Todo lo que ver en Caldas de Reis merece una visita relajada. Caldas de Reis se caracteriza desde la época romana por sus aguas termales. La fuente de las Burgas es una construcción perteneciente a la tipología de “fuentes de cano”. Está constituida por dos caños con forma de cabeza de león de los que sale un agua deliciosa. Se localiza en un recinto cuyos elementos ornamentales le dan un aspecto neoclásico.
Muy cerca de ella, está el lavadero de ropa, que se abastece del mismo manantial de agua caliente. Desde el siglo I, en el centro de Caldas de Reis está el Puente Bermaña que atraviesa el río del mismo nombre. Por él pasa el camino portugués de la ruta jacobea.
En cuanto al patrimonio natural que ver en Caldas de Reis destacamos algunos lugares. En el centro urbano y en la ribera del Umia está el Jardín botánico y “carballeira”. Ambos están declarados Bienes de Interés Cultural (BIC).
Aparte de su contenido natural, tienen el valor de servir de espacio de encuentro de diversos actos a lo largo del año. Por ejemplo, las fiestas patronales y sobre todo el festival de música Cultura Quente y Kaldarte.
Son cuatro iglesias de origen románico las que ver en Caldas de Reis. Todas ellas son dignas de visitar. De la Iglesia de Santa María de Bemil se conserva el rosetón de la fachada occidental, un tramo del muro sur y el ábside semicircular de gran pureza. La torre-campanario es barroca.
Por otro lado, la Iglesia de Santa María sufrió importantes reformas. Es muy interesante la puerta occidental, alojada bajo un pórtico moderno, que soporta un campanario barroco. A destacar el “Agnus dei” del tímpano.
La Iglesia de Santo André de Cesar fue construida en el siglo XII y reformada en el siglo XVIII en estilo barroco. De la antigua iglesia románica queda el ábside (uno de los mejores de toda la comarca). Se trata de un templo imprescindible que ver en Caldas de Reis.
Y por último, la Iglesia de San Estevo de Saiar también de origen románica y muy transformada. Sobre todo en la cabecera, que fue sustituida completamente. Se conserva el cuerpo de la nave y las dos portadas.
En conclusión, esto es lo más importante que ver en Caldas de Reis.