Los vinos de Gran Canaria proceden en gran medida de variedades de viñedos ya extinguidas en la península, que no se vieron afectados por la filoxera que provocó su desaparición en el resto del país. Entre sus caldos, son destacables los tintos jóvenes, elaborados a base de uvas listán negro, la más cultivada en la región, y siendo unos vinos de gran calidad.

Los vinos blancos son límpidos, brillantes, de color amarillo paja. Aromas a frutas con notas florales. Sabor intenso, con acidez equilibrada y fresca. Recomendables a 8ºC, junto con pescados y mariscos. Las variedades de uvas blancas preferentes son Albillo, Bermejuela o Marmajuelo, Forastera Blanca, Doradilla, Güal, Malvasía aromática, Malvasía volcánica, Moscatel de Alejandría, Sabro, Verdello, y Vijariego blanco o Diego, aunque también se autorizan Bastardo Blanco o Baboso Blanco, Breval, Burrablanca, Listán blanco de Canarias, Pedro Ximénez y Torrontés.
Color de rosa de distinta intensidad, aspecto límpido y brillante. Olor y sabor a frutas rojas. Servir a 10ºC, acompañando aperitivos, carnes y arroces.
Aspecto visual límpido y brillante de color granate, rubí, cereza. Aroma a frutas rojas que también se detectan en boca. Si se someten a crianza, los tintos de crianza, reserva y gran reserva presentan notas a especias y regaliz. Servir a una temperatura en torno a los 12ºC, acompañando legumbres, verduras, carne, y quesos. Las variedades tintas preferentes son Castellana Negra, Listán Negro o Almuñeco, Malvasía Rosada, Negramoll y Tintilla, pero también se autorizan Bastardo negro o Baboso negro, Listán Prieto, Vijariego negro, y Moscatel negro.
Los vinos de licor son límpidos, brillantes, de color amarillo ámbar. Aromas a frutas pasas y tropicales. Presentan dulzor persistente en boca, con acidez fresca.
Límpidos y brillantes, de color amarillo pálido a dorado. Aromas afrutados, que también se muestra al gusto. Los vinos de licor y dulces clásicos maridan con quesos y patés, a 12ºC.
A partir de la conquista de Canarias en el siglo XV, los colonos españoles llevaron a las tierras conquistadas primero el vino y luego los viñedos. A comienzos del siglo XVI, se exportan vinos de las islas hacia Inglaterra, Flandes, Hamburgo, a las colonias españolas y portuguesas de África y el nuevo mundo.
En el siglo XIX, al contrario que la mayor parte de los viñedos de la península, las vides no se vieron afectados por la plaga de la filoxera, lo que permitió conservar las variedades autóctonas. La Denominación Gran Canaria surgió en 2006, por la unificación de las Denominaciones de Origen “Gran Canaria” y “Monte Lentiscal” y sus reglamentos, preservando como nombre común el de “Gran Canaria“ y reconociendo “Monte Lentiscal“ como una Comarca específica enmarcada dentro de ella. La zona engloba la totalidad de la isla de Gran Canaria, donde los viñedos se sitúan sobre suelos volcánicos muy fértiles. El clima de la región es oceánico tropical, influenciado por los vientos alisios, con precipitaciones escasas e irregulares.
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Ruta del vino de Gran Canaria