más pausado agradecerán este rasgo a la larga.
Si no sabes por dónde empezar la búsqueda de calzado, puedes hacerlo mediante un código promocional Nike que ponemos a tu disposición. Su catálogo incluye excelentes zapatillas de running con buena amortiguación, como Invincible 3 para mujeres y Nike Tempo para hombres.
Un tejido transpirable que nuestra piel agradecerá
Los pies, la parte del cuerpo que sostiene todo nuestro peso, son unos grandes olvidados. Muchas veces pasamos por alto los cuidados que necesitan para estar sanos, y eso termina pasando factura. Cuando nos embarcamos en una aventura de caminantes como es el Camino de Santiago, debemos preocuparnos por su salud y bienestar si no queremos que cada paso se convierta en una tortura. Los pies necesitan descansar, mantenerse limpios e hidratados y, aunque no dispongan de fosas nasales, también necesitan respirar.
Es por eso que apostar por un calzado que no ahogue a nuestros pies es de vital importancia. Además de los calcetines que los protegen, que deberían ser cómodos y ligeros, la tela y los materiales de los zapatos que calcemos son elementos de vital importancia. En ese aspecto, es recomendable escoger zapatillas como las Nike Air Max Plus, que cuentan con un tejido Knit transpirable que cuidará de nuestros pies a lo largo del camino jacobeo. En caso de duda, siempre podemos acudir a una tienda física y consultar a un especialista acerca de la transpirabilidad del calzado.
