Pero lo más sobresaliente de Dalt Vila, y de lo mejor que ver en Ibiza, es la parte alta de la ciudadela. Allí se halla la Catedral de Santa María y el Castell o Almudaina. El espacio es el núcleo fundacional de la ciudad. El conjunto ocupa el punto más elevado, elegido como lugar de culto por distintas civilizaciones a lo largo de los siglos.
La catedral se sitúa en el lugar de la antigua Iglesia de Santa María, del siglo XIII,. A su vez, esta se edificó sobre una antigua mezquita y fue sucesivamente ampliada del siglo XIV al XVIII. En todo caso, siempre mantuvo un aspecto general gótico. El exterior del templo que ver en Ibiza destaca por su sobriedad y la robustez de sus contrafuertes.
En cambio, el interior es más barroco y cuenta con importantes obras de arte. Muchas de ellas se exponen en el Museo Diocesano, con acceso desde el mismo templo. También en la plaza de la Catedral se encuentra el Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera. Tal espacio acoge exposiciones de la historia y arqueología de las Islas Pitiusas en diferentes épocas. Se recorren eras como la prehistoria, fenicia, púnica, romana y medieval islámica.
En cuanto al castillo, es de planta cuadrangular con torres en las esquinas. Recuerda la estructura de los qars, estructuras fortificadas, islámicos. En su parte sur se halla la Casa del Gobernador, un conjunto de edificaciones residencias de los representantes del gobierno. Según el cronista Ramón Muntaner, en ella se debió alojar el rey Alfonso III de Aragón en 1286.
El resto de los barrios que ver en Ibiza, extramuros, quedan bastantes enclaves que ver en Ibiza. Sa Penya es el antiguo arrabal de pescadores, situado entre el puerto y las murallas de Dalt Vila. Está formado por estrechas calles laberínticas y casas de color blanco. Tiene un cierto grado de degradación, lo que es una lástima. De estar verdaderamente cuidado y dinamizado, podría ser un gran símbolo de la ciudad, al ser un barrio distinto, cuyas casas ya no se construyen y rincones llamativos que lo hacen singular.
Sa Marina, al norte del Baluarte de San Juan, es el que acoge los comercios más de moda y el Teatre Pereyra, un conocido bar-restaurante con música en directo. El Puerto es otro lugar frecuentado, la verdadera cara marinera del barrio. No faltan yates de lujo amarrados.
En esta zona de Sa Marina también se alza el sorprendente Monumento a los Corsarios. Cabe recalcar que homenajea no a los que asolaron la isla, sino a uno local. Existen multitud de bares, restaurantes y tiendas de souvenirs para adquirir recuerdos de la visita.
El Ensanche tiene como punto neurálgico el Passeig de Vara del Rey, zona vital con cafeterías y restaurantes. Asimismo, destaca el Mercat des Peix (Mercado del Pescado) y el Mercat de ses Verdures (Mercado de Verduras). Desde él se comienza la subida al Portal de ses Taules, que da entrada a Dalt Vila.
Cerrando lo que ver en Ibiza extramuros se encuentra el Yacimiento de Puig des Molins. Se llama de esta manera por los olivos y molinos que allí existían en el siglo XIX. Después de diversas excavaciones en la colina, se descubrieron más de 4000 sepulturas, lo que demostró que mucho antes de ser olivar era una necrópolis de la época púnica y romana. Tras estos hallazgos se acondicionó el Museu del Puig des Molins, donde se pueden contemplar muchas de las piezas extraídas de las excavaciones: collares, armas, monedas, joyas e incluso sarcófagos.
Por todo ello, el viajero debe pensar que la visita a Ibiza es algo más que sol, playa y fiestas desenfrenadas, elementos de los que siempre se habla en los medios de comunicación. Hay mucho que ver en Ibiza a nivel cultural e histórico.
En conclusión, esto es lo más importante que ver en Ibiza.