Entre la población de Son Bou y la de Alaior, se encuentra un desvío muy bien señalizado que conduce al poblado talayótico de Torre d’en Gaumés (o Galmés). Se trata del poblado prehistórico más grande de las Islas Baleares, con una extensión de unos 60000 m2.
En nuestra visita a lo que ver en Son Bou, hay que admirar uno de los talaiots con las vistas más espectaculares. Se trata de una construcción más característica de la época con tipología en forma de torre, que confirma su utilidad como atalaya de vigilancia. También nos fascinará ver las construcciones que siguen en pie y entrar en las casas del poblado. Así se puede comprobar cómo vivían los habitantes de la isla hace más de 3000 años.
Torre d’en Gaumés es un gran núcleo de población y centro comercial que se fue extendiendo hacia el sur en diferentes momentos históricos, desde el año 1000 a. C. hasta la época de dominación musulmana y tal vez incluso en la Edad Media cristiana. Se compone de una zona de aprovechamiento comunitario que ver en Son Bou. Cuenta con grandes edificios públicos como son los tres talaiots, y la taula, una construcción con finalidad religiosa.
A partir de este núcleo, se extienden las edificaciones domésticas. De las casas del poblado de Torre d’en Gaumés, de forma circular, podemos visitar la 2 y la 3, adosadas la una a la otra y con algunas reformas de época romana. También puede visitarse al sur la sala hipóstila o con columnas, una habitación auxiliar a la vivienda que podría haber servido de almacén.
Se cree que en el poblado pudieron llegar a vivir más de mil personas a la vez. Así se explica en el Centro de Interpretación, en un vídeo explicativo de unos 10 minutos donde se muestra la cultura talayótica y se ve una reconstrucción virtual del poblado. Se recomienda hacer la visita a este centro antes que al resto del poblado.
Tras esta parada cultural, podemos continuar nuestro viaje a lo que ver en Son Bou y disfrutar de la Playa de Son Bou. Es la más grande de Menorca y una de las más cómodas. El área que la rodea se pensó para vacaciones familiares. Además de apartamentos, hay mercados, farmacias, comercios y lugares de ocio. Al mismo tiempo, en el arenal pueden encontrarse otras zonas menos masificadas. El agua es de color turquesa, como la del Caribe, y la arena de color dorado.
Son Bou está muy concurrido en verano y si la playa está abarrotada hay otras opciones. Es el caso del Club San Jaime. Cuenta con un parque acuático con piscinas y toboganes para la diversión de todos, especialmente de los más pequeños.
En el extremo este de la playa, en la carretera de acceso a la urbanización de Son Bou, se encuentran las ruinas de una antigua Basílica Paleocristiana (siglos V-VI) descubierta en 1951. La basílica es de planta rectangular con tres naves. Se trata de un templo imprescindible que ver en Son Bou.
Hoy todavía se conserva una imponente pila bautismal en piedra de una sola pieza. Los menorquines la conocen con el nombre de Es morter de Son Bou (el mortero de Son Bou). En el exterior hay una necrópolis excavada en la roca.
Los alrededores de Torre d’en Gaumés y de Son Bou destacan por sus calas y playas turísticas. Así, se puede caminar hasta la pequeña Cala de Llucalari o a las extensas playas de Binigaus y Atalís. Un poquito más alejada queda la Cala en Porter y las famosas Coves d’en Xoroi, lugares importantes que ver en Son Bou.
En conclusión, esto es todo lo que ver en Son Bou.