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El monasterio rodeado de cascadas donde se inventó el chocolate a la taza

El monasterio rodeado de cascadas donde se inventó el chocolate a la taza

En un increíble monasterio rodeado de cascadas y grutas donde se preparó y degustó por primera vez en Europa lo más parecido a lo que hoy conocemos como chocolate a la taza. Concretamente, en el Monasterio de Piedra, uno de los conjuntos patrimoniales más importantes de Aragón.

El Monasterio de Piedra y su encanto

Monasterio de Piedra.
Monasterio de Piedra. | Shutterstock

Ponemos dirección a Nuévalos, un municipio de la comarca de Calatayud donde se sitúa el Parque Natural del Monasterio de Piedra en Zaragoza. Un lugar impresionante, especialmente para los amantes de la naturaleza, que se encuentra a unas dos horas y media en coche desde la capital.

Si bien todo el paraje es increíble, lo que más llama la atención de la zona es el monasterio. Se trata de una construcción que se fundó a finales del siglo XII por unos monjes de la Orden del Císter y que, año tras año, recibe a miles de visitantes. En 1835 fue abandonado, pero cinco años después fue comprado por un particular que lo convirtió en un emplazamiento turístico. En él se guardan ocho siglos de historia desde su consagración en 1218.

Naturaleza, espiritualidad y turismo enológico

Cola de Caballo.
Cola de Caballo. | Shutterstock

El conjunto cuenta con multitud de atractivos y ofrece un exuberante recorrido a través de caminos y senderos con una excepcional vegetación. Por eso, visitar este bello rincón es encontrar un remanso de paz en el que dejarse llevar por el apreciable sonido de las diferentes cascadas que se aúnan en el jardín del monasterio.

Cola de Caballo desde su interior.
Cola de Caballo desde su interior. | Shutterstock

La Cola de Caballo es el salto de agua más famoso de este enclave y cuenta con más de 50 metros de altura. Algo sorprendente es que puedes verlo desde dentro, ya que existe una cueva natural con estalactitas que no dejan indiferente a nadie. También es muy conocida la cascada de La Caprichosa. En contraste con estos saltos, puedes contemplar las aguas calmadas del Lago del Espejo, un espectáculo de serenidad.

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Lago del Espejo.
Lago del Espejo. | Shutterstock

No es de extrañar que los monjes cistercienses encontraran aquí el sitio ideal para levantar el Monasterio Cisterciense Santa María de Piedra, su nombre completo. Hoy en día todavía es posible visitar sus principales estancias.

Entre ellas, destacan las que rodean al antiguo claustro, como la sala capitular, la iglesia abacial, la bodega, el calefactorio, la antigua cocina donde se elaboró el primer chocolate del continente y la cillería, transformada hoy en nada menos que en el Museo del Vino de la D.O. Calatayud. Este último es un claro ejemplo de cómo la comunidad religiosa ya promovió desde finales del siglo XIII la plantación de la vid en esta zona.

El origen del chocolate a la taza en Europa

Semillas de cacao.
Semillas de cacao. | Shutterstock

Esta curiosa historia cuenta que uno de los monjes del monasterio, fray Jerónimo Aguilar, acompañó a Hernán Cortés en su viaje a tierras de México, en su momento llamado Nueva España. De allí trajo un alimento desconocido para los europeos: las semillas de cacao. También trasladó la receta para convertirlo en cacao líquido, que el abad don Antonio de Álvaro, perteneciente a la misma orden, preparó por primera vez.

Fue así como en 1534, en los fogones de la cocina de este emblemático monasterio, se preparó el primer chocolate a la taza, al que le incorporaron azúcar, canela y vainilla para endulzar su sabor. Y no solo fue el primero de España, sino también del continente europeo.

Poco a poco comenzaron a introducir el cacao en su dieta, ya que, según se dice, al no aparecer en el Antiguo Testamento no era considerado alimento y, por lo tanto, su consumo no interrumpía el ayuno de los monjes. Así, encontraron en esta bebida de cacao la energía suficiente con la que soportar los momentos de privación de alimento.

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Eso sí, lo que era totalmente novedoso para este lado del planeta, era mucho más habitual para los que vivían al otro extremo del charco. Se conserva una carta del mismo Hernán Cortés en la que se hace referencia a la mitología azteca y se refiere al chocolate como «alimento de los dioses». Este manjar culinario también se usaba en aquellas tierras como moneda de cambio, lo que demuestra la importancia que daban a estas semillas.

Hoy en día, en el propio monasterio puedes visitar una exposición llamada Historia del chocolate en piedra para conocer más ampliamente el curioso origen del chocolate en Europa. En ella descubrirás información muy interesante, como el nombre que los aztecas daban a este alimento: xocolatl.

También puedes leer este artículo en inglés y francés.

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