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Ibiza, una isla para disfrutar todo el año

Ibiza, Ibiza, una isla para disfrutar todo el año

Si nos paramos a pensar qué nos sugiere Ibiza, enseguida nos vienen a la mente ideas como playa, discotecas o fiesta. Son atractivos que han hecho de la isla un lugar tremendamente popular, pero tienen algo en común: están pensados solo para el verano. Parece como si el resto del año Ibiza quedase en pausa hasta la siguiente temporada de bullicio y hedonismo. Pero no tiene por qué ser así. Siempre hay tiempo para descubrir una Ibiza mucho más tranquila. Lo benigno del clima en este privilegiado rincón del Mediterráneo hace que se pueda disfrutar de una escapada inolvidable en cualquier momento del año.

Descubrir Ibiza en cualquier estación

Casco antiguo de Ibiza
Casco antiguo de Ibiza. | Shutterstock

Visitar Ibiza fuera de los meses estivales permite conocer de manera más calmada todos los encantos de esta isla única. Durante todo el año se pueden encontrar opciones de transporte bastante económicas hasta allí. Además del clásico avión, se puede tomar, por ejemplo, un ferry desde Valencia o desde Barcelona para acceder a la isla con total comodidad.

La capital isleña respira a otro ritmo fuera del ajetreo veraniego, y sus murallas y monumentos nos recuerdan que la ciudad ya estaba ahí mucho antes de convertirse en un epicentro del turismo mundial. Además de recorrer Dalt Vila, la antigua ciudad amurallada declarada Patrimonio de la Humanidad, puedes acercarte a lugares como el barrio de La Marina, donde antiguamente se concentraban pescadores y astilleros, y descubrir la historia de la milenaria Eivissa.

Pueblos blancos que evocan el pasado

Sant Joan de Labritja
Sant Joan de Labritja. | Shutterstock

Para hacerse una idea de la vida tradicional en Ibiza, nada mejor que visitar algunos de sus pueblos. Sean de costa o de interior, muchos conservan el encanto de las casitas blancas y las iglesias sencillas pero bonitasSant Agustí des Vedrà es un magnífico ejemplo de pueblecito encantador, un núcleo de pequeñas casas muy bien conservado que está catalogado como Conjunto Histórico.

El vino, además de la arquitectura tradicional, es el protagonista en el pueblo de Sant Mateu d’Aubarca, que celebra en diciembre una Fiesta del Vino muy destacable. Todo ese carácter popular e histórico está también muy presente en otros pueblos como Sant Joan de Labritja, donde es una delicia pasear por su avenida principal, o Sant Miquel de Balansat, que conserva un patrimonio histórico y artesanal de primer orden. La lista sigue con unos cuantos pueblos más que se cuentan entre los más bonitos de Ibiza, como Sant Vicent de Sa Cala, Es Cubells o Sant Carles de Peralta.

La naturaleza de las Pitiusas

Islote Es Vedrà visto desde Cala d’Hort
Islote Es Vedrà visto desde Cala d’Hort. | Shutterstock

Además de pueblos que enamoran, Ibiza cuenta con espacios naturales que merece la pena visitar en cualquier estación del año. La costa norte de la isla es conocida por albergar calas mágicas como Benirràs, en la que descubrirás el lado más abrupto y frondoso de las Pitiusas. Toda esta franja del norte forma Els Amunts, un reducto de naturaleza y paisaje poco alterado donde encontrarás bosques y montes, además de acantilados con increíbles vistas panorámicas.

Compartido por Ibiza y Formentera, el Parque Natural de Ses Salines es también un espacio donde encontrar un poco de paz envuelto en una atmósfera hechizante. Como indica su nombre, son unas antiguas explotaciones salinas que han dejado un paisaje de lagunas en las que se reúnen muchas especies de aves.

El tercer parque natural que no puede faltar es el que agrupa la Cala d’Hort, Es Vedrà, Es Vedranell y los Illots de Ponent, una amplia zona de tierra y mar con excelentes playas, caracterizada por la singularidad de Es Vedrà y su hermano pequeño Es Vedranell. Los islotes nos muestran el paisaje ancestral de la zona, en los que habitan todavía algunas especies autóctonas únicas de reptiles.

Esta última zona incluye, además, uno de los lugares más especiales de toda Ibiza: Sa Pedrera de Cala d’Hort, también conocida como la ‘Atlantis de Ibiza’. Se trata de una antigua cantera que surtió de material de construcción a la capital. Luego fue enclave destacado para las reuniones hippies y, en la actualidad, permanece como un rincón de ensueño de la isla, en el que la roca ha llegado hasta hoy con las extrañas formas que le dieron los canteros y en el que el mar se une a este espectáculo natural increíble.

Artículo escrito en colaboración con Omio.