Hay mas cosas que ver en Malasaña. Desde este templo podemos dirigirnos hacia la calle San Bernardo, una de las arterias más importantes de la ciudad hasta mediados del XIX. En ella se encuentran el Antiguo Edificio de la Universidad Central (actual Universidad Complutense de Madrid) y su Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla.
Más arriba se sitúa el Monasterio de Benedictinos de Nuestra Señora de Montserrat. Fue fundado por Felipe IV en 1642 para acoger a los monjes castellanos que vinieron de Montserrat durante la sublevación de Cataluña. Destaca especialmente su iglesia, obra barroca de Sebastián Herrera Barnuevo y Gaspar de la Peña, reformada por Pedro de Ribera en el siglo XVIII. Enfrente se encuentra el neoclásico Monasterio de las Salesas Nuevas (acabado en 1801).
Muy próximo a San Bernardo se halla el Convento de las Comendadoras de Santiago, otro elemento que ver en Malasaña. También fue fundado por Felipe IV, en 1650, y reorganizado por Francisco Sabatini, en 1773. El convento cuenta con una iglesia de planta de cruz griega, coronada por una hermosa cúpula sobre pechinas. La plaza del mismo nombre es un lugar idóneo para tomar una copa o un café en alguna de sus terrazas.
Cerca del convento encontramos el Cuartel del Conde-Duque, mandado construir por Felipe V, en 1717, para albergar las Compañías de Reales Guardias de Corps. Se trata de un gran edificio rectangular, estructurado en torno a tres patios.
En su prolongada fachada llama particularmente la atención la portada churrigueresca del siglo XVIII. En la actualidad es un gran Centro Cultural que acoge el Archivo de la Villa, tres bibliotecas, la Hemeroteca Municipal, el Centro Madrileño de Imágenes, la Imprenta Artesanal y el Museo Municipal de Arte Contemporáneo (con su colección de arte moderno español, especialmente de pintura y obra gráfica). Durante el verano, el centro se convierte en uno de los principales escenarios de la atractiva oferta de los Veranos de la Villa.
Cerca de aquí encontraremos otro edificio más moderno, el Museo ABC (2010), levantado sobre el esqueleto de la antigua fábrica de cervezas Mahou para albergar exposiciones de ilustración y diseño. Su colección está integrada por más de 200.000 dibujos e ilustraciones publicadas por el diario ABC y la revista ilustrada Blanco y Negro.
En el límite con la calle Princesa se esconde el Palacio de Liria, otro monumento que ver en Malasaña. Este palacio está rodeado de un magnífico jardín inglés. Es un edificio de estilo neoclásico que en 1773 levantaron Sabatini y Ventura Rodríguez por encargo de los duques de Alba.
Parte de sus dependencias están abiertas al público, previa solicitud. Entre ellas podemos apreciar el gran salón de baile, la sala de Goya, la escalera principal y los vestíbulos, la suntuosidad decorativa del edificio así como la impresionante colección de la familia, que incluye obras de Rubens, El Greco, Zuloaga y Goya.
Si lo que el viajero prefiere es la noche, resulta imprescindible tomarse una copa en La Vía Láctea y en El Penta, dos de los locales clave de la Movida madrileña que han resistido al paso de los años. También puede ser curioso ir al Madrid me mata, un bar-museo sobre la Movida que ha abierto sus puertas frente a El Penta.
Si, por el contrario, sólo queremos descansar y disfrutar de un café o té en tranquilidad, podemos optar por El Jardín Secreto, un romántico rincón a la luz de las velas. Otra opción es el Café Comercial funcionaba ya en 1887 para una clientela constituida por intelectuales, políticos, cómicos y funcionarios y que curiosamente fue uno de los primeros cafés de Madrid en emplear camareras.
Esto es lo principal que ver en Malasaña.