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Monzón / Homenaje a Guillem de Montrodón

Homenaje a Guillem de Montrodón

En Monzón se recrean cada año varios episodios históricos relativos a la estancia de Jaime I en la ciudad y a su relación con la orden del Temple

En el año 1213 tiene lugar en las proximidades de Toulouse la batalla de Muret, donde encuentra la muerte el rey aragonés Pedro II. Tras un año de cautiverio, su hijo Jaime es trasladado al castillo de Monzón. Lo ponen a cargo de Guillem de Montrodón, maestre de la orden templaria que tenía ahí su sede.

Entre 1214 y 1217, Jaime I el Conquistador permanece tras los muros del castillo recibiendo las enseñanzas de Guillem. Consiguió forjar el carácter de uno de los monarcas más importantes de la Corona de Aragón y de España.

Durante el último fin de semana de mayo, Monzón celebra un programa de recreaciones históricas. Éstas tratan de revivir estos acontecimientos sucedidos en la villa durante el siglo XIII.

La fiesta del Homenaje a Guillem de Montrodón comienza el viernes. Se prolonga durante todo el fin de semana mediante toda clase de escenificaciones de carácter histórico, pasacalles, conciertos, actuaciones y la presencia de un surtido mercado medieval.

Homenaje a Guillem de Montrodón
Grupo Folk La Ringlera.

El acto que inaugura el homenaje es la Salida de Templarios y Bombos hacia el castillo, donde se lleva a cabo una bienvenida medieval. Al día siguiente, sábado, se monta el campamento en el patio del castillo mientras se espera la llegada del rey. El rey hace su aparición en torno al mediodía en la plaza Mayor de la localidad.

A partir de entonces se representan varias escenas históricas como la entronización de Jaime I, la despedida de éste y su maestre o el final de la orden del Temple.

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Las calles de Monzón se visten de medieval durante los días que dura la fiesta. Las calles se engalanan y los vecinos portan sus mejores galas del siglo XIII. Mientras, suceden batallas, justas, exhibiciones de cetrería, conferencias, conciertos, exposiciones, pasacalles y desfiles a caballo. Como acto final tiene lugar un descenso con antorchas desde el castillo hasta la plaza Mayor.

Pese a su reciente creación, este homenaje a Guillem de Montrodón (que es en realidad un tributo a la propia historia de Monzón) cuenta con todos los puntos para convertirse en uno de los acontecimientos más singulares del calendario festivo aragonés y de esta semana en España.