Entre las variedades de vid principalmente cultivadas en el área acogida a la Denominación de Origen del vino Tierra de León destaca la Prieto Picudo, cuyo nombre se atribuye a la forma de su racimo, y que se trata de una variedad de uva autóctona que otorga a sus caldos rosados y tintos unas excelentes y muy valoradas cualidades sensoriales.
Los vinos blancos son de color amarillo de tonalidades que varían desde el verde al dorado. Huelen a frutas, flores, hierbas, y madera cuando experimentan paso por esta. Sabor equilibrado, y seco, que aporta frescura. Acompañan perfectamente pescados, mariscos y aperitivos, a 6-8ºC. Las variedades de uva blanca principales de la Denominación de Origen Tierra de León son Verdejo, Albarín Blanco y Godello, pero también se autoriza el empleo de Palomino y Malvasía Castellana.
Aspecto de color variable dentro de la gama del rosa, aromas afrutados, a especias y flores. En boca se muestran secos, equilibrados y frescos. Ideales con entremeses, embutidos, y verduras, a 6-8ºC.
Color rojo con tonos de violeta a teja. Su aroma afrutado, floral, vegetal y madera si corresponde. Secos, equilibrados y con potencia en el paladar. Son variedades de uva tinta principal en esta Denominación de Origen Prieto Picudo y Mencía, estando también autorizadas Tempranillo y Garnacha Tinta. Los jóvenes se sirven a 10-12ºC, con entrantes, embutidos, asados de carne y quesos curados. Se pasan por madera, resultan óptimos con carnes rojas y caza, así como quesos muy curados, a 16-18ºC.
Las primeras referencias históricas sobre la importancia de la viticultura como actividad económica datan del siglo X, impulsada por el clérigo, que cuidaba las vides y elaboraba los caldos para la celebración de la Santa Misa. Desde el final de la Edad Media y hasta el siglo XIX, sus vinos gozaban de gran renombre, y eran comercializados en la zona Norte de la Península Ibérica. Sin embargo, la llegada de la plaga de filoxera afectó enormemente a los viñedos de la región, de manera que la producción experimentó una notable disminución hasta ya entrado el siglo XX.
En la segunda mitad del siglo XX, una serie de Bodegas y Cooperativas comenzaron a forjar la idea de concebir una Denominación de Origen que velara por la promoción y garantía de calidad de su producto, que finalmente fue así reconocida por el gobierno de España en 2007.
El área de producción se sitúa en municipios de León y de Valladolid, de clima mediterráneo con influencia continental. Se dan suelos pardos y pedregosos, así como calizos sobre materia blanda, cuyas peculiaridades facilitan el drenaje, aireación y retención de agua óptimos para el cultivo de la vid.
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