Los nombres de las calles son un producto de la historia de nuestros pueblos y ciudades, más cercana o más lejana, y ya sabemos que la historia está llena de episodios rocambolescos. El nomenclátor español, como vamos a ver, está bien surtido de nombres sorprendentes y llenos de humor.
9 calles de España con nombres de chiste
Calle Salsipuedes
La pequeña Salsipuedes es casi un clásico en cuanto a nombres de calles cargados de ironía. Situada en pleno casco antiguo de Pamplona, muy cerca de la catedral, el nombre de esta calleja apacible tiene guasa porque no tiene salida: la corta el convento de las Carmelitas Descalzas que, eso sí, aporta una elegante vista con su fachada clasicista.
Esta especie de broma del callejero está también presente, sin embargo, en otros municipios que tienen calles del mismo nombre, como Yecla, Oviedo, Jaén o incluso Madrid. Parece que este tipo de humoradas han estado siempre bien repartidas por todo el territorio.
Calle Catahuevos
Calle Catahuevos. Donde los recoveros cataban los huevos para ver si estaban frescos. En Urueña. #TurValladolid pic.twitter.com/rYuLT4Nght
— 3viajes (@3viajes) March 27, 2015
Urueña es un maravilloso pueblo de sabor totalmente medieval en la provincia de Valladolid, con una calle que también se ha hecho célebre por su curioso nombre. La Calle Catahuevos luce, igual que otras de la localidad, una explicación muy didáctica en su propia placa, que nos aclara lo siguiente: «Lugar donde los recoveros solían catar los huevos que estaban frescos poniéndoselos en el hueco del ojo y mirando a la luz del sol».
Lo cierto es que Urueña es uno de los municipios más culturales de toda España, no solo por su magnífica conservación, sino por ser Villa del Libro y albergar varios museos bien interesantes. Uno de ellos, el de la música, en la propia Calle Catahuevos.
Avenida Super Mario Bros
Zaragoza es una de las ciudades más extravagantes a la hora de bautizar calles, y tiene, por ejemplo, todo un barrio cuyas vías llevan nombres de películas clásicas. En el reciente barrio de Arcosur, sin embargo, lo que llama la atención son sus calles con nombres de videojuegos. Y entre ellas, la estrafalaria Avenida Super Mario Bros.
El origen de esas calles llenas de nostalgia digital se encuentra en una propuesta vecinal, que el ayuntamiento dio por buena en 2010. Desde entonces, es posible pasearse por calles dedicadas a Sonic, Zelda o los Invasores del Espacio.
Calle del Hombre de Palo
Este rincón en el corazón de Toledo, donde en tiempos estuvo la judería menor, sigue sorprendiendo por lo extraño de su nombre. Sin embargo, se refiere a una de las muchas historias extraordinarias que alberga la ciudad. En concreto, tiene que ver con un extraño autómata de madera que, según se cuenta, se paseaba en tiempos de Carlos V.
Un prodigio como aquel, a decir de las gentes, solo podía ser obra del gran Juanelo Turriano, relojero del emperador y creador del “artificio” que subía agua al alcázar desde el Tajo. Sin embargo, la Inquisición lo atribuyó más bien al Maligno, por lo que mandó quemar aquel muñeco tan especial.
Calle de las Impertinencias
Pocos nombres tan sugerentes como este. ¿Qué tipo de impertinencias tendrían lugar en este callejón de la Ciutat Vella de Valencia? La información histórica es escasa, pero el Carrer de les Impertinències lleva ahí por lo menos desde el siglo XVIII.
El nombre se ve algo más claro, eso sí, si entendemos que una calle impertinente es aquella que no conduce a ningún sitio. Efectivamente, la Calle de las Impertinencias es una entrada a la Plaza de Sant Bult de Valencia, pero está cortada por un edificio.
Calle de Abrazamozas
Zamora es otra ciudad llena de calles con nombres chocantes, como Buscarruidos, Cortarrabos o Escuernavacas. Parece que la de Abrazamozas, por sus características recogidas, algo solitarias, era un lugar idóneo para achuchones y otras muestras de amor, por lo que al final se le quedó ese nombre tan sonoro.
Como curiosidad, hay que mencionar que hay otras “Calles Abrazamozas” en otras localidades, como Toro o Fuentesaúco en la misma provincia, pero hasta la vieja Córdoba tuvo una vía con ese nombre, hoy Calle de Valdés Leal.
Carrer de les Mosques
La que pasa por ser la calle más estrecha de la Ciudad Condal tiene el singular nombre de «calle de las moscas», que no hace presagiar nada bueno.
En efecto, las moscas que dieron nombre a este coqueto callejón fueron reales, y es que en tiempos ya lejanos había en los aledaños varios almacenes que nutrían a los mercados de los alrededores. El intenso olor del género, propiciado por lo angosto de la calle, atraía a una multitud de estos simpáticos insectos.
Calle de Válgame Dios
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Madrid tiene un buen número de calles con nombres sonoros y castizos, como todos los que muestran títulos de zarzuelas. Pero pocos como este del barrio de Chueca pueden presumir de una historia con frailes, espadachines y mujeres desesperadas. Precisamente ese «¡válgame Dios!» es lo que se cuenta que exclamó la mujer del relato, al presenciar un horrible crimen por parte de unos embozados.
Calle Niños Luchando
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Otro nombre insólito con siglos de historia lo encontramos en pleno centro histórico de Granada, cerca de la Plaza de la Universidad. El origen se remonta nada menos que al siglo XVI, cuando, según se dice, dos hermanos de corta edad que se dedicaban a mendigar encontraron un tesoro que había dejado un morisco, y tuvieron que pelear con uñas y dientes para defenderlo, incluso contra las intenciones del mismísimo corregidor.
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