La primera de las 10 zonas que proponemos para nuestra visita a Madrid es la que comprende Sol y Gran Vía, en pleno centro neurálgico de la ciudad.
Sus calles, las más visitadas de la capital, son un constante bullicio de gente, local y foránea, que confluyen hacia la Puerta del Sol o hacia el eje comercial de la Gran Vía y Preciados.
El edificio más relevante y antiguo de la Puerta del Sol es la Casa de Correos, actualmente sede de la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Construido en 1768 como oficina central de Correos y Postas, es el escenario elegido por muchos madrileños y turistas para recibir el Año Nuevo y tomar las doce uvas al ritmo de las campanadas de su famoso reloj, incorporado al edificio en 1856.
Frente a Correos, una placa en el suelo señala el kilómetro cero, origen de las carreteras radiales españolas.
Preside la plaza una copia de la escultura ecuestre de Carlos III, “El Rey Arquitecto” de Madrid, responsable en parte de la construcción de la misma. La escultura original, obra de Juan Pascual de Mena, se expone ahora en la cercana Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
En el extremo oriental encontramos al Oso y el Madroño (grupo escultórico de un oso olfateando los frutos de un madroño), motivo que aparece en el escudo de la villa de Madrid.
En el otro extremo, junto a la calle Arenal, se encuentra una réplica de La Mariblanca (la escultura de una Venus sobre una columna) que originariamente estaba en una fuente de la propia plaza.
Otro icono indispensable en la Puerta del Sol es el cartel de neón de los vinos Tío Pepe, obra del burgalés Luis Pérez Solero que luce en lo alto de uno de los inmuebles.
A continuación nos dirigiremos hacia la calle de Alcalá, centro de la actividad social y mercantil de la ciudad en el XIX. En ella se localiza la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, un palacio construido por el arquitecto barroco José de Churriguera para el político y empresario navarro Juan de Goyeneche.
Sería reformado por Diego de Villanueva, por orden del rey Fernando VI, como sede de la Academia. La colección de pintura del museo cuenta con grandes maestros del arte español, italiano y flamenco -entre ellos, Zurbarán, Ribera, José y Federico de Madrazo- y el único Arcimboldo conservado en España. También está representado el siglo XX con obras de Picasso, Juan Gris, Joaquín Sorolla o Ignacio Zuloaga, entre otros.
El museo ofrece también una colección de escultura desde el siglo XVII hasta la actualidad, con piezas de Pedro de Mena, retratos en relieve de Gian Domenico Olivieri, obras de Mariano Benlliure y Miguel Blay etc. El edificio también alberga la Calcografía Nacional, que guarda las planchas de cobre grabadas al aguafuerte por Francisco de Goya, auténtica joya del arte español.
En el número 15 encontramos el Casino de Madrid, declarado Bien de Interés Cultural en 1993. El Casino fue creado en 1836 por un grupo de jóvenes románticos y progresistas como lugar de reunión, y cuenta con una interesantísima colección artística.
Al caminar por la calle de Alcalá (con “la falda almidoná” o con cualquier otra vestimenta) hacia Cibeles, no nos debemos olvidar de alzar la vista hacia el cielo, dejándonos sorprender por la impresionante perspectiva de Las Cuádrigas que coronan el edificio del Banco de Bilbao (actual BBVA), imagen de fuerza y poder surgida de la mano de Higinio Basterra, o el maravilloso templete que remata el Edificio de La Equitativa, actual sede del Banco Español de Crédito.
Un poco más adelante se halla la Iglesia de las Calatravas (s. XVII), en el número 25. Es el templo del antiguo Monasterio Real de la Concepción, más conocido como de las Comendadoras de Calatrava. El convento fue derribado durante la Revolución de 1868, quedando en pie únicamente la iglesia.
