La llamada “Casa de las Damas” alberga el Museo de Tapices, que comprende una gran colección de piezas flamencas, francesas y españolas de los siglos XVI y XVII.
Regresando al acueducto, al otro lado se encuentran la Iglesia de San Justo. Contiene uno de los pocos tímpanos esculpidos del románico segoviano y con unas valiosas pinturas murales románicas (siglo XIII), presididas por un Pantocrátor.
También es interesante la Iglesia de San Salvador, obra románico-gótica y barroca que preside una hermosa plaza medieval con el bullicio de los centros de enseñanza que la rodean. Un monumento destacable al que hacer en Segovia una visita.
A continuación debemos recuperar nuestro coche para iniciar la ruta en automóvil. Ésta puede comenzar en el imprescindible Monasterio de San Antonio El Real, antiguo palacio estival de Enrique IV después convertido en convento.
En ángulo con la fachada plateresca, adornada con las efigies orantes de los Reyes Católicos, está la portada del templo, labrada en gótico isabelino con tres arcos. Sus techos artesonados mudéjares merecen por sí solos la visita al lugar. También destaca el retablo, una obra flamenca del siglo XV sobre la Pasión de Cristo. En la parte del monasterio pueden visitarse la Sacristía, la Sala del Trono, la Sala Capitular, el Refectorio y el claustro gótico-mudéjar.
Siguiendo la circunvalación de la ciudad en dirección a la vega del Eresma llegaremos a la Iglesia de San Lorenzo, obra románico-mudéjar con doble atrio porticado y torre campanario de ladrillo. En el conjunto destaca el ábside central, dividido externamente por cuatro columnas adosadas que forman tres espacios centrales y dos presbiteriales.
Por la calle del general Zúñiga se llega al Monasterio de Santa Cruz la Real, fundado por Santo Domingo de Guzmán en el siglo XIII y reformado en el siglo XV en estilo gótico. Destaca su portada, con la reina Isabel la Católica en actitud orante junto a su esposo. También se conserva la Cueva de Santo Domingo, adornada con una portada.
Al otro lado del Eresma, en medio de una frondosa alameda, está la antigua Ceca o Casa de la Moneda, uno de las pocas fábricas del siglo XVI que han subsistido. El edificio se lo encargó a Juan de Herrera el rey Felipe II, introduciendo la técnica de acuñación mediante rodillo.
A pocos metros se alza el Monasterio del Parral, fundado por Enrique IV, tiene en la portada el escudo del intrigante Juan Pacheco, marqués de Villena. Contiene cuatro claustros: el de la Portería, el de la Hospedería, el de la Enfermería y el principal. En la capilla mayor del templo, de estilo gótico, sobresalen el retablo de talla policromada y los bellos sepulcros en alabastro de los marqueses de Villena.
Cerca de la Casa de la Moneda, cruzando el puente, está el Monasterio de Santa María del Parral. En la actualidad pertenece a los monjes de clausura de la Orden de San Jerónimo, construido en torno a la iglesia y sus claustros de estilos gótico, mudéjar y plateresco, es una de las obras maestras del Siglo XV que hay en Segovia.
La siguiente parada es en la románica Iglesia de San Marcos. Frente a ella se llega a la singular Iglesia de la Vera Cruz, fundada por los Caballeros de la Orden del Santo Sepulcro de Jerusalén en 1208, aunque la tradición popular la atribuye a los templarios.
Se trata de un templo de planta dodecagonal, con un interior sobrio y misterioso de dos plantas con bóveda de crucería al estilo musulmán. El templo posee pinturas murales, un crucifijo románico en el altar mayor y un interesante retablo gótico-renacentista.
En la noche del Viernes Santo es escenario de la impactante procesión del Santo Entierro, que desciende desde Zamarramala a la luz de las antorchas.
En la cercana alameda de Fuencisla está el Convento de Carmelitas Descalzos, fundado por San Juan de la Cruz en el siglo XVI, cuyo sepulcro se encuentra en su interior. Una escalinata de piedra nos conduce al convento y el templo, de una sola nave y con capillas laterales.
El Santuario de Nuestra Señora de la Fuencisla, patrona de la ciudad, fue construido entre los años 1598 y 1613. Destaca el retablo mayor y la notable reja barroca que cierra el presbiterio, donada por el rico gremio de pañeros de la ciudad.
La ronda que hay que que hacer en Segovia puede completarse recorriendo el lado sur de la ciudad a través de la Cuesta de los Hoyos. A lo largo de ésta se suceden extraordinarias vistas del Alcázar, la Catedral y la ciudad amurallada.
Para los amantes del senderismo hay un agradable paseo, entre arboledas y espacios verdes, por la ribera del Eresma y el Clamores. Aproximadamente son 45 minutos de duración.
Hay que resaltar fuera de este circuito, situado al inicio del Acueducto en la ciudad de Segovia, el Monasterio de San Antonio el Real, antiguo palacio del Rey Enrique IV que mandó construir en 1455 y que donó a la Orden Franciscana. Se ha conservado en muy buen estado y hay que resaltar el conjunto pero sobretodo sus decoraciones Mudéjares.
Y esto es lo principal que hacer en Segovia.