Entre la prolífica arquitectura religiosa que ver en Ourense se pueden destacar varios templos. El primero de ellos es la Iglesia de Santa Eufemia, que ocupa otro espacio privilegiado del corazón monumental orensano. Se trata de un enorme templo barroco construido entre los siglos XVII y XVIII. Su nota característica es la gran monumentalidad de la fachada, con la típica estructura de retablo hecho en piedra y a base de un juego de líneas curvas y numerosos entrantes y salientes concebidos para dramatizar los claroscuros. Llama especialmente la atención su asimetría, pues una de las torres laterales quedó sin terminar.
También es importante la Iglesia de Santa María la Madre, en la Plaza Mayor. Construida sobre la primitiva iglesia sueva de San Martín de Tours, conserva varias columnas de aquella. El edificio actual fue levantado en el siglo XVIII en estilo barroco. Uno de sus elementos de mayor interés es su retablo mayor churrigueresco, que alberga la imagen de estilo románico de Santa María.
El tercero de los templos reseñables es el Convento de San Francisco (s. XIV), que tiene una azarosa historia. Fue construido sobre la ruinas de otro anterior del siglo XII, destruido entre 1294-1295 por los secuaces del obispo Pedro Yáñez de Novoa. En 1929, la iglesia fue trasladada piedra a piedra al parque de San Lázaro, corazón comercial de la actual ciudad y no muy alejado del casco antiguo, pero su claustro permaneció en su emplazamiento original, en la parte alta de la ciudad. Este claustro, obra del siglo XIV, tiene planta rectangular con 63 arcos apuntados, 76 columnas dobles (excepto las cuatro primeras y las cuatro últimas, que son únicas y de fuste cuadrilobulado) y 120 capiteles diferentes, con decoración Románica arcaizante vegetal, zoomórfica y antropomórfica. Es considerado como el mejor claustro de su género en Galicia. En él estuvo hasta 2018 el albergue de peregrinos.
Algo alejado del casco monumental está el emblemático y voluminoso Ponte Maior o Puente Romano. Es el más antiguo de los construidos para salvar el río Miño. Su edificación inicial parece remontarse a los tiempos romanos del emperador Augusto. Aunque sufrió importantes reformas a principios del siglo XIII, momento en que se elevó una torre defensiva y los ojos con arcos ojivales. Posteriormente, las reformas de los siglos XVII y XIX alterarían su fisionomía medieval.
Pero uno de los mayores atractivos que ver en Ourense no tiene que ver con las piedras, sino con el agua. Son los Manantiales de As Burgas, fuentes termales que están en el origen de la ciudad desde época romana. Situadas a corta distancia por detrás del Ayuntamiento, el conjunto, declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1975, se compone de tres fuentes: la Burga de Abaixo (s. XIX), fuente de estilo neoclásico tardío del arquitecto Trillo; la del medio en una explanada centrada por un estanque con dos esculturas, A casa da nube y Calpurnia Abana, y la Burga de Arriba, fuente de estilo popular del s. XVII. En ellas el agua mana a casi 70º de temperatura que nace, según la leyenda, directamente de la imagen del Santo Cristo de la Catedral de Ourense. Aunque, según otro dicho popular, proviene de un volcán asentado en las profundidades de la ciudad.
Algo que siempre hay que ver en Ourense capital son sus termas. La oferta termal orensana se completa con los recientes balnearios de A Chavasqueira, Outariz y Do Miño Tinteiro. Además, tienen partes con visitas gratuitas o a unos precios muy asequibles. Están a la orilla del río, entre la pasarela de Outariz y el ponte Ribeiriño.
A los dos se puede llegar a través de la Ruta de las Termas. Comienza en las Burgas de Arriba, en pleno centro de la ciudad, y pasa por los miradores del Puente del Milenio y del Puente Romano. Baja después a las Termas de Chavasqueira, en la margen derecha del río. Unos 500 metros más adelante se encuentran las fuentes de Tinteiro, recomendadas para las enfermedades de la piel. Finalmente, a 3 km de Tinteiro, está la Burga do Moiño. Se trata de una gran piscina natural de aguas termales. Esta ruta se puede hacer bien a pie, aunque son unos 8 km, o mediante el llamado “tren de las termas”, servicio regular que parte desde la Plaza Mayor y que permite acceder cómodamente a ellas. Los peregrinos pueden aprovechar la salida de la ciudad para verlas.
¿Se nos ha olvidado algún monumento imprescindible que ver en Ourense? Escríbenos y lo incluiremos.