En el número 42 de esta misma calle se encuentra el Círculo de Bellas Artes, una institución artística fundada en abril de 1880 gracias a los esfuerzos de un reducido grupo de artistas. El Círculo pasó por diversas sedes previas a la actual, que es obra de Antonio Palacios y fue inaugurada en 1926 con una exposición de pinturas de Ignacio Zuloaga.
Entre su directiva figuraron algunas personalidades clave de la España de principios del siglo XX, como Jacinto Benavente. Por sus aulas de pintura pasaron artistas como el propio Pablo Picasso y Ramón Mª del Valle-Inclán frecuentó durante años sus salones, instaurando allí una tertulia modernista.
En la actualidad, el Círculo es un dinámico centro de exposiciones y actividades culturales, que incluyen conferencias, cursos, presentaciones, proyecciones de cine y espectáculos.
Desde aquí nos podemos acercar a la calle Zorrilla, donde se ubica el Museo de la Fundación ICO, con una interesante colección de arte contemporáneo, fundamentalmente español, y una variada oferta expositiva.
En la paralela Carrera de San Jerónimo se encuentra el Palacio de las Cortes, más conocido como el Congreso de los Diputados (1843-1850). De estilo neoclásico, el proyecto fue diseñado por el arquitecto Narciso Pascual Colomer. En su fachada principal sobresale el pórtico hexástilo rematado en un frontón triangular con relieves de Ponciano Ponzano, autor también de los dos leones que presiden la escalinata.
El escultor utilizó el bronce fundido procedente de unos cañones de una de las batallas de la Guerra de África. La entrada principal sólo se utiliza cuando el Rey realiza la solemne apertura de sesiones en el Congreso. Es posible realizar una visita guiada al interior, ofertada desde la propia página web del Congreso.
En la cercana calle de Jovellanos se encuentra el Teatro de la Zarzuela, el principal escenario de este género lírico español. El edificio original, inaugurado en 1856 según los planos de Jerónimo de Gándara, fue reconstruido después de un grave incendio en 1908 y remodelado en varias ocasiones recuperando finalmente gran parte de su estructura inicial.
Muy próximos, de vuelta en la Carrera de San Jerónimo, se encuentran el Museo Thyssen-Bornemisza y la Fuente de Neptuno.
En el número 8, se encuentra el histórico restaurante L’Hardy (1839), con su elegante fachada estilo Segundo Imperio, donde se puede hacer una pequeña parada y tomar un tentempié.
Un poco más adelante encontramos otro local centenario, la Casa Mira (fundada en 1842) especializada en turrones, dulces y mazapanes que hizo las delicias, entre otros, de Indalecio Prieto y Gregorio Marañón.
A continuación, encontrarás todo lo que hay que ver en Gran Vía.
En el kilómetro y medio que se extiende desde la confluencia de la Gran Vía con la calle de Alcalá hasta la Plaza de España, se concentra un universo casi inabarcable de oportunidades de ocio, de cines y teatros, restaurantes, grandes almacenes y tiendas de moda, de libros, música o películas; de complejos de oficinas, de hoteles… Y todo ello, en edificios realizados por los mejores arquitectos españoles de la mitad del siglo XX.
Como la apertura de esta vía que se realizó a lo largo de casi cincuenta años, el estilo de sus edificios fue evolucionando, pudiéndose subdividir su crecimiento en tres tramos. Así, en el primero, desde el arranque de la calle de Alcalá hasta la red de San Luis, abundan los edificios historicistas, sobre todo neorrenacentistas y neobarrocos, en los que se instalaron tiendas de lujo.
En el segundo tramo, hasta la plaza del Callao, se construyeron edificios más afrancesados, característicos de la Belle Époque, y algunos de influencia americana, mientras en sus bajos se ubicaron muchas salas de cinematógrafo y comercios mayoristas.
En el tercer y último tramo, que finaliza en la Plaza de España, se construyeron edificios racionalistas, de influencia americana, además de algunos eclécticos en los que perdura el estilo anterior. Esta última parte fue levantada durante la Guerra Civil y la posguerra.