Durante seis días la capital hispalense se viste de faralaes para acoger uno de los mayores festejos de España, conocido mundialmente.
Allá por el siglo XIX, más concretamente el año 1846, dos empresarios asentados en Sevilla idearon la celebración de una feria de ganado que se celebrase en la ciudad durante tres días. El catalán Narciso Bonaplata y el vasco Jose María de Ybarra que, contando con un gran apoyo por parte de campesinos y ganaderos, solicitaron a las autoridades de la ciudad el permiso para la celebración de dicha feria anual los días 19, 20 y 21 de abril. Después de muchas vicisitudes, la reina Isabel II de España concedió el privilegio de Feria a Sevilla en marzo de 1847, celebrándose al mes siguiente la primera Feria de Abril.
La Feria de Abril de Sevilla 2019 se celebrará del 4 al 11 de mayo debido a las fechas de Semana Santa y contará con 450.000 metros cuadrados. El recinto ferial de Sevilla se ubica en el barrio de Los Remedios y está compuesto por el Real de la Feria, la Calle del Infierno y la zona de aparcamientos.
A pesar de que en un principio se trataba de una feria de ganado que se celebraba fuera de la ciudad y donde lo que hoy conocemos como “casetas” eran una especie de establos, pronto adquirió fama y carácter lúdico, ganando en importancia hasta que en 1914 los tres días iniciales se convirtieron en cinco (en 1952 se añadiría el sexto día). Y hacia 1920 ya existía la estructura de casetas con carácter lúdico que conocemos actualmente.
La feria da comienzo una o dos semanas después de Semana Santa. Se inaugura el lunes a las 12 de la noche, con la tradicional prueba del alumbrado en la que se encienden por primera vez unas 350.000 bombillas que alumbran la portada y la feria envueltas en sus farolillos rojos, verdes y blancos. Con estos colores se engalanan también las casetas que se extienden por todo el Real de la Feria, espacio donde se celebra actualmente, dividido en calles con el nombre de toreros famosos. Es el pistoletazo de salida para seis días de fiesta, buen comer, sevillanas, toros y mucho arte.

Paseando entre las casetas del Real nos encontraremos con todo el carácter andaluz en su pleno apogeo. Los asistentes se engalanan con trajes típicos, siendo especialmente vistosas las damas, a las que se puede ver vestidas con sus trajes de faralaes, llenos de volantes, a bordo de los tradicionales coches de caballos que tienen licencia para frecuentar la feria. En cuanto al yantar, la noche del lunes al martes se conoce oficialmente como la noche del pescaíto, pero lo cierto es que a lo largo de toda la feria veremos todo tipo de frituras de pescado, así como marisco, jamón y todo tipo de embutidos. Todo esto regado con cerveza o vino de distintas partes de España, aunque las especialidades son el vino fino de Jerez, la manzanilla de Sanlúcar o el rebujito (manzanilla con gaseosa). No obstante, para entrar en las casetas privadas es necesario tener invitación o acudir con alguien perteneciente a la misma. Si no, siempre se puede acudir a las públicas y municipales. Dentro de las casetas también es frecuente que esté dispuesto un tablao donde tienen lugar los cantes y bailes de sevillanas que amenizan el buen beber y comer a los presentes.

La guinda final de la feria la ponen los festejos taurinos, pues a partir del Domingo de Resurrección comienza la temporada en la plaza de toros, conocida como La Real Maestranza. Se trata de una de las plazas más importantes de España, por lo que acuden matadores de un alto nivel a estos festejos, enlazando así con la tradición ganadera de la feria. La Feria de Abril concluye el domingo con doble sesión taurina. Posteriormente, a las doce de la noche se realiza el apagado de las luces y se da por cerrada la edición con un colosal espectáculo de fuegos artificiales. Habrá que esperar hasta el año que viene para volver a ver El Real inundado de casetas, trajes de faralaes y pescaíto frito.