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El pintoresco pueblo de los hórreos surcado por un río

El bello pueblo de los hórreos surcado por un río

La parroquia de Espinaréu, o Espinaredo, situada en el concejo de Piloña, es una auténtica preciosidad. Una aldea de Asturias que, una vez que se visita y se recorre, es fácil que permanezca en el recuerdo. No en vano, es célebre por tener el conjunto de hórreos más completo que existe en toda la región y, posiblemente, en el mundo. Pero más allá de esto, se trata de un pueblo clásico de montaña, inmerso en un valle, con un gran patrimonio etnográfico. Sin duda, uno de los puntos más interesantes de la región. Sus alrededores además dan pie al disfrute de la naturaleza que rodea al pequeño casco urbano.

Más de 20 hórreos en un pueblo de poco más de 100 habitantes

Entre el mar y el monte, entre el puerto y la mariña, Espinaréu comunica dos mundos hermosos. Recibe a los foráneos con hospitalidad y buen trato mientras su río divide en dos a un pueblo famoso por sus hórreos.

Hórreos de Espinaréu
Hórreos de Espinaréu. | Shutterstock

Pero… ¿qué es un hórreo? Es una construcción de origen agrario, una especie de almacén para guardar el grano o la cosecha fabricado con piedra encalada y madera, mucha madera. Está diseñado para proteger lo que hay dentro de la lluvia, el viento y el frío. Hoy día se usa también para guardar troncos en su parte baja. Incluso hay gente que aparca sus automóviles en ese hueco. Así es la evolución. Habitualmente constan de cuatro patas. Las paneras, un derivado del hórreo, en cambio, son más grandes y tienen de seis a ocho apoyos.

Los habitantes de esta aldea vivían antiguamente de la labranza, la agricultura, de los animales y la carpintería. A los hórreos se les sacaba verdadero provecho. Espinaréu era una población próspera y de negocios que fue menguando con el tiempo. Hoy en día tan sólo tiene unos 130 habitantes, más o menos, dependiendo de la temporada.

Puente, iglesia y hórreo
Puente, iglesia y hórreo. | Shutterstock

Pese a lo pequeña que es la aldea, se contabilizan veinte hórreos y seis paneras repartidas por todos los rincones del pueblo. Sorprendentemente se encuentran en gran estado de conservación y algunos siguen usando en la actualidad. Muchos de estos almacenes exhiben una curiosa decoración con sobrepuertas, cruces o liños tallados y/o pintados. Hay mucha simbología y misticismo alrededor de cada construcción: supersticiones, dibujos, etc.

En 1548 se construyó el primer hórreo. Así, existe una edificación en Espinaréu que tiene más de 500 años. Lo visita mucha gente cada año. Pero ojo, para entrar en cualquiera de ellos hay que pedir la llave a sus legítimos propietarios. Normalmente acceden a ello sin problemas, están acostumbrados.

Espinaréu, muchas más cosas por ver

La localidad entre montañas
La localidad entre montañas. | Shutterstock

Lo primero que llama la atención al entrar en la aldea es que sus calles son bonitas, tranquilas y paseables. Hay que tener cierto cuidado y no confiarse al andar, pues cruza el pueblo una carretera por la que pasan coches de vez en cuando. Lo normal es que los visitantes o turistas realicen una ruta que recorre los hórreos de la parroquia de Espinaréu. De paso, pueden fijarse en todo el pueblo y admirar cada detalle, cada matiz de esta singular aldea.

Se puede empezar una ruta, por ejemplo, desde la entrada del pueblo, habiendo recorrido antes las zonas limítrofes a la aldea. Resultan un compendio natural de vegetación, montaña y terreno agreste. Lo aconsejable es ir encaminándose hacia la iglesia y contemplar todas las casas del pueblo. Están llenas de flores y macetas en los balcones, la mayoría están construidas con mucha madera y bonitas tejas. De otra época.

Iglesia de Espinaréu
Iglesia de Espinaréu. | Wikimedia

La Iglesia de Espinaréu está dedicada a Santa María de las Nieves, a la que se le ofrece todos los años una misa especial el día 5 de agosto, congregando muchos fieles. No es especialmente bonita, ya que ha sido reconstruida varias veces, incluso contrasta con la gran belleza del pueblo. Sin embargo, es es pura esencia del mismo. Hay que conocerla.

Paseando por el pueblo es posible consultar una señalización con una ruta por el Camino Natural de la Cordillera Cantábrica. Es un itinerario perfecto para excursionistas y amantes del senderismo. Plan ideal si se quiere caminar después de una buena comilona en el pueblo.

Disfrutar de Espinaréu y sus alrededores

Espinaréu
Espinaréu. | Shutterstock

Y hablando de comilonas, Espinaréu también tiene un gran atractivo en materia gastronómica. En sus mesones ofrecen platos norteños de gran calidad con los que salir rodando del pueblo. Son albóndigas, cachopos, fabada, migas, tortos de maíz, etc. La cocina asturiana no sólo es una delicia para el paladar, sino que la costumbre es servir, sobre todo a los nuevos comensales, platos con grandes cantidades. Conviene reservar de antemano porque las mesas están muy solicitadas.

El Arboreto de Miera, obligada visita para respirar aire puro

Montañas en los alrededores
Montañas en los alrededores. | Shutterstock

Por último, y no por ello menos importante, cabe detenerse en el gran Arboreto de Miera, a las afueras de la aldea. Este pequeño jardín botánico está ubicado en el punto donde confluye el arroyo Espinaréu y el río Infierno. Pasear por allí es una delicia para amantes de la naturaleza, estudiosos de lo ambiental y lo botánico. En sus parajes se pueden divisar y tocar pinos, robles, abetos, nogales, hayas, acebos, avellanos, abedules…

En el Arboreto hay, colindante, una zona recreativa provista de mesas, parking, bancos y zonas para hacer parrillas. Un sitio ideal para pasar un día soleado en familia. Otra alternativa se centra en la pesca de trucha, tan famosa en toda la serranía norteña. Una zona verde que ha sido objeto de innumerables leyendas y que incluso ha tenido su espacio en la televisión y el cine. Perfecto punto y final a una jornada en Espinaréu.

También puedes leer este artículo en inglés y francés.

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