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Se podría decir que el fin de las sociedades de cazadores y recolectores se inició cuando el ser humano comenzó a cultivar. Esto dio lugar a comunidades más asentadas. El fruto de la cosecha había que colocarlo en un lugar seguro. No solo fuera del alcance de los amigos de lo ajeno, sino también de las inclemencias del tiempo y de los animales. Por lo tanto, a la vez que se empezó a cultivar, también se empezó a almacenar el grano para las épocas en las que no había cosecha.
En ese sentido, estos depósitos fueron unos de los grandes inventos de la humanidad, asegurando el alimento en épocas de escasez. Hay muchos tipos de almacenes: de grano, bajo tierra, cuevas, silos… pero hay uno especialmente singular: el granero aéreo.
Existe en muy pocas zonas del mundo. Su función es almacenar el grano en alto, o lo que es lo mismo, separado del suelo por pilares de piedra o madera. Esto se hace para evitar el contacto con la humedad de la tierra e impedir que los roedores e insectos se lo coman. Este tipo de almacén, en España, se llama hórreo y se encuentra en el norte del país. Sobre todo se les puede ver en las comunidades autónomas de Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria. Asimismo, debido a su estructura simple, algunos han sido cambiados de lugar. Actualmente, funcionan más como símbolo cultural que como almacén de grano. En España el primero de estos hórreos, el más antiguo, es el hórreo de Las Bodas.
El hórreo de Las Bodas, un emblema de la región
No hay que dejarse llevar por el nombre, pues su única función conocida ha sido la de almacenar grano. El hórreo de Las Bodas se ha convertido en los últimos años en un icono de la cultura y arquitectura leonesa. Según los expertos, se trata del hórreo más antiguo de todo el país, ya que su origen data del siglo XVII. Aunque es difícil de concretar la fecha exacta de su construcción, se sabe, por el estado de las maderas utilizadas en su elaboración, que tiene entre 300 y 400 años de antigüedad. Es probable que se construyera para dar servicio a un antiguo monasterio actualmente desaparecido.
Posteriormente tuvo un uso comunal y privado, siendo actualmente de titularidad pública, en concreto, de la Diputación de León, procedente de una donación privada. Después de una exhaustiva restauración, que costó unos 25000 euros, se consiguió que se declarara Bien de Interés Cultura por parte de la Junta de Castilla y León.
Una construcción peculiar y única
En su construcción no se utilizó ni un solo clavo para fijar los tablones de sus paredes, los cuales, a diferencia de la mayoría de los otros hórreos de madera, están colocados de forma horizontal. Además, se trata de un almacén de planta cuadrada, algo también poco común. Se levanta sobre nueve pilares de piedra, tiene cerramientos en todas sus caras y una escalera de piedra que da acceso al interior. Dicho interior está sellado con lascas de pizarra y una mezcla de arena y cal para impedir la pérdida del grano entre las rendijas de los tablones. Con un pasillo central y un tejado a dos aguas sobre vigas de madera y cubierto de tejas.
Actualmente pertenece a la colección del Museo Etnográfico de Castilla y León, pero cuenta con la singularidad de ser una pieza externa. Para visitarlo hay que ir a la pequeña localidad de Las Bodas, que solo cuenta con 29 habitantes, situada en el municipio de Boñar, provincia de León.
Descubrir los alrededores del hórreo más antiguo de España
Sin salir del municipio de Boñar, a pocos kilómetros del mismo hórreo de Las Bodas, se pueden realizar diferentes actividades culturales, deportivas, gastronómicas y lúdicas. Por ejemplo, no se pueden dejar de probar los nicanores de Boñar. Se trata de un dulce típico de la localidad, hecho con una base fina de hojaldre, inventado por Nicanor Rodríguez González a finales del siglo XIX en un pequeño obrador.
Después de cargarse de energía con los nicanores, el visitante puede acercarse a dar una vuelta por el bosque de Pardomino. Es un lugar que rebosa naturaleza en sus más de 2000 hectáreas. Situado en el Parque Regional de Picos de Europa, está considerado como Zona de Especial Protección para Aves y como Lugar de Interés Comunitario.
La zona también cuenta con planes de recuperación del oso pardo y del urogallo cantábrico. Es uno de los bosques mejor conservados de Castilla y León, con un alto valor ecológico, tanto por su fauna como por su riqueza botánica. En este paraíso natural se puede practicar el senderismo por una ruta circular de más de 11 kilómetros.
Sin salir del municipio de Boñar y junto al embalse del Porma, se puede visitar el Museo de la Fauna Salvaje. En este singular museo es posible observar cerca de 3000 animales de todo el mundo. Tiene más de veinte salas dedicadas a distintas partes del planeta, cuenta con una sala de insectos y otra exclusivamente sobre anatomía animal. Además, tiene un zoológico de más de 30 hectáreas con animales autóctonos en semi-libertad y un programa de recuperación del bisonte europeo. Los principales objetivos de este museo son la educación medioambiental y la protección de la naturaleza.
Junto al museo se encuentra, como antes se ha mencionado, el embalse de Juan Bernet o embalse del Porma, como es conocido popularmente. Es un lugar idóneo para realizar actividades acuáticas. Hay distintas empresas que ofrecen alquiler de kayak, esquí acuático, canoas, senderismo, etc. También se puede disfrutar de zona de baño y zona para la pesca. La ubicación abierta del pantano hace que sea un lugar donde conviven vientos de distintas direcciones, haciendo de ello el sitio indicado para los deportes de vela. Se puede visitar durante todo el año, aunque el verano es la fecha idónea, cuando cuenta con mayor actividad.
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